¿Qué pasaría si el G20 implanta un impuesto del 2% de su fortuna a 3.000 multimillonarios? 4 países (entre ellos España) lo apoyan

Para redistribuir la riqueza y reducir la brecha de desigualdad económica —cada vez más patente e insondable— entre ricos y pobres, las políticas de fiscalidad y los impuestos sobre la riqueza pueden funcionar como una suerte de Robin Hood. 

La propuesta del economista y director del Observatorio Fiscal de la UE, Gabriel Zucman, invitado especial del ministro Fernando Haddad en el reciente debate del G20 sobre la tributación de las grandes fortunas, es que los 3.000 multimillonarios del mundo deberían pagar un impuesto mínimo anual del 2% sobre su fortuna, lo que permitiría recaudar 291.000 millones de euros al año.

Esta suma de capital permitiría mejorar la lucha global contra la pobreza, la desigualdad y el calentamiento global, han sugerido en la cumbre ministros de Brasil, Alemania, Sudáfrica y España que apoyan la iniciativa, la cual cuenta cada vez con más apoyo internacional. 

Los fondos públicos son más necesarios que nunca tras el impacto económico de la pandemia, los efectos devastadores de la crisis climática y los conflictos militares en Oriente Medio y Europa.  

Estas cuatro naciones solicitan que más países se unan a la campaña, argumentando que la recaudación total, por ejemplo, sería suficiente para cubrir el coste estimado de los daños causados

por todos los fenómenos meteorológicos extremos del año pasado.

El 1% más rico del mundo contamina tanto como los dos tercios más pobres: Slim, Gates, Bezos y Musk, entre los que más CO₂ emiten

Zucman destacó que crear este impuesto mínimo para los superricos permitiría resolver el problema de la “regresividad en la parte superior de la distribución” —o que las personas más ricas paguen proporcionalmente menos impuestos que las personas más pobres—, así como evitar una guerra fiscal entre países.

Zucman diferenció este impuesto a la riqueza del impuesto a la renta, destacando que el primero está definido de un modo mucho más claro, ya que hay datos sobre el valor de las empresas propiedad de los superricos, muchas de las cuales cotizan en bolsas de valores o pueden compararse con otras de tamaño y peso similar. 

El economista cree que este impuesto es viable, y que una coalición de acuerdos podría ayudar a su impulso sin necesidad de consenso global: puso como ejemplo la tributación mínima del 15% sobre las ganancias de las empresas multinacionales, propuesta por la OCDE. Alrededor de 140 países estuvieron de acuerdo con la medida, aunque actualmente solo 35 la están implementando.

Ahora, y tal y como recoge The Guardian, Gabriel Zucman está dando cuerpo a los detalles técnicos de un plan que volverá a ser discutido por el G20 en junio. Francia ha manifestado su apoyo a un impuesto a la riqueza y Brasil se ha sentido alentado porque Estados Unidos, si bien no respalda un impuesto global a la riqueza, no se opone a él.

“Los multimillonarios tienen la tasa impositiva efectiva más baja de cualquier grupo social. Que las personas con mayor capacidad para pagar impuestos paguen menos, no creo que nadie apoye eso”, destacó.

Ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres

Un informe de Oxfam sacó a la luz que la pandemia enriqueció todavía más a esta élite: los multimillonarios eran un 34% más ricos a finales de 2023 que en 2020. Mientras tanto, un estudio del Banco Mundial mostró que a su vez, la pandemia había frenado la reducción de la pobreza.

El artículo de opinión, firmado por ministros de dos de las mayores economías europeas –Alemania y España– y dos de las mayores economías emergentes –Brasil y Sudáfrica– afirma que el impuesto es un tercer pilar necesario para complementar las negociaciones sobre la tributación de la economía digital y la introducción del impuesto corporativo mínimo del 15% para las multinacionales.

"No se aplicaría a los multimillonarios que ya contribuyen con una parte justa de sus impuestos sobre la renta. Pero aquellos que consigan evitar pagar el impuesto sobre la renta se verán obligados a contribuir más al bien común", afirman los ministros.

El texto recuerda que las lagunas existentes provocan que los multimillonarios solo paguen el equivalente al 0,5% de su riqueza en impuesto sobre la renta personal. especialmente gracias a los paraísos fiscales. "Es por eso que una reforma fiscal de este tipo pertenece a la agenda del G20".

La población apoya de forma mayoritaria esta medida: según Zucman, hay encuestas que apuntan a que el 80% de los votantes están a favor del impuesto del 2% para los superricos. Sabe que se encontrará con su oposición. “Odian los impuestos sobre la riqueza. Presionarán a los gobiernos. Utilizarán los medios que poseen”, asevera.