Adoptó a su hijo con 9 años, un niño con autismo que no hablaba: ahora canta en un coro, terminó el instituto y prepara su formación laboral

Jane Ridley
| Traducido por: 
Dee Marks con su hijo, CJ, en un crucero en 2022.
Dee Marks con su hijo, CJ, en un crucero en 2022.Courtesy of Dee Marks
  • Dee Marks adoptó a su hijo con autismo, CJ, cuando tenía 9 años. Por aquel entonces él era "miedoso" y no hablaba.
  • Ella asegura que ahora, con 20 años a CJ le está yendo muy bien, y ha aprendido a comunicarse a través del canto.

Este artículo se basa en una conversación con Dee Marks. Ha sido editado por su extensión y claridad.

Mi hijo, CJ, y yo pertenecemos a un coro comunitario de adultos y presentaremos un espectáculo en mayo. Tenemos nuestro propio dúo en medio de A Million Dreams tema de la película The Greatest Showman.

Va a ser súper emocionante: un momento increíble que nunca podría haber imaginado cuando adopté a CJ a la edad de 9 años. Tiene autismo y no hablaba en ese momento.

Ahora, a los 20, es un cantante con talento, un atleta entusiasta y un cocinero amateur. Está a punto de empezar su formación laboral. Mi hija y yo lo hemos apoyado en todo este camino. Pero la parte difícil la tuvo que hacer él mismo: dejar por fin de lado sus miedos para poder confiar en la gente. Es por eso que es capaz de hacer todo lo que hace hoy.

Busqué la adopción por segunda vez en 2011. Estaba decidida a encontrar una hermana menor para mi hija adoptiva, estudiante de último año de secundaria con necesidades especiales. Sin embargo, cuando el departamento de servicios infantiles de nuestra ciudad se puso en contacto conmigo, me preguntaron si aceptaría a un niño pequeño "no apto para la adopción".

Era como si CJ estuviera diciendo: "Si no puedes acercarte a mí, no puedes lastimarme"

Yo era una madre soltera sin experiencia con chicos.

Me partió el corazón. Trabajo con niños que tienen discapacidades y no creo que ningún niño sea "no adoptable". Así que dije: "Está bien, contádme un poco sobre él". Me dijeron que tenía 8 años y medio, ojos azules y cabello rojizo.

 

Me teñía el pelo de rojo. Me encantaba el pelo pelirrojo. Por lo que pensé: "Está bien, haré que funcione".

Mi hija y yo vimos a CJ 2 veces antes de que viniera a quedarse con nosotras para siempre. No hablaba y no había aprendido a ir al baño. Había experimentado un trauma y la forma en la que e comportaba parecía querer mantener a las personas lo más alejadas posible. Era como si estuviera diciendo: "Si no puedes acercarte a mí, no puedes lastimarme".

CJ en torno a los 8 años.
CJ en torno a los 8 años.Courtesy of Dee Marks

Iba a una escuela de necesidades especiales en ese momento y se sentaba en la parte de atrás de la clase. Ni siquiera trataron de enseñarle debido a su difícil comportamiento. No sabía leer ni escribir. 

Pero le encontramos el tipo de educación que necesitaba, yendo en autobús y mezclándose con sus compañeros neurotípicos. Asistiría a terapia ocupacional, terapia del habla y terapia física. No sabía cómo lanzar, tirar o coger una pelota porque nunca había tenido la oportunidad de intentarlo.

Tengo muchos juguetes Tonka, —los que comprarías para un niño pequeño porque las partes no se caen—. Cogía los camiones y simplemente hacía girar las ruedas. Al principio lo tomé como una conducta estereotipada y repetitiva del autismo o un comportamiento de autoestimulación. En realidad, no sabía cómo ponerlos en el suelo y hacerlos rodar. Pero lo ayudamos a aprender.

Lo acostaba cada noche y le decía: "Mami te quiere"

No pude abrazarlo. Pero desde el primer día, me permitió sentarme a su lado. Mi experiencia en salud mental me enseñó a sentarme a su nivel y no a quedarme de pie por encima de él.

Firmé los papeles de adopción formal en su noveno cumpleaños con la ayuda del programa Wendy's Wonderful Kids.

El primer año fue duro. Dormía únicamente entre las 11:30 p.m. y las 3 a. m. —tenía un monitor de bebés en su habitación. Me preocupaba que saliera corriendo por la puerta trasera durante la noche—. Todos los días, cuando lo metía en la cama, le decía: "Mami te quiere". Pero hubo muchas noches en las que lloré, preguntándome si estaba haciendo lo correcto por él.

Marks apoyó a su hijo cuando mostró talento para el atletismo.
Marks apoyó a su hijo cuando mostró talento para el atletismo.Courtesy of Dee Marks

Tomé pasos de bebé. Le decía: "Vamos a caminar por el barrio para que podamos andar con seguridad". Y luego, cuando hubo desarrollado esa habilidad, pudimos ir al parque, a la biblioteca y, de vez en cuando, al supermercado. Fue un proceso largo.

También lo apoyaría en la educación. Quería que entendiera los comportamientos positivos. Siempre había recibido atención negativa, así que lo elogiábamos cada 30 segundos. Incluso en medio de una crisis nerviosa, cuando su pierna izquierda era lo único que estaba quieto, yo decía: "Tu pierna izquierda lo está haciendo genial para mantener la calma".

Una gran sonrisa, y se entusiasmó con mi emoción

Se mostraba muy motivado por la comida, así que le enseñamos el alfabeto usando galletas Cheez-It con formas de letras. Ponía todas las galletas en un bol, y él podía llevarse una a la boca si me decía cuál era. 

La escuela le dio tests de tarjetas didácticas, pero las tarjetas didácticas no significaban nada para él. Por lo que les dije que les llevaría algunas cajas de Cheez-Its, y el personal de la escuela comentó: "Dios mío, este niño sabe el alfabeto".

Me diagnosticaron autismo con casi 40 años: ahora todo tiene sentido para mí

CJ se inició en el atletismo en séptimo curso porque era inclusivo y no exigía pruebas. Siempre había alguien corriendo con él a campo a través, pero él marcaba el ritmo. 

En su última carrera, en su último año, bajó 2 minutos su mejor tiempo. Creo que comprendió que estaba orgulloso de él. Este chico mostró una sonrisa, y se emocionó con mi emoción. Sabía que había hecho algo grande.

CJ terminó el instituto en 2022.
CJ terminó el instituto en 2022.Courtesy of Dee Marks

La música dio un vuelco a la comunicación. Siempre le ha gustado la música y, antes de poder hablar, sabía hacer playback. Un día, cuando tenía unos 15 años, oí a CJ cantar These Boots Are Made for Walkin'. Estaba dando pisotones por el salón y cantando al mismo tiempo. Todavía habla mucho con guión y se refiere a sí mismo en tercera persona —algo en lo que estamos trabajando—, pero es una comunicación funcional. Ha avanzado mucho.

Cantar es su principal desahogo. Es algo que se le da bien. Los 2 nos hemos apuntado al coro y él ha empezado a dar clases de canto. Le ha ayudado a salir al mundo real.

Ha estado trabajando en el cuidado de ancianos y está a punto de empezar una formación profesional. Le gusta todo, siempre que interactúe con gente que le acepte de verdad. Se trata de que CJ se sienta seguro antes de tener la confianza suficiente para asumir algunos riesgos

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.

Etiquetas: