Los empleados de dos casinos de Las Vegas usarán anillos inteligentes para detectar el coronavirus antes de mostrar síntomas

Un casino de Las Vegas reabierto durante la pandemia del coronavirus
  • Los trabajadores de Las Vegas Sands, propietaria de Venetian y Palazzo, utilizarán anillos Oura para medir sus niveles de temperatura corporal y ritmo cardiaco y poder detectar la enfermedad del COVID-19 antes de que presente síntomas.
  • El anillo fue diseñado originalmente como un rastreador de sueño, pero sus funciones de métrica corporal le han permitido reinventarse en un instrumento de detección del coronavirus.
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Combatir el coronavirus, también en el ambiente de trabajo, se ha convertido en una de las principales misiones de la nueva normalidad.

Así es el caso de un prominente operador de casino de Las Vegas, quien ya se está embarcando a sus empleados en una novedosa estrategia para garantizar las cero contagios: usar "anillos inteligentes" que pueden detectar la infección antes de que se produzcan los síntomas.

Un anillo inteligente de Oura.
Oura

Las Vegas Sands, propietaria de los complejos turísticos Venetian y Palazzo, compró 1.000 unidades a Oura, una empresa finlandesa de tecnología especializada en smart rings, después de que dos estudios indicaran que estos discretos accesorios podían predecir con precisión la aparición de los síntomas del COVID-19. A partir de esta semana, la firma se convertirá en la primera gran empresa de Estados Unidos en desplegar internamente dispositivos de detección de virus presintomáticos.

Rob Goldstein, presidente de Sands, aseguró al Financial Timesque, si el programa piloto va bien, su compañía comprará un dispositivo —de 300 dólares— para cada uno de sus 9.300 empleados. "Nuestro enfoque debe ser poco a poco, con sentido, y si va bien lo ampliaremos. Tenemos que proteger a nuestra gente y hacer que sea un lugar seguro para trabajar". Y también, claro, la publicidad de poder llamarse "zona segura de coronavirus" de cara a los posibles visitantes.

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El anillo fue diseñado originalmente como un rastreador de sueño, con escaparates tan grandes como el príncipe Harry, Will Smith y Jack Dorsey de Twitter entre sus más de 150.000 clientes. A diferencia del Reloj y Fitbit de Apple o los rastreadores de fitness de Garmin, Oura detecta la temperatura corporal y el ritmo cardíaco, su volatilidad y la frecuencia de respiración.

Ahora, precisamente estas funciones le vuelven una herramienta muy útil para evaluar los síntomas del coronavirus.

Cuando una persona es infectada, los esfuerzos del cuerpo para combatirlo dan como resultado una serie de patrones que el anillo Oura puede detectar con una precisión "incomparable", según el doctor Ali Rezai, director del Instituto de Neurociencias Rockefeller de la Universidad de Virginia Occidental. Según su último estudio, el anillo puede detectar la presencia del virus hasta tres días antes de que aparezcan los síntomas.

"Dos días antes de la primera aparición de cualquier síntoma ya se es contagioso, y sólo se puede detectar esta condición con el anillo", menciona el doctor. Los sutiles cambios de temperatura, patrones de sueño y ritmo cardíaco detectados por Oura "nos permiten tener una panorámica de la enfermedad que se avecina cuando todavía es imperceptible [para] los métodos tradicionales".

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La capacidad de detección de COVID-19 de estos dispositivos fue descubierta por primera vez en marzo cuando un empresario finlandés, Petri Hollmen, recibió una alerta de su anillo sobre niveles de temperatura y ritmos cardiacos inusuales, anticipando lo que luego sería confirmado como una infección por coronavirus sin haber experimentado ningún síntoma.

Para combatir las preocupaciones por la privacidad en la salud de cada trabajador en Las Vegas, Sands no permitirá a la empresa acceder directamente a las métricas de los empleados, sino que el departamento de RRHH será alertado única y exclusivamente si los patrones de un Oura revelan un riesgo de COVID-19. Además, tampoco guardarán la información con otros fines distintos a la seguridad sanitaria de la plantilla.

"La compañía tendrá acceso a una cosa y sólo a una cosa", menciona Zac Hudson, consejero general de Sands, en referencia a la recopilación de datos. Al margen de esto, "no necesitamos más información y tampoco la queremos".

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