Preparé pizza congelada de 4 formas diferentes, y esta es la clara ganadora
- Hice pizzas congeladas utilizando el horno, la cocina, el microondas y la parrilla.
- Aunque prepararla en el microondas fue un proceso fácil y rápido, quedó triste y húmeda.
- No esperaba que ganara el grill, pero el trozo ahumado y crujiente me dejó una impresión duradera.
Como neoyorquina de nacimiento, la pizza es una de mis comidas favoritas, ya sea en un restaurante o calentando una pizza congelada.
Pero después de probar tantas porciones, empecé a preguntarme qué electrodoméstico era el mejor para preparar una pizza congelada en casa.
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Cociné mi pizza favorita en el horno, en los fogones, en el microondas y en el grill para ver qué aparato era capaz de hacer el trozo más crujiente y con el queso más fundido. Solo lo había hecho en el horno, así que estaba deseando ver los resultados.
Así fue la experiencia culinaria y el descubrimiento de mi aparato favorito para hacer una buena pizza congelada.
Empecé dividiendo las porciones de pizza congelada y precalentando mi horno.
Para este experimento con el electrodoméstico, opté por una marca que conozco de antemano. Compré pizzas de queso y margarita Caulipower por 10 dólares cada una —unos 9 euros al cambio—. La masa es sin gluten y se elabora con coliflor.
Corté cada pizza por la mitad para tener cuatro porciones listas, una para cada aparato. Me entusiasmaba observar cómo se derretía el queso en cada uno de los electrodomésticos y ver si notaba alguna diferencia en la salsa de tomate de un trozo a otro.
Después de cortar las pizzas, precalenté el horno.
Las instrucciones de la caja recomendaban cocinar la pizza en un horno convencional.
Las instrucciones decían que había que precalentar el horno a 220 grados centígrados y cocinar la pizza directamente en la rejilla central hasta que el queso estuviera dorado y la masa crujiente.
Decidí poner la pizza en una bandeja por si se caía algo de queso mientras se horneaba.
Metí la pizza en el horno y esperé los 13 minutos indicados por el fabricante.
La pizza consiguió un color marrón dorado en el horno.
Mi cocina se llenó de un aroma a tomate fresco y caliente mientras la pizza se horneaba.
Una vez transcurrido el tiempo, saqué mi porción del horno y me encontré con una corteza dorada y trocitos crujientes quesos de mozzarella, fontina, provolone y asiago.
La pizza al horno tenía un crujiente perfecto.
Disfruté mucho de lo tostada que quedó la cobertura y me alegré de haber puesto la pizza en una
bandeja para evitar que se derritieran los trocitos de queso.
El trozo estaba caliente y crujiente, ya que la masa tenía una textura similar a las crackers.
A continuación, freí mi porción congelada en la sartén con la tapa puesta para derretir el queso.
Nunca había probado a freír una pizza fría en una sartén, pero me apetecía ver cómo quedaba la masa en la cocina.
Rocié mi sartén con un poco de spray antiadherente Pam y coloqué la pizza sobre él, colocando mi tapa en la parte superior para asegurar que el queso se derritiera.
Me gustó mucho lo pegajoso que quedó el queso en la pizza cocinada en la sartén.
Después de 10 minutos, noté algunos trozos de corteza quemados y residuos de Pam dorados en el fondo de la sartén, así que saqué la rebanada. Si tuviera que probar este método de nuevo. vigilaría más de cerca la porción de pizza al cocinarse.
Me sorprendió ver lo bien que se ablandó y se calentó el queso. Todos los diferentes quesos se mezclaron en un maravilloso montón pegajoso.
Aunque la masa parecía más seca que la de la pizza al horno, el queso fundido compensaba la rigidez del pan. Definitivamente, pensé que había tomado la decisión correcta al mantener la tapa sobre la sartén.
Puse otro trozo de pizza en un plato: era el turno del microondas.
Me preguntaba cuánto tiempo debía calentar la pizza en el microondas. Quería que el queso se derritiera, pero no quería que la masa se quemara.
Decidí poner la porción de pizza en el microondas durante dos minutos, comprobar cómo quedaba y decidir si necesitaba más tiempo dependiendo del color que adquiriese la corteza.
La pizza al microondas quedó un poco empapada.
La pizza aún no parecía hecha después de dos minutos en el microondas. El queso no se había derretido del todo, así que la metí otros dos minutos en el microondas.
Observé cómo se derretía el queso mientras se cocinaba y me di cuenta de que la cobertura incluso empezaba a burbujear, cosa que no había ocurrido en ningún otro aparato.
Cuando saqué la pizza, la porción se enfrió casi inmediatamente y estaba más empapada. No era mi favorita, pero pensé que disfrutaría de este método de cocción si necesitaba una pizza rápida. Al fin y al cabo, solamente se tarda cuatro minutos.
Tenía muchas ganas de comprobar el sabor de una pizza congelada a la parrilla.
Encendí la parrilla a fuego medio y coloqué la pizza en una bandeja circular de aluminio para cocinarla durante 10 minutos.
Cerré la parte superior de la parrilla para asegurarme de que el calor del interior derritiera el queso y calentara la masa.
La pizza a la parrilla tenía un olor exquisito.
Después de 10 minutos, estaba salivando por el olor ahumado de la pizza a la parrilla.
Esta versión no me decepcionó: estaba salpicada de trozos de queso carbonizados que le añadían un sabor fuerte y ahumado. Incluso tuve la tentación de echar un poco de salsa barbacoa en esta porción.
Ahora estoy absolutamente obsesionada con el olor de la pizza ahumada a la parrilla.
La corteza estaba tostada a la perfección y tenía bonitas marcas de la parrilla por debajo, casi replicando la sensación de una porción cocinada en un horno de leña tradicional.
Esta porción fue la clarísima ganadora.
Ahora que he asado pizza congelada, no puedo mirar atrás.
Incluso mis padres y mi hermana quedaron sorprendidos por la elevada calidad de esta deliciosa pizza cocinada a la parrilla. No podíamos creer lo fácil que era mejorar una comida congelada y pensamos que definitivamente vamos a intentar esto de nuevo.
Aunque eran bastante fáciles, los métodos de sartén y microondas tenían sus defectos cuando se trataba de cocinar las porciones. La versión al horno era buena, pero nada se puede comparar con el ahumado de la rebanada a la parrilla.
La próxima vez que haga pizza a la parrilla, la mejoraré todavía más añadiendo pimientos, cebollas y rodajas de salchicha.
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