Las enfermedades y dolencias propias del otoño que tienes que controlar

Otoño

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  • Tras el relajante verano, el otoño es un momento de vuelta a la rutina, que también traen más dolencias provocadas por el cambio de tiempo, el no prevenir lo suficiente, la mayor movilidad o el despiste. 
  • Hay una serie de dolencias que son las más comunes en esta época del año, con lo que te conviene repasarlas y ver qué hacer para prevenirlas, porque con pocos detalles puedes vivir un otoño tranquilo. 

El otoño ya está aquí y, además de un cambio de armario, ten en cuenta que es época de posibles dolencias, marcando una estación de cambios notables en nuestro entorno y en nuestra salud. Con la caída de las temperaturas, el aumento de la humedad y la disminución de la presión atmosférica, enfrentamos desafíos de salud únicos

Por eso, seguro que te es útil explorar en las enfermedades clásicas de esta temporada y cómo prepararte para mantenerte saludable a pesar de los desafíos del otoño. Tras el verano te sigues confiando y no cambias ciertas rutinas ni tienes en cuenta prevenciones para evitar unos meses que son propensos a problemas de salud puntuales. 

Otoño, época de virus respiratorios y alergias

Con la llegada del otoño, los virus respiratorios hacen su aparición, llenando el aire con tos, estornudos y congestión. Estos virus, que a menudo viajan desde oriente hacia occidente, encuentran condiciones ideales en esta temporada. Pero no son los únicos en escena, las alergias también cobran protagonismo. 

La humedad y la proliferación de hongos y ácaros en el ambiente hacen que las visitas a urgencias aumenten, especialmente entre los más jóvenes. Si eres propenso a la alergia, como la dermatitis atópica, el otoño puede agravarte los síntomas debido a la sequedad de la piel. Mantener la piel hidratada es esencial para sobrellevar mejor estos brotes.

Resfriados y gripe

Aunque la gripe suele esperar hasta enero o febrero, el otoño es la temporada de otros virus respiratorios, como el rinovirus y el adenovirus, que causan resfriados. La combinación de aire frío y menor ventilación en espacios cerrados proporciona el entorno perfecto para la propagación de estos virus. 

La prevención es fundamental, y aunque la vitamina C no impide el resfriado, el uso de mascarillas, especialmente si se tienen síntomas, puede ayudar a reducir la transmisión viral. La pandemia acabó, pero recuerda que no es mala idea, aunque de pereza, ponerte la mascarilla en vagones de metro o autobuses atestados. 

Cuidado con una posible neumonía

La neumonía es una infección pulmonar grave que puede aparecer como complicación de la gripe o el Covid-19. Los síntomas incluyen fiebre, tos con flema y dolor torácico. La vacuna antineumocócica puede proporcionar protección contra ciertas cepas de bacterias responsables de esta enfermedad.

Recuerda que neumonía suena tan mal que lo vemos como algo lejano, al margen de la pandemia, pero un resfriado o gripe mal curada puede acarrear este problema, con lo que previene, y si finalmente te contagias de lo que a veces es inevitable en otoño, reposa y cúrate completamente. 

¿Y si eres asmático?

El asma es muy sensible también al frío y la humedad. Los cambios climáticos y la mayor exposición a alérgenos y virus en otoño pueden desencadenar crisis asmáticas

El control incluye el manejo de los síntomas y la identificación de las causas subyacentes. La humedad en interiores y evitar la exposición a alérgenos son medidas clave. con lo que, una vez más, la prevención es fundamental, más aún con una dolencia crónica como el asma. 

Enfermedades reumáticas

El dolor articular a menudo se asocia con el otoño, aunque la relación exacta no está clara. El frío y la humedad pueden afectar la viscosidad del líquido sinovial en las articulaciones, lo que puede aumentar el dolor. Sin embargo, es importante recordar que el dolor es subjetivo y puede estar influenciado por otros factores, como la depresión.

En este caso, nada mejor que acudir a tu médico para dilucidar qué es lo que tienes, porque es costumbre muy española la automedicación, creyendo que tienes algo que no tienes o diferente a lo que realmente padeces. 

Astenia otoñal, de lo más frecuente estos meses

La astenia otoñal se caracteriza por la falta de energía y los cambios de ánimo que suelen aparecer en otoño, una versión de la primaveral, pero con la agravante de que luego no llega el verano, sino el crudo invierno, con menos horas de sol aún. 

La disminución de la luz solar y la vuelta a la rutina pueden contribuir a esta sensación. Mantener una rutina saludable, incluyendo ejercicio, alimentación adecuada y exposición a la luz solar, puede ayudar a superar estos síntomas temporales. Tan importante en la vuelta a la rutina, o más, es la salud mental y anímica que la física. 

La úlcera péptica y déficit de vitamina D, menos comunes pero a tener en cuenta

Aunque menos común en la era de los medicamentos antisecretores, las úlceras pépticas aún pueden empeorar en otoño debido a factores como el estrés, la infección por H. pylori y la ingesta de alimentos irritantes. Si los síntomas persisten, es esencial buscar atención médica.

En cuanto a la vitamina D, la exposición reducida a la luz solar en otoño puede llevar a niveles bajos de vitamina D. Aunque la suplementación es una opción, la exposición al sol sigue siendo fundamental para activar la vitamina D. Además, el ejercicio es clave para fortalecer los huesos y prevenir la osteoporosis. Toma mucho sol y de paso estarás más animado y con más energía.

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