Un exasesor de Obama y economista de Harvard dice que Rusia es "una gran gasolinera" y que en cualquier otro aspecto es "increíblemente irrelevante" en la economía mundial

Matthew Loh,
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha firmado decretos que reconocen la independencia de Donetsk y Luhansk. Las tropas de Moscú entraron el lunes en estas zonas, lo que aumenta la posibilidad de una guerra abierta entre Rusia y Ucrania.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha firmado decretos que reconocen la independencia de Donetsk y Luhansk. Las tropas de Moscú entraron el lunes en estas zonas, lo que aumenta la posibilidad de una guerra abierta entre Rusia y Ucrania.

Alexei Nikolsky/TASS via Getty Images.

La economía rusa es "increíblemente irrelevante en la economía global excepto por el petróleo y el gas", cuenta Jason Furman, economista de Harvard y exasesor de Barack Obama, en declaraciones a The New York Times.

"Básicamente es una gran gasolinera", opina.

Estas afirmaciones se producen mientras Occidente prepara un paquete de grandes sanciones a Rusia que se sucederán si finalmente da el paso de invadir Ucrania.

Pero, a pesar de que tienen el potencial para sumergir a la economía rusa en el caos, estas medidas también podrían repercutir en Estados Unidos, Europa y el resto del mundo en la lucha contra la inflación y el aumento de los precios de la energía; un efecto dominó que Occidente espera mitigar.

Este lunes, Moscú reconocía de forma unilateral la independencia de las 2 regiones separatistas de Ucrania y mandaba allí a parte de sus tropas; haciendo escalar la posibilidad de una guerra abierta.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ya ha impuesto sanciones en las regiones separatistas —Donetsk y Luhansk— prohibiendo a los ciudadanos estadounidenses cualquier tipo de exportación, importación o nuevas inversiones en estas zonas.

La guerra en Ucrania tiene un impacto indirecto en tu bolsillo: 4 materias primas que se están viendo afectadas por el conflicto

A pesar del tamaño de Rusia y la riqueza de materias primas, su economía es más similar a la de Brasil que a la países como Alemania, Francia y Reino Unido, según el último indicador de Producto Interior Bruto (PIB) del Banco Mundial.

Según los datos del Banco Mundial, su economía es más débil que la de Italia o Corea del Sur, dos países con menos de la mitad de la población de Rusia.

Sin embargo, tal y como apunta Furman, las exportaciones de petróleo y gas rusas son importantes para el resto del mundo.

La Unión Europea (UE) importa alrededor del 80% del gas natural que consume, según la Oficina de Información Energética de Estados Unidos, y el gas ruso representa el 41% de esas importaciones de gas y el 27% de las de petróleo en el continente, según los datos de Eurostat.

Para más inri, los precios de la energía en la UE se han disparado desde los 20 euros a los 180 euros el megavatio hora en el último año, y la desaparición de esas importaciones de gas y petróleo podrían ser la receta para el desastre en la región y la interconectada economía global.

Mientras tanto, en Estados Unidos, los precios del gas marcan precios récord por séptima semana consecutiva, escalando hasta los 3,50 dólares (3,10 euros) por galón, mientras la inflación se dispara a su tasa más alta en 40 años hasta el 7,5%.

La creación de una súper red eléctrica europea ayudaría a reducir un 32% el coste de la energía en todo el continente, según un estudio

Por otro lado, Ucrania también es el mayor exportador de grano a otras regiones, exportando el 40% de su trigo y maíz a Oriente Medio y África, según el diario neoyorquino.

Como respuesta a esa potencial crisis alimentaria en estas regiones, el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack decía el pasado sábado que los granjeros estadounidenses podrían incrementar su producción e "intervenir para ayudar a nuestros socios", recogíaAssociated Press.

Ucrania representa el 12% de las exportaciones de grano del mundo, y se estima que proveerá el 16% de las exportaciones globales de maíz este año, según AP. Vilsack opinaba que los consumidores estadounidenses no se verán afectados en gran medida, pero los europeos se enfrentan "a otra historia".

"Hay que mirar el trasfondo de todo lo que está ocurriendo", dice Gregory Daco a The New York Times, econoomista jefe de la consultora EY-Parthenon. "Hay una inflación alta, las cadenas de suministros están bajo tensión y la incertidumbre acerca de lo que van a hacer los bancos centrales y cómo de consistente va a ser la escalada de precios".

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