No encender el radiador o tener miedo al gasto energético es más que una cuestión de comodidad. La pobreza energética lleva asociados graves problemas para la salud. Vivir en un hogar frío pone en riesgo de ictus o infecciones respiratorias entre otras nefastas consecuencias. 

Pero pasarte con el calor en tu hogar cuando aprieta el invierno puede asimismo generar o empeorar algunas enfermedades. Al menos, según el doctor Neel Patel, médico de cabecera de LloydsPharmacy Online Doctor. En sus palabras, la calefacción central puede hacer que el aire del interior de las casas sea "muy seco" y, si se padecen enfermedades pulmonares como el asma, éstas pueden agravarse.

"Es posible que el aire seco provoque tos y dificultad para respirar", señala en The Mirror , donde enumera otras afecciones que pueden verse afectadas por la calefacción.

Problemas de piel y respiratorios

El médico explica que la calefacción puede provocar infecciones de los senos nasales, ya que el aire seca la capa de mucosidad que recubre la nariz, obstruyendo la zona. Por ello, las personas que tienen alergias, puedes experimentar problemas durante el invierno. 

"Cuando los radiadores calientan el aire de una habitación, se produce un proceso que hace que el polvo circule por la habitación, lo que puede provocar alergias", puntualiza.

Este ambiente seco tampoco será conveniente para aquellos con eccema o piel seca y sensible, que podrían ver cómo su afección empeora en invierno. La razón de esto, matiza el doctor "es que la calefacción seca el aire y reduce la humedad, lo que puede provocar eczema e irritación de la piel". 

También es posible que se produzcan más hemorragias nasales en los meses de invierno. Una vez más, esto se debe a la falta de humedad en el aire, "lo que puede provocar sequedad y costras". dentro de tus fosas nasales", añade.

Cómo prevenirlo

Para evitar estos efectos en la salud el médico aconseja tener el medicamento adecuado. 

Mas allá de eso, resulta clave asegurarte de que tu hogar no sea extremadamente cálido. "Tanto una habitación demasiado cálida como una habitación demasiado fría pueden ser perjudiciales para la salud, por lo que se trata de encontrar un equilibrio. 18 °C suele ser la temperatura recomendada para los dormitorios, mientras que 21 °C es ideal para las salas de estar".

Si puedes permitírtelo, Patel recomienda  invertir en un humidificador para regular la cantidad de vapor en el aire. Un consejo más barato del experto es beber mucha agua, entre 6 y 8 vasos al día, para evitar la deshidratación.