Los amantes del café tienen muchas opciones en la actualidad para disfrutar de su bebida favorita: utilizar cafetera eléctrica, optar por el café soluble, prepararlo a la manera tradicional moliendo café en grano y usando una cafetera italiana, u optando por las populares cápsulas de café. La pregunta es: ¿qué es más sano, el café molido o el café en cápsulas?

Usar una máquina de cápsulas tiene sus ventajas: el café se prepara en cuestión de segundos, exige una limpieza mínima y son muy fáciles de usar. Además, destaca la infinita variedad de sabores y grados de intensidad en las cápsulas: las puedes encontrar aromatizadas, suaves, fuertes, descafeinadas, con cacao...

Sin embargo, a la hora de introducirlo en tu dieta, hay una opción más saludable, más fresca y más respetuosa con el planeta. Los baristas (y la ciencia) lo tienen claro.

El café recién molido conserva todas las propiedades organolépticas (y tiene un mejor sabor)

Mientras, el café recién molido conserva todas sus propiedades aromáticas y de sabor, proporcionando una experiencia más intensa a quien lo consume. Además de mantener sus propiedades organolépticas intactas sin oxidarse, es más saludable porque no precisa de conservantes ni añadidos que eviten que el aroma pierda intensidad. 

La composición del café en cápsulas consigue que ciertos matices aparezcan, pero no posee la misma fortaleza que el café de máquina de toda la vida, cuyo sabor es más intenso. Los baristas defienden la autenticidad del café recién molido, recalcando que ninguna cápsula puede superarlo.

Desde la web de Incapto subrayan que, mientras menos procesado sea el café, la calidad será mayor.

Además, los posos de café tienen muchas utilidades. Según Medical News Today, estos segundos usos permiten destinarlo a exfoliar la piel —reduciendo el envejecimiento de las células y aumentando los niveles de colágeno—, como tinte natural, fertilizante orgánico para las plantas, repelente de insectos o producto de limpieza para superficies muy sucias.

Las cápsulas de café son mucho más caras

En cuanto al precio, el café en grano y el café molido son mucho más económicos que el café en cápsulas: según datos de la OCU, una familia que consuma cuatro cápsulas al día deberá gastar entre 270 y 570 euros al año. Con respecto a tomar el café en el bar, sí supone un ahorro, pero es mucho más caro que el café normal. 

Las cápsulas de café más baratas según la OCU no superan los 20 céntimos por cápsula: están lideradas por Auchan Espresso Intenso de Alcampo y seguidas por Lidl y Mercadona. De todos modos, el café molido es mucho más barato: un paquete sirve para 25 tazas, y por un precio comprarás 10 cafés de cápsula

El café en grano molido tiene un impacto ambiental mucho menor

Además del coste, las cápsulas de café también son mucho más perjudiciales a nivel medioambiental: se preparan en un minuto y tardan entre 100 y 500 años en descomponerse. Los datos son abrumadores: cada minuto se tiran a la basura 13.500 cápsulas de café, que no pueden reciclarse.

Según recoge Bioeco, el naturalista, escritor y divulgador ambiental José Luis Gallego recuerda que, de acuerdo con el sistema de gestión de residuos que está en vigor en España, “las cápsulas monodosis de café, ya sean de plástico o de aluminio, no se deben depositar nunca en el contenedor amarillo”. De hecho, se consideran un residuo alimentario.

Tal y como recoge Cadena SER, Bruselas mira con lupa a las cápsulas de café monodosis: la Comisión Europea prepara una propuesta para prohibir estos elementos de un solo uso fabricados con aluminio y plástico. Para 2030 todos los envases deben poder ser reciclables. En ciudades como Hamburgo, este tipo de café ya está prohibido en edificios públicos.

Para una dieta, es café más saludable es el natural

Si buscas el mejor café para una dieta saludable, debes fijarte en que se trate de café natural, que conserva de mejor manera los polifenoles, antioxidantes y otros nutrientes.

El café torrefacto es el más desaconsejado por los nutricionistas, ya que puede contener hasta un 15% de azúcar.