Por qué hay personas que están poniendo sal en su café

Es el aditivo más antiguo y usado en alimentación. Tanto que en la dieta actual la sal se consume en exceso, lo que, por cierto, tiene un efecto directo en la salud mundial. Recurres al salero para casi todas tus comidas, solo te falta poner en el café.

Quizá te parezca una exageración. Pero lo cierto es que esto último no es tan descabellado. Más se trata de un truco que muchos utilizan para mejorar el sabor de su taza. "Suave, dulce, afrutado", describen en redes quienes lo han probado.

Ponerle una pizca de sal a tu café parece eliminar parte del amargor al tiempo que potencia otros sabores más atractivos a tu paladar. Lo que podría ayudar a rebajar la cantidad de aditivos poco recomendables que le pones para que pase más fácil. Ya que cada vez que le añades leche, siropes o kilos de azúcar anulas todos los beneficios que esta bebida tiene para tu salud. Los cuales, por cierto son bastantes.

Añadir sal al café para un sabor menos amargo

Los expertos en cocina lo saben y la ciencia confirma: el cloruro sódico, conocida como sal de mesa común, "apaga" el amargor. —Por ello, Karlos Arguiñano la utiliza para quitar este gusto en la berenjena—.

Así lo confirma una investigación de 1997 publicada en Nature. "Nuestros datos muestran que, además de agregar la salinidad deseada a los alimentos, las sales potencian el sabor mediante la supresión selectiva del amargor (y quizás otros sabores indeseables) y la liberación de la supresión de sabores agradables como el dulzor".

Sara Marquart encargada de Sabor en The Coffee Excellence Center, asegura que usar sal es una excelente manera de equilibrar el perfil de sabor de robustas amargos y los cafés con perfiles de tueste muy oscuro.

“La sal resalta naturalmente la dulzura del café y mantiene los aromas agradables. Si las personas son sensibles al amargor, incluso en el café de especialidad, añadir sal es una buena alternativa al uso de leche y azúcar”, comentó en Perfect Daily Grind. 

Marquart sugiere añadir una pizca en los posos del café antes de prepararlo. Otros especialistas aconsejan sin embargo ponerla al final de la elaboración, para que sea más fácil calcular la cantidad.

"Sería aconsejable tirar un chupito o preparar primero un café de goteo, evaluar su amargor y luego empezar a añadir sal, aumentando la cantidad hasta conseguir el perfil de sabor perfecto", explica al mismo medio David Jameson responsable de café y sostenibilidad en Bewley's Tea and Coffee.

En cuanto a la cantidad, Alton Brown, chef y estrella televisiva en EEUU reveló en 2019 usar 2 cucharadas de café molido y un cuarto de cucharadita de sal kosher "para ayudar a eliminar el amargor de su bebida" por cada taza de agua que usa para preparar su café.

Scott Rao, experto en tueste, en cambio asegura que 0,15 g de sal por cada 100 g de café preparado da los mejores resultados, tanto para el espresso como para el filtro.

Ahora bien, el café debe tener un toque amargo. Y si no te gusta a que sabe tu taza, quizá es más recomendable optar por granos de mejor calidad. 

Ten en cuenta además que el amargor también está influenciado por cómo lo preparas. Así, dejar que el café repose durante demasiado tiempo, usar agua demasiado caliente o elegir el tamaño de molienda incorrecto, puede hacer que el café "adquiera un sabor intenso y amargo en la taza", alerta Marquart.