Carla Gómez, cofundadora de Theker Robotics: "Ante los inversores, intento mostrar mucho carisma porque, si no, es muy fácil que te coman"

Cualquiera que haya hablado con Carla Gómez más de cinco minutos puede darse cuenta de que es una mujer decidida. 

A sus escasos 25 años es cofundadora, junto con su pareja, Jiaqiang Ye Zhu, y junto con el también emprendedor Albert Badías, de Theker Robotics, una empresa nacida en la Universidad Politècnica de Barcelona como poco más que un entretenimiento pero que hoy aspira a penetrar en el mercado como una sofisticada solución industrial.

"A los inversores les decimos que, si apuestan por nosotros, puede que ellos pierdan su dinero, pero que mucho antes de que eso ocurra nosotros perderemos nuestra salud. Nuestra empresa es nuestra vida", subraya Gómez con absoluto convencimiento, a Business Insider España en mitad del 4YFN, el encuentro de emprendimiento que se ha celebrado de forma paralela al MWC.

En los ojos de Gómez se puede ver que, cuando habla de perder la salud, habla en serio. 

Para entender tanta fe en el proyecto, lo primero que hay que saber es que, a pesar de tener apenas un par de años de vida, Theker ha obtenido ya financiación a fondo perdido por valor de unos 400.000 euros.

Lo segundo que hay que entender es la gran fuerza de Theker, que radica en su solución. En un intento por crear un robot de soldadura microelectrónica pudiera trabajar eficientemente con las pequeñas placas verdes que llevan muchos aparatos, Theker Robotics ha terminado creando una máquina que también puede, por ejemplo, desoldar este tipo de componentes y reciclarlos.

Por este camino, en Theker Robotics imaginan un robot capaz, por ejemplo, de seleccionar residuos en las plantas de reciclaje, un trabajo que hoy en día se hace de manera manual, clasificarlo y mandarlo donde corresponda, como hacen ya otros robots por ejemplo con el plástico de los ríos. Lo mismo para la industria alimenticia, por ejemplo.

Ni cortos ni perezosos, recién acabados sus estudios de Ingeniería Electrónica, Industrial y Automática, Gómez y Ye Zhu, en vez de lanzarse como locos a buscar trabajo en una gran tecnológica para adquirir experiencia, se encerraron en un pequeño piso que los padres de él tenían desocupado para terminar de construir su robot.

"Acabamos junto con Albert Badía en una habitación de cinco metros cuadrados trabajando en nuestros cacharros", rememora Gómez. Preguntada sobre si aquello no los desgastó, al menos como líderes de la startup, la cofundadora lo tiene tan claro como todo lo demás.

"Bueno, hay opiniones de todo tipo, pero para nosotros lo que hicimos es lo mejor porque estamos todo el día hablando de cómo mejorarlo, de qué podemos hacer, cómo podemos hacerlo mejor. No se puede desconectar, pero nos encanta. No queremos desconectar tampoco. Nos ha pasado que uno se despierte a las dos de la mañana y le proponga al otro alguna mejora", explica Gómez.

Por ahora, Gómez tampoco teme que, con los años, les llegue el conocido síndrome del burn out, también conocido como síndrome del trabajador quemado: "Si fracasamos en esto, intentaremos otra startup. Ahora que ya sabemos cómo funciona el mundo del emprendimiento, nuestro objetivo es llegar a tener una empresa consolidada. No queremos dejarlo".

Precisamente sobre el emprendimiento y la relación con los inversores, la cofundadora ha descubierto durante estos dos años alguna que otra cosa. La primera, cuenta, que lo importante no es encontrar el fondo de inversión que da más dinero, sino el que encaja con la startup y entiende bien lo que está haciendo. La segunda, que el dinero hay que pedirlo cuando no hace falta.

Y aunque Theker Robitcs todavía no ha buscado financiación de forma activa, Gómez ya ha sacado sus primeras conclusiones de un mundo, el de la inversión, por ahora esencialmente masculino y en el que muchos, viéndola joven, pueden tender a infravalorarla.

"Soy consciente de que a las mujeres se les suele mirar distinto. Yo siempre que voy a hablar con un inversor o con un cliente —porque esto también se aplica a clientes—, intento mostrar mucho carisma, intento mostrar fuerza porque, si no, es muy fácil que te coman y te pidan que les presentes a alguien que de verdad domine el tema".

Esto aplica incluso con los trabajadores: "Me ha pasado que me presente con algún cofundador y que le miren a él porque piensan que es el que sabe. Luego les explicas que tú también eres cofundadora y, por norma general, la mayoría reacciona enseguida", comenta la cofundadora, que zanja: "En realidad, si un inversor te mira distinto por ser mujer, ese inversor a ti tampoco te interesa".

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Construir el futuro de la robótica

Diversas señales indican a Theker Robotics que no van del todo por mal camino. Una de las más llamativas es un listado de tecnologías interesantes publicado por Y Combinator, una de las aceleradoras más prestigiosas del mundo, el lugar al que cada año solo entran entre un 1% y un 2% de las 20.000 solicitudes que recibe.

El primer sitio del este ranking lo ocupa el machine learning aplicado a la robótica, justo el área de Theker Robotics: "Nuestra área despierta el interés de inversores y de clientes en general. Entonces, creo que escucharán lo que les tenemos que decir", resume Gómez.

Fiel a su estilo, la fundadora reconoce que hoy sigue dedicando el día entero a su startup: desde las ocho de la mañana hasta que, al filo de la medianoche, contesta los últimos correos electrónicos. Eso sí, ya no lo hace en el piso de los padres de su pareja, sino en unas oficinas de la agencia de desarrollo económico local Barcelona Activa.

"Lo más importante de estar aquí es que nos permite interactuar con el ecosistema, porque tú sales por la puerta y ves al vecino al que le pasa lo que a ti. Esto aporta muchísimo valor. También nos asesoran en el tema de financiación y subvenciones, y no tenemos que pagar luz y agua", resume la cofundadora, que hoy cuenta con un equipo de nueve personas que quiere ampliar este año a 12.

"Lo que hacemos es una pasada porque la mayoría tenemos menos de 30 años, somos muy jóvenes", se detiene a valorar la cofundadora, que marca el rumbo del futuro de la empresa.

"Queremos construir el futuro de los robots. No podemos pasar de 0 a 100, por eso hemos encontrado nuestro nicho", A partir de ahí, explica Gómez, todo será cosa de ir evolucionando las máquinas y que su tecnología se generalice más allá incluso del ámbito industrial. 

Es mucho más fácil decirlo que hacerlo, claro, pero en Theker, como poco, no va a faltar esfuerzo en el intento.