España, ¿infierno o paraíso para la vivienda? Todo depende de la edad que tengas

  • España es al mismo tiempo el país de la OCDE donde más preocupados están los jóvenes por el drama habitacional, y donde menos preocupadas están las demás generaciones.
  • Es cierto que la preocupación es un indicador subjetivo, pero no hace falta bucear mucho en las estadísticas para que los datos confirmen esa percepción.
Vivienda

Robyn Phelps/Business Insider

España puede ser un buen lugar para vivir... o un infierno, todo depende de la edad que tengas. Hay un abismo generacional a la hora de acceder a una vivienda: unos lo tienen muy fácil y otros no tanto.

Resulta que España es al mismo tiempo el país donde más sufren los jóvenes para acceder a un piso y donde más fácil lo tiene el resto

De todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que engloba a casi 40 Estados, España es el país donde más preocupados están los jóvenes por el drama habitacional, y donde menos preocupadas están las demás generaciones:

Según datos de la propia OCDE, en España el 81,7% de los jóvenes de entre 18 y 29 años afirman estar "preocupados" o "muy preocupados" por poder permitirse una vivienda adecuada, por encima de EEUU (50,1%), Francia (50,6%), Turquía (52,1%) o México (73,7%).

Es el dato más alto de toda la OCDE, mientras que, para el resto de edades, España es el país donde menor preocupación hay por la vivienda: solo un 25,7% reconocen esa inquietud. La situación es peor en países como Alemania (donde el 35,4% manifiesta preocupación), EEUU (42,1%) o Finlandia (70,6%).

Es cierto que la preocupación es un indicador subjetivo de la realidad. Pero no hace falta bucear mucho en las estadísticas para que los datos confirmen esa percepción.

El patio interior de un edificio de viviendas

En España, acceder a una vivienda es una utopía para la mayoría de jóvenes: alrededor del 4% de todos los hogares en España están formados exclusivamente por menores de 30 años (frente al 7,5% de la Unión Europea), según un estudio del Injuve. Pero también lo es el mero hecho de salir de casa de sus padres: el 83,7% de los jóvenes no puede emanciparse, alerta el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE).

"Los jóvenes se sienten estafados. Les vendieron que si estudiaban una carrera y un máster encontrarían un buen trabajo que les permitiera vivir como sus padres. No está siendo así", explica Juan Antonio Báez, vicepresidente del CJE.

No ocurre lo mismo con otras generaciones. Según datos de la OCDE, España es uno de los países con mejor acceso a la vivienda (en propiedad y en alquiler). Solo le gana EEUU.

"La realidad es que, si coges todos los datos internacionales de accesibilidad a la vivienda, España está mucho mejor que la OCDE", asegura José García Montalvo, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra.

En el caso de España, el esfuerzo sería del 15,4% para una hipoteca y del 25,1% para el alquiler, frente a Luxemburgo, por ejemplo, que se sitúa como el país con mayor carga para hacer frente a la vivienda (un 24,1% de los ingresos para el pago de la hipoteca y un 24,8% para el alquiler). 

El patio interior de un edificio de viviendas

El problema llega cuando ponemos el foco en las rentas bajas: en el caso de los hogares con bajos ingresos, casi un 70% tienen que destinar más de un 40% de su renta a pagar el alquiler, y un 62,9% dedican un sobreesfuerzo al pago de su hipoteca. Y, sorpresa para nadie, la mayoría de jóvenes están entre las rentas más bajas.

Según el Observatorio de Emancipación del CJE, el salario neto medio anual de un joven es de 13.079 euros. Esto, dividido entre 12 pagas, que es lo común en los sueldos bajos, daría 1.081 euros al mes.

"Las cosas están mal y están peor que antes", reconoce Ignasi Martí, director del Instituto de Innovación Social de Esade y del Observatorio de la Vivienda Digna.

En 1977, más de la mitad de los jóvenes menores de 30 años estaban emancipados, según un informe del Consejo Económico y Social (CES). En 1984, solo un 24% necesitaba apoyo económico para vivir. Entre 1998 y 2001, la tasa de emancipación pasó de rondar el 50% a menos de un tercio de los jóvenes. En 2008, la tasa de emancipación era todavía más baja: del 26%, y, aun así, seguía estando 10 puntos por encima respecto a 2023.

Ilustración de vivienda con inflación

En 2022, por primera vez en la historia, la edad media de emancipación en España alcanzó los 30,3 años. Oficialmente, según el Observatorio del CJE, se considera joven a aquellas personas de entre 16 y 29 años, lo que significa que, a la luz de estos datos, los jóvenes ya no se emancipan; solo se emancipan cuando dejan de ser jóvenes.

"Cuando yo era joven, la tasa de paro y de temporalidad eran muy altas, pero la precariedad (entendida como el tiempo que pueden tardar los jóvenes en estabilizar su situación) era menor que ahora", recuerda José Ignacio Conde-Ruiz, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad Complutense de Madrid, subdirector de Fedea y autor del libro La juventud atracada.

"Si las condiciones laborales son más precarias, el acceso a la vivienda será más difícil. Hoy en día, el acceso de los jóvenes a una vivienda tanto de compra como en alquiler es inasumible", coincide Martí. 

Y mientras los datos siguen empeorando, la preocupación aumenta y ensancha la brecha generacional entre los jóvenes y todos los demás; un abismo cada vez más profundo y visible, pero al que las políticas públicas no parecen llegar.

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