Suero fisiológico casero: fórmula, ingredientes y aspectos a tener en cuenta antes de hacerlo

El suero fisiológico es una solución salina utilizada en medicina para recuperar líquidos y electrolitos, bajos a consecuencia de ciertas afecciones. Si alguna vez has tenido que ir al médico por fuertes vómitos o diarreas, es posible que te lo hayan administrado de forma intravenosa.  

También puede referir a la solución fisiológica para irrigación. Sirve para aplicar sobre cavidades corporales o tejidos. Está diponible en ampollas individuales, botella o spray, pudiendo adquirirse en farmacias, droguerías o supermercados, siendo popular el suero fisiológico del Mercadona.

Puede que te preguntes, qué diferencia hay entre el suero fisiológico y el agua de mar que también pueden encontrarse a la venta para usos similares. Mientras que el primero es una solución estéril preparada al 0,9% de cloruro sódico en agua, la segunda se obtiene del mar mediante filtración.

Para que sirve el suero fisiológico

El suero fisiológico suele encontrarse en una concentración de cloruro de sodio de 0,9%. Es lo que se conoce como solución salina normal. Por cada litro de agua se deben incluir 9 gramos de sal. Se comercializa esterilizado, es decir que el agua ha sido tratada para estar libre de microorganismos como virus o bacterias.

Su uso es bastante habitual en el ámbito de la salud. Como resume la farmacéutica Flávia Costa los usos del suero fisiológico incluyen:

• Deshidratación: ayuda en la recuperación de falta de líquidos o sal en el organismo. La administración debe hacerse directamente en la vena, por un profesional de la salud.
• Limpieza ocular en caso de quistes o contacto con sustancias irritantes o para retirar legañas en bebés. No se recomienda aplicar  con frecuencia, ya que el exceso de sal puede causar o empeorar la irritación en los ojos.
• Lavado de heridas o quemaduras superficiales para limpiar la zona antes de aplicar otros productos para el curado. También para la limpieza del cordón umbilical.
• Aliviar la congestión nasal o eliminar acumulación de mocos en la nariz.

El suero no suele conllevar efectos secundarios en las personas. Sin embargo no debe utilizarse en personas con hipersensibilidad al cloruro de sodio o cualquier otro componente del producto.

Ahora bien, la administración excesiva de suero fisiológico en la vena "puede aumentar la cantidad de sodio en el cuerpo y puede causar deshidratación de los órganos internos. "Por eso, su uso se reserva para hospitales y con la confirmación de análisis de la cantidad de electrólitos en la sangre", recuerda el artículo revisado por Costa.

Cómo hacer suero fisiológico casero

Quizá estés pensando en cómo hacer suero fisiológico casero para su uso en heridas o lavados nasales. A primera vista podría parecer algo sencillo. ¿Para que gastar en una preparación cuando basta con mezclar agua y sal?

La fórmula del suero fisiológico no es tan sencilla. Como detalla un estudio, al concentración al 0,9% implica que de "dentro de cada 100 ml de cloruro de sodio al 0,9% inyectable USP, hay 15,4 mEq de iones de sodio y 15,4 mEq de iones de cloruro. Además, la osmolaridad es de 308 mOsmol/litro y tiene un rango de pH de 4,5 a 7".

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No solo eso. Tal y como remarca Boticaria García, "si utilizáis agua del grifo, no será suero fisiológico, ya que aunque la hayáis hervido, no es un agua estéril sino que contiene impurezas. Quizá os sirva para limpiaros la nariz como mucho, pero no para los ojos ni heridas o quemaduras".

Sin embargo, si todavía piensas en prepararlo tu mismo, desde Apoteka permiten conocer la fórmula del suero fisiológico casero. Para 500 mililitros de solución sigue los siguientes pasos:

• Calienta agua,  (al menos 550 ml.) Es preferible agua mineral para que no lleve demasiada cal. Tapa el recipiente y espera hasta que el agua llegue a punto de ebullición.
• Añade 4,5 gramos de sal y disuelve bien en el agua.
• Todavía caliente, deposita la solución en un recipiente hermético previamente esterilizado.

Mantén este suero fisiológico bien cerrado y utilízalo por un máximo de 6 meses. Para evitar riesgos úsalo únicamente para limpiezas nasales. Para cualquier otro requerimiento médico mejor utilizar aquel proporcionado por un profesional sanitario.