Acabada la era de las vacas gordas, llega el momento de la sostenibilidad: qué esperar de las startups españolas en 2023, según los expertos

Crisis en las startups

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  • Tras un comienzo de año más que prometedor, la inversión en startups se estancó en la segunda mitad de 2022 debido al enfriamiento financiero.
  • Los expertos del ecosistema esperan un 2023 marcado por la sostenibilidad: solo progresarán las empresas con sus cuentas saneadas y sus negocios a punto, pronostican.

Todo parecía ir bien. Tras un 2021 que dio a conocer al mundo la expresión ahorro embalsado, muchas startups arrancaron el año con un solo problema: no había tiempo para contar tanto billete. Uno tras otro, trimestre a trimestre iban cayendo los récords en cifras de inversión. 

Se hablaba, por supuesto, de que buena parte de estas apuestas se correspondían con las inversiones que los fondos tenían previsto hacer durante 2020 pero que, finalmente, se quedaron en un cajón debido a la pandemia: en efecto, aquello era el famoso ahorro embalsado.

Pero también se hablaba, por ejemplo, de tecnología, de disrupción, de la necesidad de apostar por proyectos cuyos resultados tangibles no se podían esperar en el corto plazo. Se hablaba, muchísimo, de metaverso, de inversiones de miles de millones en realidad virtual, una innovación que prometía cambiar para siempre la vida de todos más pronto que tarde.

Pero llegó 2022 y se desmoronó el castillo de naipes. Como en el cuento de la lechera, quienes caminaban distraídos imaginando todo lo que iban a hacer con lo que llevaban sobre sus hombros tropezaron con la realidad y sus ilusiones quedaron por los suelos.

Las fichas de dominó cayeron una tras otra. Primero, la invasión rusa de Ucrania desató, entre otros muchos desastres, una crisis de suministro de materias primas que afectó a una buena cantidad de sectores. Entre ellos, muy especialmente, el energético: no había gas para producir electricidad.

Con el precio de la luz por las nubes, las empresas tardaron poco en repercutir el aumento del coste de producción sobre el consumidor. Como consecuencia, la inflación se disparó alcanzando un más que preocupante doble dígito a mitad de año.

Exit de startup

Los bancos centrales no tardaron mucho en responder. Tras una década de hiperactividad marcada por las palabras pronunciadas en su día por Mario Draghi en las que aseguraba que el BCE "haría lo necesario" para salvar el euro, llegaba el momento de elevar los tipos de interés

Si la economía se había sobrecalentado, la receta, postulan los bancos centrales, no puede ser otra que encarecer el precio del dinero. Y la fiesta llegó a su fin.

Con los préstamos cada vez más caros, los fondos se vieron obligados a frenar. En cuestión de meses, se empezó a hablar un poco menos de metaverso y de tecnologías disruptivas a varias décadas vista y se empezó a hablar mucho más de sostenibilidad.

Que nadie se despiste: se trata de sostenibilidad financiera, no ecológica (aunque muchas veces van de la mano). Un eufemismo para hablar de ingresos puros y duros, de flujo de caja, de negocio, de producto comercializable, de dinero contante y sonante. 

Nada de números rojos a cambio de promesas. Los fondos quieren apuestas seguras, quieren dinero y lo quieren ya.

Las cifras reflejan este momento con exactitud. Tras un comienzo de año más que prometedor y que incluso mejoraba las cifras de un 2021 de récord, 2022 se cierra con menos de 3.500 millones de euros invertidos en startups en España, según el Observatorio de Startups de la Fundación Bankinter.

La cifra representa un 20% menos que lo registrado hace un año. Por otra parte, el volumen de exits, de empresas vendidas, se queda en unos escasos 1.200 millones de euros, un 65% menos que hace un año. 

Es la tónica general. Durante los 11 primeros meses del año, las empresas españolas hicieron algo más de 27.000 operaciones de ampliación de capital, un 0,23% más que en el mismo periodo del año 2021.

Sin embargo, en volumen este aumento del número de operaciones se tradujo apenas en algo menos de 18.000 millones de euros, casi un 35% menos que el año pasado, según Axesor, empresa de servicios de información global, y su Radar Empresarial de Ampliaciones de Capital.

El mal año de SoftBank

"Ha sido un año extraordinario en el sentido literal de la expresión porque ha sido el año en el que los emprendedores han tenido que volver a la tierra. He sido emprendedora desde 1999, con lo que he vivido crisis de todos los colores, desde la de las puntocom hasta la inmobiliaria de 2008, y habíamos entrado en una dinámica peligrosa", explica a Business Insider España Laura González-Estéfani.

Con más de 2 décadas de inversión a sus espaldas, más de una treintena de empresas participadas por ella misma y un centenar a través de su fondo, TheVentureCity, esta business angel, que es como se conoce en el ecosistema a los inversores en serie, tiene claro su diagnóstico.

"La situación era absolutamente irreal. Esas valoraciones infladas, esos nuevos inversores que entraban sin tener ni idea pero poniendo dinero a diestro y siniestro... Se había relajado incluso el due diligence [proceso de investigación de la situación de una startup por parte de un fondo]", explica esta experta.

Y ahonda: "Para mí, este ha sido el año de recordar a los emprendedores que hay que hacer las cosas bien y a los inversores que hay que valorar con arreglo a la situación real del proyecto. La inflación no es buena para nadie, pero ha devuelto al capital riesgo a la esencia, a las cosas básicas".

"El actual contexto requiere de proyectos con mayor foco en la sostenibilidad. Creemos que la mejor manera de predecir el futuro, es creándolo. Para ello, generar oportunidades con base deep tech de la mano de centros tecnológicos referentes, va a ser clave para el próximo año", coincide Isabel Giménez, directora de operaciones de Farside Ventures.

Y completa: "Por otro lado, creemos que se invertirá a un precio más económico por la regulación del mercado tras el fin de ciclo de las tecnológicas. Es por este motivo que encontrar oportunidades de financiación para impulsar nuevas iniciativas empresariales podría ser más costoso".

"Con intereses crecientes, las startups competimos con las obligaciones y deuda pública y por tanto nos será mucho más difícil financiarnos. Esto implica grandes bajadas de valoraciones en rondas y el objetivo de llegar a resultados positivos lo antes posible", zanja al respecto Irene Gómez, cofundadora y CEO de la fabricante de robots Keybotic.

Ilustración startups e inversores o fondos

Tecnología aplicada a las finanzas, la salud, la energía y la agricultura: las tendencias españolas para 2023 según los expertos

Pero los expertos también ven motivos para el optimismo: "En inversión ha sido menor que 2021, pero eso no quiere decir que haya sido un año malo, ni muchísimo menos, porque ha sido 3 veces mejor que años anteriores. El ecosistema español ya está en otro momento y en otro volumen", explica Javier Megías. 

Megías es socio de Plug & Play, uno de los fondos más importantes del mundo, y ha sido este año también el encargado, una vez más, de presentar el estudio de la Fundación Bankinter, una de las radiografías más completas de la situación que atraviesan las startups en España.

"Huyo más que nunca de la palabra crisis. Lo que estamos viendo es un proceso de ajuste, y todo proceso de ajuste es doloroso" comenta Megías.

"Pero yo creo que es algo solamente temporal. Porque lo que dicen por ahí los fondos es que dinero sigue habiendo, lo que ocurre es que van a elegir con más cuidado".

Megías no es el único que piensa así. "Más que una crisis, yo prefiero hablar de una corrección de mercado. Los fondos seguimos teniendo dinero y seguimos buscando un retorno, y para eso hay que invertir", analizó el mes pasado Itxaso Palacio, socia del fondo internacional de inversión Notion, en el encuentro Barcelona Tech Spirit.

"Estamos buscando emprendedores que sepan muy bien cómo crecer. Estábamos en un entorno en el que no podíamos seguir operando y que se está corrigiendo", añadió la experta. 

Ilustración sobre asignaturas y educación

Invertir, ¿pero en qué? ¿Qué es exactamente lo que buscan en mitad de este largo invierno financiero los fondos de inversión? ¿En qué número de la ruleta están dispuestos a poner sus fichas? ¿Qué sectores tienen más capacidad de atraer capital? 

"Vamos a ver buenas apuestas por el software de empresa, lo que llamamos business and productivity, startups dedicadas a que las empresas trabajen mejor. Siguen el modelo de cotizadas como Salesforce", empieza pronosticando Megías.

A este tipo de inversiones se añadirán, piensa este inversor, aquellas relacionadas con el mundo de las finanzas y la salud. 

El sector fintech, que abarca todo lo relacionado con la oferta de servicios financieros alternativos a la banca tradicional y apoyados por un fuerte componente tecnológico, hace ya tiempo que se subraya en España.

Un informe de Ernst & Young recogido por IE Business School cifraba en 376 compañías dedicadas al sector en el país en 2021.  En lo referente al número de inversores, España ocupa el 46% del total global del sector. 

Monica Sasso, jefa de tecnología en Europa, Oriente Medio y África de la multinacional tecnológica estadounidense Red Hat ha identificado también algunas áreas claves del sector da cara a 2023.

Entre ellas destacan un entorno macroeconómico marcado por la inflación y que invitará al ahorro, un cliente que necesitará más servicios personalizados que nunca para poder llevar a cabo este ahorro, una innovación tecnológica que tendrá que ver con herramientas como las monedas digitales, la regulación de la nube y la digitalización de las formas de trabajo.

El sector salud, por otra parte, es un ámbito tradicionalmente lento a la hora de aceptar nuevas tecnologías, pues en el concurren al menos 2 dificultades. 

La primera es que el grueso de sus clientes más recurrentes suele ser de edad avanzada, lo que quiere decir que cuenta con un público reacio a las innovaciones. La segunda es que es un sector en el que hay que tener extremo cuidado con cuestiones sensibles como el manejo de datos. 

Con todo y con eso, de un tiempo a esta parte tecnologías como la IA aplicada al diagnóstico son cada vez más aceptadas al menos como herramientas que pueden ayudar a los profesionales.

"Para España sería fascinante avanzar en todo lo que es la tecnología aplicada a la agricultura. Junto con esto, es una oportunidad tremenda todo lo relacionado con la logística con el país como punto de entrada tanto de Latinoamérica como de Asia y de África hacia el resto de Europa", opina González-Estefani.

De igual manera, vaticina, el aprovechamiento de energías limpias como el sol, que España disfruta en abundancia, será uno de los ámbitos en los que más camino se podrá recorrer. 

Pero la inversora también tiene predicciones a la inversa, es decir, sectores en los que España debería liderar pero que se van a escapar de entre los dedos.

"En bioscience, por ejemplo, podríamos liderar, porque tenemos a los mejores científicos, pero no hay presupuesto, con lo que se están yendo a EEUU. Podríamos desarrollar buena tecnología para el control de la salud, pero nadie quiere invertir aquí en eso", pronostica.

 

La ley de startups, una puerta que se abrirá lentamente

Pero si se trata de hablar de cambios sustanciales en el ecosistema emprendedor en 2023, pocos más comentados que la ley de startups aprobada a finales de 2022 y que busca dar facilidades a los inversores y a los fundadores de empresas.

Esta, además, llegará acompañada de una inversión de 100 millones de euros en proyectos tecnológicos.

González-Estéfani no puede esconder su entusiasmo cuando habla de ella: "¡Sí que la notaremos! Viene a corregir cosas en las que íbamos 25 años por detrás. Era increíble".

La inversora se refiere en concreto a cuestiones como las stock options, una forma de remuneración a través de acciones futuras de la empresa que en España a partir de 2023 recibirá un tratamiento fiscal más laxo. 

En concreto, la ley establece una exención tributaria para opciones por valor de entre 12.000 euros a 50.000 euros anuales. En la práctica, esto quiere decir que un trabajador de una startup puede recibir hasta 50.000 euros anuales en participaciones de la propia empresa sin tener que tributar por ellas hasta que las venda, pasen 10 años o la compañía salga a bolsa.

Además, la ley elimina la necesidad de que la oferta se realice en las mismas condiciones a todos los empleados: "Creo que esto va a dar oxígeno a la inversión en España. Era muy triste ver cómo en EEUU las empresas se podían permitir pagar más a la gente solo con stock options", afirma González-Estefani.

Megías, en cambio, cree que los cambios de la nueva ley se producirán más a largo plazo.

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"Obviamente cuando cambias las condiciones estructurales de algo el impacto no es para nada inmediato, y no creo que lo vaya a ser. Digamos que lo que estamos haciendo con la nueva ley, que sin ser perfecta es mejor que lo que había, es poner los mimbres para que se vayan generando poco a poco más y mejores startups", empieza explicando.

Por otra parte, Megías no se resiste a dejar una puerta abierta a la esperanza En España. A su juicio, estamos mejor que en otros sitios, sencillamente, porque tampoco ha habido nunca demasiado dinero corriendo de acá para allá.

"La sensación que tengo es que en general las compañías españolas han sido siempre más eficientes en capital. Lo hemos sido no por ninguna cualidad de los españoles, sino porque no ha habido tanto capital para financiar y esto ha llevado a que seamos un poco más cuidadosos", analiza Megías.

"Entonces, yo creo que el golpe ha sido menor que en Europa, igual que en Europa ha sido menor que en EEUU, donde ha nacido todo esto y donde el desajuste era mucho más grande. A partir de ahora, dependerá de cómo lo gestione cada barrio".

 

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