Si respiras aliviado cuando el baño público tiene grifos automáticos y dispensadores de toallas para no tocar nada al lavarte las manos, la idea de sentarte en el váter seguramente es algo que ni siquiera concibes. 

Esto se debe a que en general se considera que esto espacios son sucios. Cientos de personas entran y salen de ellos cada día haciendo quién sabe qué. Los de tu oficina tienen un pase, pero los de restaurantes, bares o discotecas resultan más asquerosos. Por no hablar de los baños móviles de un festival, a veces auténticas cloacas.

Pero, cómo de peligrosos son los váteres públicos cuando se trata de tu salud. No es un secreto que estos espacios acogen un amplio abanico de patógenos. Sin embargo te sorprendería saber que no más que otras partes del aseo. 

Si bien el riesgo nunca es cero, es bastante complejo que alguno de ellos llegue a enfermarte. Claro siempre que tomes algunas medidas sencillas al respecto.

Qué microbios puedes encontrar en un baño público

Un estudio de 2017 que analizó 151 muestras de inodoros públicos descubrió que los patógenos más comunes en los asientos de los váteres eran E. coli, Salmonella y Staphylococcus aureus.

Se ha rastreado la presencia de norovirus, responsables de la gastroenteritis, en lugares de trabajo o aviones; la salmonela en los aseos de residencias de estudiantes y de la hepatitis A en los baños de colegios de primaria. En 2021 una investigación apuntó a los baños públicos como posible foco de infección del COVID-19, en concreto tras las descargas en inodoros y urinarios. 

El microbiólogo de UChicago Jack Gilbert y su equipo analizaron hace años el ambiente microbiano dentro de 4 baños públicos en un campus universitario. Después de limpiar con lejía suelos, inodoros y dispensadores de jabón, encontraron Staphylococcus y MRSA, virus del papiloma humano y herpes.  Solo una hora después de la desinfección había 6.200 bacterias por centímetro cuadrado, el 45% de origen fecal y otro 45% asociadas a la piel.

Lo normal es sentir aprensión por el váter. Sin embargo ,como ves, la desagradable realidad es que estos microorganismos están por todo el aseo. "La mayoría de estos patógenos llegan a las superficies de los baños a través de la taza del inodoro, porque las heces e incluso la orina pueden contener muchas bacterias y virus", contó a The New York Times Charles Gerba, profesor de microbiología de la Universidad de Arizona.

Esto sucede porque el inodoro pulveriza gran parte del contenido hacia arriba expandiendo a otras superficies los patógenos. De ahí la importancia de bajar la tapa antes de tirar de la cadena. 

A este respecto investigadores de la Universidad de Leeds en el Reino Unido encontraron que la dispersión de bacterias en el aire es mucho mayor alrededor de un secador de manos que con las tradicionales toallas de papel, sobre todo si el secador conlleva introducir las manos entre chorros de gran potencia.

¿Es peligroso sentarte en un baño público?

Sin embargo, a pesar de esta aterradora lista de patógenos, los especialistas aseguran que la forma en que estos microorganismos se desarrollaron con el tiempo es tranquilizadora. O de otra manera, que el riesgo de enfermar es realmente bajo.

"Los seres humanos simplemente están cargados de bacterias, algunas de las cuales tienen la propensión a causar enfermedades. Pero en su mayor parte son todos organismos comensales. Están dando vueltas con nosotros y estamos perfectamente sanos y no nos están causando  ningún peligro o daño", aseguró Gilbert en relación a sus hallazgos.

Como explica Miguel Vicente, profesor de Investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología para contraer una enfermedad, la piel en contacto con el inodoro debería tener una herida a través de la cual el patógeno entraría en el organismo. "Y no es imposible, pero tampoco lo habitual", aseguró a El País.

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Una excepción pueden ser las infecciones cutáneas, sobre todo las causadas por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, matiza Gerba. Para lo que sugiere limpiar el asiento de un retrete con una toallita desinfectante antes de usarlo.

Ponerte de cuclillas no es lo más adecuado para el suelo pélvico, pero ayuda a reducir el riesgo frente a sentarse en el váter. 

Ahora bien, ya sea que optes por tocar la taza con tus gluteos o evites hacerlo, lo que nunca debes olvidar es lavarte las manos. La manera más efectiva de combatir los patógenos que te cruces en el baño público.