"Quienes no aprendan a manejar sus datos se quedarán atrás": Denodo, la empresa gallega que conquistó EEUU y ha trabajado para Intel y JPMorgan

Datos

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  • Denodo, una empresa gallega nacida del ámbito universitario, conquistó EEUU hace 20 años tras anticipar la importancia del manejo de datos para las empresas.
  • "Quienes no aprendan a manejar datos, se quedarán atrás", advierte a Business Insider España su CEO, Ángel Viña.

Corren los primeros años de la década de los 2000, y en Galicia no se habla de otra cosa. Tras convertirse en un ejemplo de gestión en los años 90, el Superdépor, ese Deportivo de la Coruña liderado por Augusto César Lendoiro desde los despachos y por Arsenio Iglesias y Javier Irureta desde los banquillos, es el orgullo de la región.

Mientras tipos como Diego Tristán, Mackay, Valerón y Sergio convierten a aquel equipo mítico en el cuarto grande de España, el investigador y empresario Ángel Viña vive su propia epopeya. 

Tras haber cursado un doctorado en la Universidad Stanford, en los últimos años se ha dado cuenta, junto con un nutrido grupo de investigadores doctorandos, de que el futuro de las empresas estará en los datos. Concretamente, en cómo de eficaces sean a la hora de manejarlos y, sobre todo, en qué capacidad tengan de actualizarlos casi en tiempo real.

Aquellos esfuerzos, que empezaron en 1999 en la Universidad de A Coruña, hallaron continuidad en Denodo, una empresa consagrada por completo a dar sentido a algo que ha terminado siendo capital para muchas empresas: cómo manejar y dar sentido a volúmenes de datos cada vez más grandes.

"Hoy parece obvio, pero en su momento no lo era tanto. Cosas como generar una capa intermedia con el que las empresas pudieran manejarse, que con el tiempo se demostraron muy eficaces, no eran evidentes para todo el mundo", cuenta Viña a Business Insider España.

A diferencia de buena parte de la competencia, el foco de Denodo siempre estuvo, más que en fases como la recogida de información en sí, en el uso de esa misima información. Así, cuantos más datos y cuanto más fragmentados, más aporta Denodo, que lleva años apostando además por introducir herramientas como la tecnología en la nube y la IA.

Esta está presente desde la séptima versión de su software. Hoy la empresa presume de haber conseguido poner en marcha nueve versiones.

"Todo lo que hacíamos lo hacíamos para integrar el dato. A partir de ahí, intentamos explorar para ver cómo manejarlos con las interfaces apropiadas, porque no son los mismos tipos de datos los que se manejan en un marketplace que en otro tipo de negocio, por ejemplo", relata Viña.

Este subraya que nada de esto fue flor de un día: "Nunca te creas las historias esas que hablan de gente muy brillante que un día se levantó y tuvo una idea feliz. Es todo parte de un proceso de maduración. Investigas al borde del límite de lo que la tecnología te puede dar y después de mucho trabajo y constancia vas descubriendo parcelas de innovación".

Sus parcelas le llevaron a mediados de esa misma década de los 2000 a plantearse dar el salto con Denodo a EEUU. 

Por aquel entonces, el ecosistema emprendedor español no era ni siquiera un concepto en la mente de muchos, con lo que la búsqueda de clientes y financiación para una tecnología tan disruptiva como que Viña tenía entre manos había que hacerla fuera irremediablemente.

Viña se lió la manta a la cabeza para tratar de jugar con sus armas en la liga de los más grandes, como hacía por aquel entonces el Superdépor.

"Hay que verse. Ese día en el que estás tú solo en un despacho de Palo Alto con tu ordenador, hay que verse. ¿Por dónde empiezas? ¿Qué hay que hacer?  Sabía que teníamos una tecnología superior, pero estás ahí, no conoces a casi nadie y necesitas financiación y clientes", explica Viña sobre los orígenes de aquella experiencia.

Las cosas, sin embargo, poco a poco fueron saliendo. Viña fue ampliando la escueta agenda que había conformado mientras estudió el doctorado en Staford y unos contactos fueron llevando a otros, y estos otros a otros.

En 2006, tras recibir en 2004 un espaldarazo inversor de Rosp Corunna, un fondo vinculado a Inditex, que figura también como cliente de la empresa, Denodo se instala en Silicon Valley.

Menos de 10 años después, la empresa logra alianzas estratégicas con empresas como Amazon Web Services y un buen puñado de galardones.

"Hay que tener claro en todo caso que es un proceso duro. Por mucho apoyo financiero que tengas e incluso teniendo un buen producto, es un proceso que requiere de mucha tenacidad. e intensidad en el trabajo", cuenta Viña.

Para Denodo, explica, fue esencial encontrar los socios adecuados. Estos en muchos casos fueron los mismos que consiguieron poco a poco ir enseñando al propio Viña algunas claves sobre el mundo del marketing que un hombre de ciencia y universidad como él desconocía. 

Con el tiempo, Viña no solo conoce al dedillo su producto, sino que ha aprendido a tratar con sus clientes. El investigador universitario se convirtió en empresario.

"Cada cliente es distinto, y no solo porque el tamaño de la empresa influya, que también. Los clientes distintos, sobre todo porque cada uno tiene su ecosistema y sus necesidades. Todo empieza por entender bien qué necesitan", resume Viña.

La empresa española de datos de JP Morgan e Intel

Ángel Viña, CEO de Denodo.
Ángel Viña, CEO de Denodo.

Denodo

Fue precisamente la entrada de grandes clientes lo que catapultó a Denodo. Entre estos destacan Caterpillar, el fabricante más grande del mundo de maquinaria para construcción; el gigante financiero JP Morgan y, sobre todo, Intel, la archiconocida empresa de componentes electrónicos.

"A lo mejor la gente no nos conocía, pero sí sabían quién es Intel. Pensaban: 'Si esta es la empresa que ayuda a Intel a manejar sus datos, algo tendrán', aunque ellos en principio no superan demasiado bien qué era", recuerda el CEO de Denodo.

Junto con estos clientes, claro, llegó también una financiación que alcanzó pronto unos niveles impensables en España. Valga una de las últimas rondas, por ejemplo. Después del verano, en un momento de sequía inversora en Europa y en España, el gigante estadounidense de private equity TPG invirtió 313 millones de euros en la empresa.

"Tenemos clientes muy sofisticados en sitios muy remotos. La obsesión por manejar bien los datos no tiene tanto que ver con la cultura del país como con la cultura de la empresa. Sí es verdad que en EEUU están en general más abiertos a la innovación que en Europa. Esto permite que el mercado sea competitivo y creíble", comenta Viña.

Así, lo que en su día era poco más que un mercado incipiente hoy se ha convertido, de la mano de tendencias como el big data, en uno de los pilares de la tan proclamada transformación digital de las empresas. "Desde luego, todo esto ha sido una buena noticia para nosotros", reconoce Viña con una sonrisa.

Este explica además que lo importante en el caso de las empresas no es simplemente tener datos por tenerlos.

"Lo importante es poder utilizar los datos exactamente cuando los necesiten. No después. Hay informes que antes eran trimestrales y que se hacían solo de cara a la reunión del consejo de administración que hoy se pueden conseguir diariamente. Y con los datos de hoy, no con los de ayer ni con los de hace una semana". 

Con todo y con eso, comenta Viña, aún hay un buen número de empresas en España y en el extranjero que se resiste a la tendencia. Esto le lleva a lanzar para ellas un oscuro vaticinio: "Hay quien se conforma con un manejo del dato muy pobre. Son errores que llevaran a muchos a perder competitividad. Quien no aprenda a recoger su información en tiempo real, se va a quedar atrás".

Viña subraya: en tiempo real. Ese fue, en esencia, el origen de Denodo, la chispa que convirtió un trabajo de investigación en una empresa multinacional que hoy reparte sus oficinas entre países como EEUU, España, Reino Unido, Alemania, India, Singapur, Australia, Francia, Italia y México.

"Si las empresas no reaccionan y se abren a esta tecnología, perderán oportunidades de expandirse", advierte Viña. 

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