La gente empezó a burlarse de mí cuando estalló la fiebre de ChatGPT por tener un negocio basado en la escritura: así estoy luchando para sobrevivir

Killer Papers
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Así es como están afrontando el avance de ChatGPT los negocios más susceptibles a ser sustituidos por la IA.

Moor Studio/Getty Images

  • Se prevé que la inteligencia artificial sustituya miles de puestos de trabajo y se lleve por delante varios negocios como el de los redactores: su adaptación a esta nueva herramienta es fundamental.
  • Killer Papers es una página web de tutoría online y redacción de trabajos escolares que se ha tenido que adaptar al auge de ChatGPT para continuar con su negocio.
  • Así es como KP se enfrenta a las herramientas de IA para mantener a flote la empresa.

Nota del editor: El autor de este artículo ha escrito bajo el seudónimo de "KP" para proteger su privacidad. Business Insider ha verificado su identidad y su trabajo.

Cuando la gente me pregunta a qué me dedico, les digo que trabajo en educación. Eso suele aburrirles lo suficiente como para no indagar más, y me gusta. 

Porque cuando la gente se entera de lo que hago en realidad, me bombardean a preguntas: "¿es legal?" Sí. "¿Cuánto dinero ganas?" Mucho más que mis amigos que estudiaron medicina.

Pero a finales de noviembre de 2022, amigos, familiares, seguidores y e incluso competidores me hacían una y la misma pregunta: "¿cómo ha afectado ChatGPT a tu negocio?". Me lo han preguntado al menos 500 veces, y todos quieren saber si ChatGPT ha acabado con mi servicio de redacción de trabajos y ensayos para estudiantes.

Me llamo KP y soy el fundador de Killer Papers, una página web canadiense de redacción y tutoría para estudiantes de secundaria, universidad y posgrado. KP es a la vez un apodo y un alias que me han dado mis clientes a lo largo de los años. Me he quedado con él y disfruto de mi privacidad en este sector de locos. 

Hay detractores vehementes que dicen que mi negocio no es ético, así como despiadados competidores extranjeros que habitualmente lo calumnian y atacan con reseñas falsas, sitios de suplantación de identidad e incluso con ataques DDOS (de negación de servicios).

Algunos creen que ayudo a estudiantes ricos y perezosos a hacer trampas. Pero en mi opinión, mis servicios ayudan a nivelar el terreno de juego universitario. La mayoría de mis clientes trabajan a tiempo parcial o completo, y muchos tienen hijos o proceden de entornos desfavorecidos. Utilizan Killer Papers para competir con estudiantes que no necesitan trabajar, tienen menos responsabilidades, han tenido tutores privados en el pasado o han ido a mejores colegios.

Cada uno tiene su opinión, pero en los últimos seis años, mi negocio no ha dejado de crecer.

Entonces apareció ChatGPT. Los estudiantes podían generar escritos de alta calidad y libres de plagio en cuestión de segundos (y gratis). Pensé que mi negocio estaba a punto de desmoronarse, y todos los demás también.

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Empecé con este negocio en el instituto, donde escribía trabajos para mis compañeros

Algunos estudiantes aseguraban que yo era tan importante para el programa deportivo de nuestro instituto como el quarterback o el delantero titular, no porque estuviera en el equipo, sino porque mientras los jugadores estaban ocupados entrenando, jugando a Call of Duty y emborrachándose, yo escribía sus trabajos sobre Napoleón Bonaparte.

Por 20-30 euros cada uno, atletas y chavales ricos me pedían que hiciese sus trabajos. Todos estaban contentos. Yo ganaba dinero haciendo lo que me gustaba y ellos se mantenían en buena posición académica. El negocio fue viento en popa, pero cuando se corrió la voz, acabé sentándome en el despacho del director para enfrentarme a graves consecuencias. 

Evité problemas por los pelos y decidí cerrar el negocio.

6 años más tarde, me gradué en la universidad y, con mi título de finanzas en la mano, conseguí un prestigioso trabajo en la banca. Como muchos otros jóvenes, vi El lobo de Wall Street y pensé que trabajar en finanzas sería glamuroso y emocionante. 

Resultó que tragarme enormes atascos para estar 8 horas haciendo hojas de cálculo no era lo que quería hacer con mi vida. Lo odiaba y decidí que era hora de montar mi propio negocio.

Empecé en 2016, cuando la publicidad en redes sociales se estaba popularizando y me di cuenta de que podía llegar a millones de estudiantes universitarios con suna pequeña inversión. 

¿Qué podía venderles? Así es: trabajos de clase. Puse en marcha el viejo negocio, publiqué algunos anuncios y escribí 100 trabajos gratis para labrarme una reputación en las redes sociales. 

6 años más tarde, a finales de noviembre de 2022, tenía unos ingresos anuales de 7 cifras y un flujo de caja mayor de lo que jamás hubiera imaginado. El cuarto trimestre estaba terminando, los estudiantes pronto estarían de vacaciones de invierno, la Navidad estaba a la vuelta de la esquina y la vida era buena.

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Entonces, el 30 de noviembre, apareció ChatGPT y lo cambió todo. Todo el mundo en la industria de la escritura y la redacción, ya sea la académica, la publicitaria o incluso la de guiones de Hollywood, recibió el impacto de una bomba atómica.

Mi primera sensación fue de pánico puro y absoluto

Killer Papers había sobrevivido a la pandemia del COVID-19, que destruyó miles de empresas, y a la difícil situación económica posterior, en la que la inflación se disparó y la confianza de los consumidores se hundió. Las empresas que antes envidiaba quebraron y muchas empresas públicas vieron cómo sus acciones se desplomaban entre un 80 y un 90%.

A pesar de todo esto, Killer Papers siguió creciendo y registró un crecimiento interanual de los ingresos del 70 % entre 2021 y 2022. Nos beneficiamos de fuertes servicios de tutoría virtual durante la pandemia (cuando la mayoría de las tutorías en persona y los centros de escritura estaban cerrados).

No sólo sobrevivíamos. Estábamos prosperando. 

Pero el lanzamiento de ChatGPT supuso una importante amenaza para determinados sectores, y ningún negocio estaba más en su punto de mira que un servicio de redacción de trabajos. El día que se lanzó ChatGPT, recibí más de 150 mensajes a través del perfil de Instagram de la empresa preguntando sobre el tema o, como os podéis imaginar, burlándose de mí.

"Partiéndome el culo, ChatGPT ha destruido tu negocio de trabajos".
"Partiéndome el culo, ChatGPT ha destruido tu negocio de trabajos".

KP

Mi primer movimiento tras leer algunos de los mensajes fue pedir a ChatGPT que me escribiera un resumen de 500 palabras de Romeo y Julieta. 30 segundos después, tenía un escrito que podría aprobar un curso de literatura de 6º de primaria.

Le pedí a un amigo profesor que lo escaneara en TurnItIn, el principal software antiplagio. Tenía curiosidad por saber si el resumen escrito en ChatGPT activaría su detector de plagios.

El ensayo pasó con éxito.

Mi amigo lo expresó mejor que nadie: "Estás jodido". Y otros estuvieron de acuerdo.

"ChatGPT os ha dejado sin negocio".
"ChatGPT os ha dejado sin negocio".

KP

"ChatGPT os ha ganado por el precio de 0 dólares".
"ChatGPT os ha ganado por el precio de 0 dólares".

KP

Yo ya estaba en estado de pánico, y además tenía el disgusto añadido de que cientos de personas se estaban burlando de mí en internet

Cuando se lanzó ChatGPT en noviembre, nuestra temporada alta casi había terminado. Muchos estudiantes aún no habían adoptado la escritura IA o tenían miedo de probarla, y las ventas de diciembre aumentaron cerca de un 50% con respecto al año anterior. Cerrábamos con éxito el año 2022.

Pero se avecinaban problemas. Enero y febrero fueron meses sólidos, pero con una tendencia a la baja. Luego, en marzo, el crecimiento desapareció. De marzo a mediados de mayo, las ventas empezaron a descender con respecto al año anterior, y abril fue el peor: los ingresos cayeron un asombroso 28%. 

Para un negocio que no había dejado de crecer en 6 años, esto parecía apocalíptico. Y no solo me preocupaba el presente, sino que pensaba en cómo sería el futuro con la IA.

Todo estaba ocurriendo muy deprisa. Las empresas empezaron a integrarla en sus procesos. El capital de riesgo inundó el sector de la IA como las cataratas del Niágara. Cada día que pasaba, la IA no sólo mejoraba, sino que el ritmo al que lo hacía era cada vez mayor.

Fue una época oscura para mí y sentía que mi futuro y mis planes de vida desaparecían ante mis ojos.

Las cosas también eran difíciles para mis competidores

Varios de ellos se presentaron para preguntarme cómo estaba afectando la IA a Killer Papers. Nunca había hablado con ellos antes de esto, pero todo el mundo estaba en estado de pánico y haciendo frente a los desafíos.

Los servicios de tutoría también tenían problemas. Incluso Chegg, una página multimillonaria de ayuda con los deberes, vio cómo sus acciones caían casi un 50% en un solo día.

A pesar de todo, no soy de los que se quedan de brazos cruzados cuando la vida se pone difícil. Cuando empecé con Killer Papers, la gente me decía que nunca funcionaría, y pude demostrarles que estaban equivocados.

Aunque estaba realmente aterrorizado por lo que la IA podía hacer a mi negocio, sabía que llorar por ello no serviría de nada. O me adaptaba o moría, pero estaba decidido a volver a demostrar que la gente se equivocaba.

Las palabras de mi madre fueron parte del empujón: "Lucha como el demonio para mantener lo que has construido". Así lo hice.

Una imagen del robot Atlas, de Boston Dynamics.

Así me he adaptado a ChatGPT

1. Me burlé de mí mismo en las redes sociales

Admití que ChatGPT suponía una grave amenaza para mi negocio. A la gente le encantó la sinceridad, y algunos incluso salieron en mi defensa.

2. Ajusté los gastos de mi empresa

Recorté los "sería bueno tener", eliminé las bonificaciones y negocié tarifas más bajas para algunos de los productos de software que utilizábamos o para las personas influyentes con las que comercializábamos.

Con ese ahorro, aumenté nuestro gasto en marketing y lancé códigos de descuento más grandes y con más frecuencia que nunca. En este nuevo plan de marketing, me centré en lo que vendía: tutoría virtual personalizada, proyectos con requisitos de páginas y recuentos de palabras más largos, requisitos de fuentes complejos y ofertas relacionadas con la carrera profesional, como currículums, cartas de presentación e incluso simulacros de entrevistas.

Además, algunos clientes empezaron a pedirnos que editáramos o ampliáramos el trabajo que la IA había generado para ellos. Por ejemplo, los clientes pedían esquemas o declaraciones de tesis con IA y luego nos pedían que encontráramos fuentes de apoyo y ampliáramos el texto.

3. Utilicé la IA para algunas tareas

Por último, utilizamos la IA para ayudarnos con algunas tareas administrativas, como las nóminas y la contabilidad, para ahorrar tiempo y dinero.

Una sucesión de acontecimientos ha vuelto a encarrilar nuestro negocio

Mientras realizábamos estos cambios, los profesores también parecían haber despertado. Los trabajos se volvieron más complejos y en la mayoría de las principales universidades se advirtió de que los pasaran todos por un software de detección de IA. 

Además, durante el verano de 2023, distinguidos informáticos de Stanford y UC Berkeley descubrieron que la calidad de respuesta y el rendimiento de ChatGPT se degradaban con el tiempo.

La combinación de lo anterior volvió a poner el negocio en marcha. Desde el 1 de junio hasta el 25 de agosto de este año, los ingresos de Killer Papers crecieron casi un 35% anual.

En el momento de escribir estas líneas, agosto va camino del 40% de crecimiento de los ingresos, y los servicios de tutoría virtual en directo representan su mayor porcentaje de ventas hasta la fecha. 

Aunque el nuevo semestre de otoño será más indicativo de una clara vuelta al crecimiento, soy prudentemente optimista y creo que 2023 será nuestro mejor año hasta la fecha.

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Estoy feliz de que el negocio no se haya hundido, pero me sigue preocupando lo que está por venir

La IA no se va a ir a ninguna parte, aunque de momento esté en una fase de calma. Existen incentivos financieros sustanciales para el avance de la IA, con capital público y de riesgo fluyendo hacia el sector. Todavía tenemos que ver los mayores cambios en lo que se refiere a la escritura generada por IA. 

Por ahora, seguiré centrándome en diferenciar Killer Papers, añadir nuevos productos y servicios y adaptarme a los cambios en el mundo académico. Preveo que, a medida que avance la IA, los profesores no tendrán más remedio que adoptarla. Cuando eso ocurra, nosotros también lo haremos, si eso es lo que quieren los clientes.

A todos los escritores, tanto si están en el sótano de casa de sus padres trabajando en su novela como si están en Hollywood luchando por una mejor remuneración y una regulación de la IA, les insto a que aguanten los golpes, porque lo peor está por llegar. Empresas como Microsoft han hecho de la IA su máxima prioridad, y no han hecho más que empezar. 

Me encanta escribir, y es una pena que los robots estén sustituyendo a los escritores. No hay nada más humano que escribir, y espero que todavía haya un lugar para nosotros en el futuro, incluso cuando la IA forme parte del proceso.

La clave está en encontrar el lado positivo, aceptar el cambio y redefinir lo que significa ser escritor en la era digital. En algún momento descubriremos cómo encaja Killer Papers en este nuevo panorama de la IA.

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