Una nueva generación de oligarcas rusos podría surgir si Putin incauta los activos de las empresas que han salido del país tras la invasión de Ucrania, según un experto en finanzas

Huileng Tan,
El plan del presidente ruso Vladímir Putin de confiscar y nacionalizar los activos de las empresas extranjeras que salgan del país podría crear una nueva clase de oligarcas.
El plan del presidente ruso Vladímir Putin de confiscar y nacionalizar los activos de las empresas extranjeras que salgan del país podría crear una nueva clase de oligarcas.

Mikhail Metzel\TASS via Getty Images.

Rusia ha anunciado que se está pensando si incautar los activos de las compañías extranjeras que salgan del país. Esta medida podría crear una nueva clase de oligarcas, según señala a Business Insider un experto en finanzas rusas.

Aquellos que logren hacerse con estos activos incautados a un precio irrisorio a través de subastas estatales podrían convertirse en un nuevo tipo de magnates, sugiere Hassan Malik, analista senior en la consultora estadounidense Loomis Sayles.

"Existe un riesgo real de que veamos el nacimiento de una nueva clase de amiguismo capitalista y oligarca", alerta Malik a Business Insider.

Con la retirada en tropel de compañías internacionales, muchas aún tienen bienes, como fábricas u oficinas, que están en perfecto estado. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ya ha amenazado con hacerse con el control de estas propiedades ahora inactivas.

El dirigente comunicaba a las autoridades pertinentes que el Kremlin trataría de "hacerse con el control de la gestión externa para luego transferirla estas empresas a los que realmente quieren trabajar", segúnAssociated Press.

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El ministerio de Economía de Rusia proponía que estos activos fueran ser subastados, según recogíaBloomberg el pasado 10 de marzo. Las subastas podrían asemejarse mucho al controvertido programa de "préstamos por acciones" impulsado por el anterior presidente ruso Boris Yelstein, comparte Malik con Business Insider.

En aquel momento, los acaudalados empresarios y los bancos rusos cercanos a las altas esferas prestaron dinero al Gobierno a cambio de participaciones en las compañías industriales públicas. Las acciones fueron adquiridas "a un precio asquerosamente ínfimo", escribíaThe New York Times en 1996.

Malik describe estos acuerdos como "tratos de favor" porque, cuando el Estado ruso "previsiblemente incumplía" los préstamos, los acreedores se apoderaban con las acciones de forma permanente. Esto creó una generación de oligarcas escandalosamente ricos, dice Malik, quien también es autor de Bankers and Bolsheviks, un libro acerca de las finanzas a principios del siglo XX durante la Revolución rusa.

El hombre más rico de Rusia, Vladímir Potanin, amasó su inmensa fortuna mediante este sistema de "préstamos por acciones" cuando adquirió el gigante metalúrgico Nornickel. Potanin tiene un patrimonio neto de 22.500 millones de euros, segúnBloomberg.

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Otro conocido oligarca ruso, Roman Abramovich, quien cuenta con un patrimonio neto de 13.200 millones de euros, adquirió una participación mayoritaria en la petrolera Sibneft a través del mismo programa.

A día de hoy, Rusia necesita fondos urgentemente debido a las amplias sanciones internacionales tras su invasión de Ucrania. Malik teme que los activos extranjeros acaben incautados y después en manos de inversores gracias a un descuento.

"Creo que es un riesgo real dada la historia de Rusia", opina.

Algunos inversores extranjeros podrían estar mirando a Rusia

Es posible el Kremlin abra estas subastas a actores extranjeros, lo que podría atraer a inversores oportunistas que buscan una forma de entrar en el mercado, dice Malik.

"Puede que haya players de algunos países que se sientan relativamente aislados debido a las amenazas de sanción Occidentales", cuenta.

Estos posibles inversores podrían proceder de China, India o países de Oriente Medio que no han condenado la invasión rusa de Ucrania, esboza Malik.

De entre todos ellos, China es probablemente el que desempeñe un papel más activo en la búsqueda de inversiones en Rusia. Sobre todo porque tiene más influencia en sus relaciones de poder con Occidente que muchos otros países, sugiere Malik.

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Sin embargo, es poco probable que las grandes empresas estatales corran el riesgo de entrar en conflicto con sanciones internacionales, pero los inversores podrían crear una sociedad cartera que tan solo opere y comercie entre China y Rusiapara esquivar las potenciales sanciones, concluye.

China parece que ya ha empezado a buscar oportunidades en el mercado ruso.

El embajador chino en Rusia,  Zhang Hanhui, aconsejaba a un grupo de líderes empresariales en Moscú en pasado domingo que aprovecharan las que presenta el "vacío" en el país, según la Asociación de Promoción de la Cultura Confucio de Rusia en WeChat.

Zhang no mencionaba en ningún momento las sanciones, pero sí que contaba a estos empresarios que la situación era "compleja", con grandes compañías enfrentándose a problemas en la cadena de suministro y pagos.

"Estamos en un momento en el que las pymes pueden jugar un papel fundamental", señalaba Zhang.

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