He revisado mi presupuesto personal más de siete veces hasta que he identificado qué estaba haciendo mal

La autora, Kamila Barca, editora de Finanzas Personales de Business Insider España, durante el evento Money Insider: jóvenes y ahorro.
La autora, Kamila Barca, editora de Finanzas Personales de Business Insider España, durante el evento Money Insider: jóvenes y ahorro.

Business Insider España

  • Hace exactamente un año que hice mi primer presupuesto personal, pero hasta ahora no había conseguido que todos los meses tuviese que hacer ajustes en mis gastos.
  • Este es el error que más ha lastrado mis finanzas en 2023.

Después de llevar más de dos años haciendo un minucioso registro de gastos, a finales de 2022 me atreví a diseñar mi primer presupuesto personal. Hoy hace exactamente un año que lo puse en práctica, pero hasta ahora no había conseguido cumplir con mi planificación

Todos los meses (a veces cada semana), dedico un rato a actualizar mis datos y a revisar qué gastos se me han ido de las manos. Por lo que sea, incluso con la planificación a tres meses, había alguna factura o evento inesperado que hacía que me bailasen los números de una categoría de gasto a otra. Y que, por ende, mantener mi objetivo de ahorro fuese un esfuerzo titánico.

Después de revisar unas siete veces mi presupuesto —de las que recuerdo contar—, me he dado cuenta de algo muy básico que aplica a cualquier estrategia de finanzas: la teoría es necesaria, pero en la práctica tienes que adaptar los conceptos a tu estilo de vida (o perfil de riesgo). 

Sobre el papel, cumplía con todos los básicos necesarios para tener el mejor presupuesto personal. Había identificado mis gastos fijos y variables, había establecido categorías y subcategorías detalladas para cada partida y ahorraba antes de incurrir en cualquier gasto innecesario

¿Por qué entonces no era capaz de ajustarme a mi presupuesto? 

Guía para empezar a ahorrar.

Uno de los pilares de las finanzas personales estaba a punto de venirse abajo: mi planificación era una foto fija de cómo quería que fuesen mis próximos 12 meses. Sin embargo, yo cada mes tengo de uno a cuatro viajes de trabajo. En este periodo, he empezado a estudiar y a hacer deporte. Y hasta he recuperado el hábito de leer en papel, dejando un poco de lado al Kindle si no estoy viajando.

Vamos, que en un año mi presupuesto personal ya no me representa. Y en vez de actualizar mi planificación cada cierto periodo de tiempo, lo que estaba haciendo era intentar encajar mis nuevos hábitos en el Excel por defecto. Esto me llevó a implementar tres estrategias muy sencillas:

Utilizar diferentes tarjetas para pagar por categorías de gastos

Mi presupuesto no cumple con la fórmula ingreso menos ahorro y gastos es igual a cero. Lo que queda en mi cuenta corriente —lo que no me gasto en un mes— se queda ahí "por si acaso". Esas lagunas en la planificación me llevaron a comerme gran parte del ahorro generado de meses anteriores, que podría tener ahora en cuentas de ahorro remuneradas o en productos de inversión.

En lo que me adapto a mi nuevo hábito financiero de planificación, he optado por utilizar diferentes tarjetas para las principales partidas de mi presupuesto: gastos compartidos del hogar, gastos personales, gastos de trabajo y ocio. Claro, tengo diferentes cuentas bancarias también.

Cuando llega mi nómina —después de ahorrar—, paso la cantidad de dinero que corresponde a cada categoría a cada una de esas cuentas. Así, si llego al límite o necesito más dinero por situaciones que no he sido capaz de prever, es más fácil identificar cuándo una categoría está tensando mi planificación. Y si no me gasto todo lo que corresponde, se queda en esa cuenta como extra. 

Automatizar el ahorro en diferentes cuentas bancarias

Mi principal objetivo de ahorro ahora mismo es construir un colchón de emergencia que cubra hasta nueve meses de gastos en situaciones de crisis. Ese ahorro lo tengo en una cuenta remunerada (sin tarjeta) y se transfiere automáticamente desde mi cuenta corriente cuando me llega la nómina

¿Por qué automatizar ha sido la clave para esta partida? Porque apenas me da tiempo a ver ese dinero en mi cuenta corriente, ni a valorar si lo necesito o no ese mes. Y como no puedo transferírmelo de vuelta de forma instantánea ni lo puedo sacar en efectivo, me complico más la vida para gastarlo en lo que no debería. 

Adaptar mi presupuesto personal cada (al menos) tres meses

En mi mente, tengo una foto fiel de mi estado financiero. Aunque me haya costado cuadrar al 100% mi presupuesto, nunca he tirado de mis ahorros para compras innecesarias —excepto viajes de trabajo que no pude prever— ni me he quedado en números rojos ni he contraído ninguna deuda.

Pero como no soy capaz de planificar más allá de tres meses algunas partidas, me he visto en la obligación de adaptar la frecuencia en la que evalúo mi gestión de las finanzas. No puedo hacer presupuestos de un año para otro, porque tengo más gastos inesperados de los que me gustaría. Pero sí puedo ceñirme a una planificación si acorto esta estrategia a cada trimestre del año

 

Ahora bien, como comentaba nada más empezar el artículo, tus finanzas han de ser un reflejo de ti mismo. Mi estrategia podría ser tu ruina si no tienes un control estricto de tus ingresos, ahorro y gastos. Es importante que lo adaptes a tu estilo de vida y tu perfil de riesgo. 

Además, como ves, incluso aquellos que llevan tiempo leyendo y preguntando a expertos cuáles son las mejores fórmulas para hacer un presupuesto personal (como yo), se toman su tiempo para adaptar la herramienta a su poderío financiero, sus hábitos y objetivos económicos.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.