Una de mis amistades más antiguas empezó antes de que pudiéramos decir frases completas. Alrededor de los 9 años, recuerdo estar tumbada en su cama con el pelo colgando mientras escuchábamos la banda sonora de Romeo y Julieta en bucle. Puede que fuera la sangre que se nos subía a la cabeza, pero nuestras conversaciones parecían fluidas, casi como si fuéramos almas gemelas.

Así fue hasta el instituto, cuando sus traviesas indirectas empezaron a sonar más como insultos y nuestras conversaciones se convirtieron en desahogos unilaterales en los que ella volvía sobre los mismos problemas. Nuestros encuentros se interrumpían cuando se ponía de mal humor y agresiva sin previo aviso.

La amiga con la que podía hablar sin parar se convirtió en alguien con quien tenía que andar con pies de plomo y limitar nuestros temas de conversación. Me sentía agotada y a la vez culpable por querer cortar nuestra comunicación.

Este tipo de personalidad se conoce como "vampiro de energía". Los vampiros de energía son personas que te resultan emocionalmente agotadoras y con las que es difícil relacionarse, según explica Minaa B, experta en relaciones, a Business Insider. Estos vampiros minan tu energía con exigencias incesantes, cotilleos y quejas.

Cuando estás cerca de alguien que se alimenta de negatividad, ser amable puede ser tanto tu superpoder como tu perdición. Business Insider habló con expertos en relaciones sobre cómo reconocer a un vampiro energético, qué hace que algunas personas sean más vulnerables a su comportamiento y cómo evitar que consuman tu energía.

Reconoce los signos

Ser hablador o ensimismado no convierte a alguien en un vampiro energético. En cambio, es su continua negatividad y pesimismo lo que agota tu energía.

Para un vampiro energético, "algo siempre va mal", sostiene Minaa. Se niegan a ver el lado positivo de una situación y rechazan cualquier intento de seguir adelante.

Otro signo de comportamiento vampírico es el abandono emocional o el desahogo poco saludable. Te echarán encima sus quejas y tratarán de hacerte sentir culpable por querer mantenerte al margen de su drama.

"Las conversaciones con un vampiro energético a menudo parecen desequilibradas", explica Elizabeth Harvey Abrams, consejera de salud mental en Nuevo México. "La persona te bombardea con sus opiniones, emociones negativas o necesidades, y no te deja espacio para expresarte o tener necesidades".

Olvídate de intentar contarle a un vampiro energético algo sobre tu vida. Cambiarán la conversación, insertarán su propia historia e incluso esperarán que los apoyes, resume Minaa.

Los empáticos son especialmente vulnerables

Los vampiros energéticos se sienten "atraídos por personas amables, empáticas y, lo más importante, que tienen límites muy pobres", comenta Minaa. Un objetivo frecuente en ellos son las personas que descuidan sus propias necesidades y con frecuencia se ponen a disposición para escuchar y ayudar a los demás.

Estos comportamientos que agradan a las personas pueden, sin darse cuenta, permitir el comportamiento de un vampiro energético. Cuando los empáticos se involucran en complacer a las personas, generalmente es porque tienen el deseo de conectarse con los demás en un nivel emocional profundo en lugar de estar impulsados por el miedo a ser rechazados o decepcionar a los demás.

Los empáticos están "altamente en sintonía con los sentimientos y emociones de quienes los rodean", cuenta Reena B. Patel, psicóloga educativa, analista de comportamiento y autora. Pueden relacionarse con la experiencia de otra persona como si les hubiera sucedido a ellos.

La desventaja de ser compasivo es soportar las emociones de otras personas y tratar de "arreglarlas o ayudarlas a sanar", apunta Minaa. Los vampiros energéticos aprenden rápidamente a quién plantear sus problemas sin enfrentar resistencia. No importa cuánto intentes ayudar, nunca es suficiente para un vampiro energético, comenta Patel.

Conserva la energía con límites claros

"Los empáticos tienen una mayor necesidad de proteger su energía que la media de las personas y pueden dejarse arrastrar fácilmente por el comportamiento exigente, necesitado o culpabilizador de un vampiro energético", afirma Abrams. Su consejo es limitar las interacciones con los vampiros energéticos en la medida de lo posible.

Establecer límites puede consistir en retirarse físicamente del espacio, trasladar la interacción a internet o "poner fin a la conversación de forma eficaz con un tono educado pero firme", explica Abrams. "Un límite podría significar una ruptura temporal o permanente del contacto si te está afectando negativamente".

Gestionar las expectativas también es útil. "Haz saber desde el principio a los vampiros de energía de tu vida cuál es tu margen de tiempo", afirma Patel. Practica decir que no.

Saber cuándo desconectar es clave. Si alguien te llama de improviso y empieza a descargar sus sentimientos, Minaa sugiere decirle que, aunque empatizas con su situación, no es un buen momento para tener esa conversación. Puedes ofrecerle devolverle la llamada cuando te encuentres en el momento adecuado para escuchar sus preocupaciones.

Si la conversación no da más de sí, puedes cambiar de tema o decirles que no tienes soluciones ni ideas. Las señales no verbales pueden ayudar, como cortar el contacto visual, inclinarse hacia otro lado, usar la mano para indicar que estás poniendo fin a la interacción, o decidir no responder si continúan enviándote mensajes de texto o llamándote.

"Todos experimentamos momentos difíciles y emociones negativas", afirma Abrams. En otras palabras, nadie es inmune a mostrar tendencias vampíricas.

Mi amiga de la infancia no era la única que alimentaba su negatividad. Como empática, intenté calmar mi culpa manteniendo nuestra dinámica malsana. Ahora mismo, por aterrador que parezca, una ruptura es lo mejor para las dos.