Desde que vi a Kyle Richards hacer un split en The Real Housewives of Beverly Hills en 2010 y atribuírselo al pilates, me obsesioné con la idea de conseguir lo mismo. Me parecía genial; pensé que si conseguía dominar ese único movimiento, podría eliminar muchos estereotipos que existen sobre los cuerpos de talla grande.

Vivía en la India, en una ciudad llamada Lucknow. Allí no había ningún estudio ni instructor de pilates, y como siempre lo había visto en la tele, supuse que era algo que hacían las niñas ricas de las grandes ciudades. Pensaba que sólo sería accesible para mí cuando me mudara.

Lo probé cuando me mudé a una gran ciudad

En 2022, cuando me mudé a Londres, encontré un gimnasio y me convertí en un habitual de 3 clases diferentes de pilates con instructores que tenían estilos diferentes. Quería encontrar el adecuado para mí. 2 de los profesores usaban muchos equipos diferentes para practicarlo, como pelotas, anillos, bandas de resistencia, rodillos y bloques.

Aún así, al que seguía volviendo no usaba ningún equipo y se centraba completamente en la contrología, una forma clásica de pilates que se basaba únicamente en la respiración y el control del músculo a través de la mente. En esta clase de una hora, impartida por un instructor llamado Richie, simplemente repasamos 25 de los 34 ejercicios que forman parte de la contrología original de Joseph Pilates.

Aprendí que no necesitas equipo para practicar pilates

Al principio, me pregunté si esta clase era realmente pilates  —siempre había pensado que practicarla requería máquinas y muchos otros equipos pequeños. Aquí no había pompa ni lujos; en cambio, confiaba únicamente en mi cuerpo—.

He guardado tanto resentimiento hacia mi cuerpo de talla grande, y con frecuencia he dejado que sentimientos de fracaso residan en mi corazón debido a las limitaciones que mi silueta ha tenido. 

Siempre me sentí intimidada por el equipo que había asumido que era necesario para practicar pilates, y asumí que no era para mí, pero en la clase de contrología de Richie, aprendí que había una forma que podía practicar en cualquier lugar, sólo con mi cuerpo.

Cambió mi relación con mi cuerpo

Mi objetivo original, y tal vez superficial, era poder hacer ese ejercicio extremo. Como mujer de talla grande, nunca pensé que mi cuerpo sería capaz de hacer eso, pero quería intentarlo empezando con el pilates. 

Sin embargo, en mi búsqueda de hacer splits, curé el dolor de espalda que me había estado persiguiendo durante más de un año, fortalecí mi core y ahora puedo colocar mis piernas detrás de mi cabeza. Si bien todavía estoy lejos de hacer splits, después de 2 años de hacer pilates, me doy cuenta de que a pesar del objetivo que me estaba diciendo a mí misma, en realidad tenía otro objetivo subconsciente.

Aunque quería hacer splits, alcanzar esa meta era una forma de encontrar una actividad que le diera a mi cuerpo mayor flexibilidad y movilidad. 

Hacer pilates no solo me ha ayudado a fortalecer mi cuerpo, sino que también me ha ayudado a sanar mi relación con él. Ahora, ya no tengo miedo de cosas como vuelos largos y agotadores que me provocan dolor de espalda por estar sentada demasiado tiempo o trabajar de pie todo el día porque este ejercicio me ha enseñado cómo cuidarme.