Esta leguminosa arbórea proporciona fruto, madera, sombra y enriquece y mejora las condiciones del suelo en el que vive. Llegó desde desde Arabia, Siria y Líbano, y hoy es un árbol clásico del paisaje mediterráneo, especialmente en zonas como Cataluña o la Comunidad Valenciana.

Anteriormente, sus frutos, conocidos como algarrobas o garrofas, se destinaban únicamente para pienso, y su valor no ofrecía un gran interés económico. Sin embargo, poco a poco eso ha ido cambiando. Reducida a harina, hoy su pulpa se se utiliza como sucedáneo del cacao y en la fabricación de chocolate. En el pasado se comía en fresco como "golosina rural".

Altamente nutritivo

Los frutos de algarroba se caracterizan por un alto contenido de azúcar, principalmente sacarosa, glucosa y fructosa. Al contenerse de forma natural se absorben de forma lenta por el organismo.

Además aportan algo de proteínas, pocas grasas y alto contenido de fibras dietéticas, especialmente en las semillas. La pulpa está compuesta de azúcares, polifenoles y minerales, mientras que la semilla contiene proteínas, fibras dietéticas , polifenoles y minerales y no contiene gluten, informa un estudio en Food Science & Nutrtition.

El polvo de algarroba es una valiosa fuente de vitaminas E, D, C, niacina, B6 y ácido fólico, mientras que las vitaminas A, B2 y B12 se proporcionan en niveles más bajos.

Una alternativa sin grasa al chocolate

Este producto que puede comerse fresco, pero también en extractos o polvo ofrece numerosos efectos positivos.  

La pulpa de la algarroba contiene propiedades astringentes y además es antidiarreica y digestiva. Su alto contenido en pectina, una fibra natural de ciertos vegetales, la hace también bactericida, antiviral, coagulante, anticancerígena y un buen remedio contra el colesterol, enumeran desde Ecología Verde. También es adelgazante y saciante.

Uno de sus principales usos y efectos beneficiosos es como ingrediente en la repostería. El chocolate podría tener importantes bondades para tu salud, pero añadir esta leguminosa a tus batidos, bizcochos y brownies en su lugar supone rebajar calorías y grasas. Mientras que el cacao tiene en torno al 40% de grasas, la algarroba no supera el 2%. Tiene el doble de calcio que el cacao y no contiene cafeína.

A la hora de cocinar, puedes sustituir el chocolate por la algarroba en una proporción de 1 a 1, aconsejan desde Healthline. Para hacer la harina de algarroba debes retirar las semillas y después deshidratarlas." A continuación, se tuestan y se muelen para obtener un polvo muy fino. Este polvo ya está listo para poder utilizarse en la cocina o para añadir a batidos, yogures o cualquier alimento", explican en Mejor con Salud.

Al igual que el cacao, la algarroba contiene altas cantidades de polifenoles, antioxidantes conocidos por reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Se han vinculado a un menor colesterol malo y mejor perfil lipídico.

Un pequeño estudio de 2019 sobre atletas jóvenes encontró una ligera reducción de peso en aquellos que consumieron algarroba en lugar de placebo. Pero no tuvieron una disminución notable de grasa ni un aumento de masa muscular.

En animales, sus propiedades antioxidantes también han mostrado capacidad gastroprotectora frente a los efectos del alcohol.