"Implantar la semana de 4 días ha hecho aumentar una barbaridad nuestra productividad", según la emprendedora que impulsa su aceleración en España

¿Será 2020 el año en el que se inicie la implantación de la semana laboral de 4 días? En los últimos meses, este modelo de jornada de trabajo ha ido ganando adeptos y varias empresas españolas han comenzado a aplicarlo, incluso después del inicio de la pandemia. De hecho, el impacto del coronavirus ha sumado aún más apoyos a la semana de 4 días, desde Mercadona al principal sindicato alemán.

Las medidas de confinamiento y el consiguiente impulso del teletrabajo han motivado que muchas empresas se estén replanteando sus procedimientos, especialmente por los protocolos de regreso a las oficinas y lugares de trabajo presencial. Ese nuevo panorama laboral, la búsqueda de una mayor productividad y la necesidad de mejorar la conciliación son el punto de partida de la plataforma 4suma!, que defiende la implantación de la semana laboral de 4 días en España.

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María Álvarez, cofundadora de Ephimera y de los restaurantes La Francachela, es una de las impulsoras de 4suma! y explica a Business Insider España que "nace de la experiencia de mi socia Elena García y mía, que somos madres y empresarias y durante la cuarentena, nos encontramos un poco en el ojo del huracán de todos los ajustes que se están haciendo en la sociedad para adaptarnos a la pandemia".

Las grandes empresas están yendo más allá de la semana de 4 días

Álvarez señala las dificultades para "sacar la empresa adelante al mismo tiempo que intentábamos cuidar a nuestros hijos, metidos en casa con una situación de estrés muy complicada", una situación que, ante las incertidumbres en cuanto al reinicio del curso escolar, les llevó a la conclusión de que "no podemos volver a trabajar de la misma manera que antes, porque sería un suicidio empresarial".

Como ejemplo, la emprendedora señala el caso de uno de sus restaurantes, "es un sitio gigante con un montón de personal, y si tienes un solo positivo tienes que mandar a toda la plantilla a su casa 15 días". Por ello, ante la necesidad de encontrar una nueva forma de organizarse, "ya habíamos valorado la idea de la jornada de 4 días en el pasado y la rescatamos pensando que nos podía ser útil y que de hecho, nos está siendo útil".

De este modo, María Álvarez explica que han implantado en sus restaurantes se trabaja 4 días y se libra 3, a diferencia de las típicas semanas de 6 días laborables de otros negocios de hostelería, lo que les ha permitido afrontar un posible caso de contagio de una trabajadora sin necesidad de cerrar, ya que manifestó síntomas durante sus 3 días libres, por lo que no tuvo contacto con el resto de la plantilla, aunque finalmente sus pruebas han dado negativo.

Respecto a la acogida de la plataforma 4suma!, la empresaria señala que han recibido el respaldo de instituciones que están llevando a cabo iniciativas similares, como la Generalitat Valenciana o el ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid, de pymes que ya aplican la semana de 4 días, y también de grandes empresas como Acciona o Mahou-San Miguel, entre muchas otras. "Se están llegando a extremos impensables hace pocos años", añade.

"Trabajamos como consultoras para bastantes empresas del Ibex 35 y lo que nos cuentan casi todas es que están yendo mucho más allá de la semana de 4 días", destaca Álvarez, "muchas de ellas, como es el caso de Mahou, están trabajando en 3 bloques con el personal, que va a la oficina una de cada 3 semanas de 9 a 14 horas". La diferencia, asegura, "es que lo están haciendo sotto voce, en pruebas y sin hacer grandes anuncios, porque todavía hay mucho miedo".

El presencialismo en la oficina ha muerto con el coronavirus

María Álvarez precisa que "la realidad es que todas las grandes empresas están yendo a medidas que van mucho más allá de una jornada de 4 días, están flexibilizarlo muchísimo más, aunque otra cosa es que lo que se plantean es que sea temporal, puntual, y tengan la capacidad siempre de volver un poco para atrás", aunque afirma que esas empresas llevan años buscando un mejor acuerdo con sus equipos para afrontar los problemas de presencialismo en la oficina o de productividad.

"El presencialismo se ha muerto de alguna manera con la pandemia", asegura la empresaria, señalando que a las empresas que todavía apuestan por ese modelo "en la distancia es costosísimo". Sin embargo, advierte de que, superado el presencialismo, "la idea de que todos trabajemos por objetivos hay que hacerla bien, porque si no corres el riesgo de modificar las relaciones laborales de las empresas muy rápido, cuando la gente no está todavía preparada".

Álvarez pone como ejemplo su empresa principal, Ephimera, donde llevan "muchos años trabajando en remoto y efectivamente, cuando uno termina su trabajo, se va". Esta experiencia le lleva a afirmar que "estos medidas, como la semana de 4 días, sirven de puente entre una realidad presencialista loca, como hemos tenido hasta ahora, y el nuevo formato de trabajo".

La coimpulsora de la plataforma 4suma! reconoce que "habrá empresas que pretenderán hacer como si no hubiera pasado nada", pero considera que "va a haber muchos cambios de tendencia, porque se ha materializado otra realidad" y que "todas las grandes empresas están deseando pasarse a un formato en el que todo el mundo trabaje por objetivos y que se pueda estandarizar muchísimo más lo que produce cada una de las unidades de capital humano en la plantilla.

Además, señala que es complicado pensar en volver al 100% a las oficinas si hay dificultades para acceder al transporte público o para que los padres cuenten con los centros educativos durante el próximo curso, además de posibles contagios "que visibilizarán las oficinas como un sitio insalubre".

La mejora de la productividad gracias a la semana de 4 días

"El miedo de todo el mundo", destaca la emprendedora, "es tomar decisiones demasiado rápido pensando que a lo mejor pueden incidir en su productividad, nosotros pensamos que es al revés, que es cuando se hacen este tipo de cambios sustanciales y de calado y un poco en voz alta, cuando se hacen en primera línea, es cuando también puedes llamar a concurso de todo el mundo".

Por ello, pide evitar "parchear la situación" y aprovechar "este impulso social colectivo por salir de esta batalla adelante" y para tomar medidas con un valor económico y señala que "hubiera sido una buenísima idea hacer una gran inversión en la educación en estos momentos y sería una buena idea aprovechar para reordenar esas relaciones laborales en busca de más productividad, no solamente porque los trabajadores quieran trabajar menos, sino para buscar otro modelo productivo".

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Un ejemplo de ello se encuentra en sus restaurantes, La Francachela, en los que además de implantar la semana de 4 días, han establecido turnos que permiten que los trabajadores libren 3 días seguidos, o 6 días si cambian turnos, y dispongan mejor de su tiempo, y han implantado "una novedad de cara al usuario, que en nuestro restaurante se pide por Whatsapp" en lugar de esperar a ser atendido por un camarero.

"No es simplemente reducir las horas que trabaja el personal", destaca María Álvarez, "sino hacer un planteamiento distinto para que los trabajadores, que ven se compromiso por parte de la empresa, esa transformación, también cambien sus rutinas y estén dispuestos a formarse, aprender, entrar en otras dinámicas, y nosotros metemos tecnología para mejorar los procesos, y por supuestísimo que hemos mejorado la productividad una barbaridad". 

Álvarez recalca la diferencia con el resto de negocios de hostelería, donde trabaja "un 17% de la población activa de España, que está condenada a unos horarios y unas dinámicas de locos, por lo que este tipo de cosas te cambian la vida entera, de pronto puedes tener derecho al ocio, a ver a la familia", lo que implica que los trabajadores sean "más felices, más comprometidos y más productivos, que es lo que necesitamos".

Ese compromiso de los trabajadores es crucial, señala la empresaria, señalando los resultados de una encuesta de Gallup que se lleva realizando desde más de 8 décadas y que muestra que "el 85% de los trabajadores no tienen ningún compromiso con su empresa, en el sentido que les da igual trabajar allí o en otro sitio, es un indicador malísimo y todas las empresas están haciendo lo que pueden para transformar esa realidad".