El auge de las drogas para ser más productivo en el trabajo

Emily Stewart
| Traducido por: 
Elon Musk
  • Elon Musk toma ketamina y los techies han puesto de moda en Silicon Valley las microdosis con setas alucinógenas.
  • Antes, las drogas solían considerarse peligrosas o solo para divertirse. Ahora algunos las consideran una herramienta para mejorar la productividad, pero siguen teniendo los mismos riesgos para la salud.

Durante algún tiempo Elon Musk ha dado evasivas sobre su supuesto consumo de drogas. Su postura oficial fue que no eran ciertas las informaciones que hablaban de preocupación en las compañías lideradas por el magnate —Tesla/SpaceX/Twitter— por el uso de LSD, cocaína, éxtasis y ketamina por parte del ejecutivo. Sin embargo, esa postura ha cambiado recientemente: vale, es verdad que consume, pero sólo es ketamina para la depresión, y en realidad es algo bueno para los accionistas, según ha defendido. Si sus empresas van bien, ha argumentado Musk, y está consumiendo drogas mientras dirige esas empresas, entonces debería seguir con el consumo por el bien del capitalismo. La lógica invita a la reflexión, pero Musk no es la única persona que piensa así: mucha gente se ha hecho a la idea de que las drogas son una buena herramienta de trabajo

Los trabajadores cualificados de Silicon Valley utilizan cada vez más sustancias como el LSD, la psilocibina y la ketamina como mecanismos para mejorar su rendimiento. Los emprendedores y las mujeres trabajadoras afirman que recurren a las setas "mágicas" para ser más productivos y creativos, para relajarse o, simplemente, para tener un subidón después del trabajo sin miedo a la resaca. Algunos ejecutivos asisten a lujosos retiros psicodélicos, en los que pasan unos días viajando por un bosque, tratando de expandir y desbloquear sus mentes de forma que esperen expandir y desbloquear oportunidades de negocio, al estilo de Steve Jobs. El mercado de los psicodélicos es todo un negocio en auge y se espera que alcance los 11.000 millones de dólares en 2027.

Las drogas solían considerarse peligrosas, un obstáculo para el éxito en la vida o, en todo caso, algo que determinadas personas consumían por diversión. Ahora se ven cada vez más como una herramienta útil para el trabajo. En lugar de intentar colocarse, la gente las utiliza para intentar salir adelante.

"No es raro que la opinión pública cambie de opinión, pasando de lo negativo a 'Oh, vaya, estas cosas son geniales' y considerándolas potencialmente buenas para todo", explica Greg Fonzo, codirector del Centro de Investigación y Terapia Psicodélica de la Facultad de Medicina Dell de la Universidad de Texas en Austin. "La verdad está en algún punto intermedio, ¿no? Ninguna droga sirve para todo, y la mayoría de las drogas no son puramente negativas".

El consumo mediante microdosis —consiste en tomar, por ejemplo, una décima parte de la dosis normal de un fármaco— es una tendencia cada vez más popular en Estados Unidos. Algunos gurús dicen que ayuda a la creatividad, otros hablan de concentración, varios presumen de ser más productivos y hay quien dice que simplemente les ayuda a sentirse mejor en el trabajo.

A nivel científico, sin embargo, la cuestión es bastante más compleja.

Matthew Johnson, investigador jefe del Centro de Excelencia para la Investigación y el Tratamiento de la Psilocibina en el hospital psiquiátrico Sheppard Pratt (Maryland, Estados Unidos), explica que todavía existe debate sobre si las microdosis funcionan o no. Hasta ahora no se han realizado demasiados estudios y, aunque en las encuestas la gente afirma que las microdosis ayudan a mejorar la función cognitiva y a reducir la ansiedad, algunos ensayos controlados con placebo sugieren que, en realidad, puede que no sirvan de mucho.

"La base científica de las microdosis es la siguiente: de momento, no sabemos realmente cómo funcionan y si todo es efecto placebo", resume Johnson.

En teoría, las microdosis tienen un efecto subperceptual. Es decir, no es como tomarse una copa de vino para relajarse o una taza de café para despertarse, que son efectos bastante inmediatos. La idea es tomar pequeñas dosis a lo largo del tiempo que no se notan y que, con suerte, benefician a largo plazo.

Si la gente realmente siente algo con lo que ingiere, es posible que técnicamente no estén tomando microdosis, sino que simplemente se estén colocando un poco en el trabajo. Un vistazo a Reddit indicaría que se producen colocones involuntarios en el trabajo, lo cual se explica por la dificultad de calibrar estas drogas con precisión.

"Puedes conseguir una seta que tenga un poco más o un poco menos de psilocibina y acabar teniendo una experiencia perceptiva que, dependiendo de la actividad del día, puede ser más de lo que esperabas", explica Katrina Michelle, terapeuta clínica de Nueva York y antigua directora de la unidad de prevención de daños de la Asociación Multidisciplinar de Estudios Psicodélicos.

Por supuesto, no todo el mundo busca una microexperiencia para mejorar su rendimiento laboral. Algunas personas están experimentando con sustencias psicodélicas a nivel de macrodosis. Algunas élites empresariales buscan retiros psicodélicos para mejorar sus habilidades de liderazgo, cambiar sus percepciones y, en algunos casos, incluso establecer vínculos con sus equipos.

Rob Grover y Gary Logan, fundadores de Journeymen Collective, que ofrece lujosos retiros guiados de setas mágicas en Vancouver (Canadá), explican que su empresa trabaja con multitud de ejecutivos, empresarios y visionarios para ayudarles a elevar sus negocios a la categoría de "negocios conscientes", lo que reconocen que suena a palabrería barata.

"Cuando los líderes se convierten en líderes conscientes de lo que ocurre a su alrededor, tienen una mayor precisión de pensamiento, una mayor claridad, una mayor creatividad que les permite liderar de una manera diferente, más eficaz y eficiente", asegura Grover. "Ahí es donde intervenimos y ayudamos a las personas con un reseteo profundo de su conciencia para que puedan impactar en su empresa, en sus juntas directivas, en su idea de lo que están haciendo aquí de una manera profundamente impactante".

Trabajan con las personas durante un mínimo de cuatro meses: un mes de preparación que precede a dos días de "ceremonias", seguido de tres meses de "integración" tras el retiro. Sus experiencias, que cuestan a partir de 15.000 dólares por persona para una sesión de grupo, han experimentado un enorme auge en los últimos dos años: las reservas aumentaron un 183% de 2022 a 2023.

La propuesta suena bien: ir a la montaña, vivir tu experiencia y arrasar de vuelta al trabajo. Pero el resultado no está garantizado. Alguien puede tropezar y descubrir que le vuelve a encantar su trabajo, pero también puede decidir que en realidad odia el mundo empresarial y que ya no quiere formar parte de él.

"Estos fármacos no son algo sobre lo que podamos tener necesariamente expectativas superconsistentes", dice Michelle. "Es muy difícil deducir con cualquier sustancia psicodélica que se va a tener un efecto determinado cuando se trata de tu salud psico-emocional".

Algunos ejecutivos parecen tener convicciones tan firmes sobre el poder de los retiros psicodélicos que se llevan allí a sus compañeros y socios con la esperanza de que les unan más y les hagan avanzar. Se trata de una cuestión complicada. Las experiencias psicodélicas pueden ser profundamente intensas y personales, algo que no todo el mundo desea en un entorno laboral. También hay presiones y dinámicas de poder en juego. Al parecer, la gente que rodeaba a Musk, incluidos algunos de sus subordinados directos, se sentían presionados a consumir drogas con él para no disgustarle. Mi jefe es encantador, pero no quiero vomitar delante de él en un retiro de ayahuasca mientras comparto mis secretos más profundos y oscuros, ni quiero sentir que tengo que hacerlo para conservar mi trabajo.

Justin Townsend, director general y principal facilitador de MycoMeditations, que ofrece retiros asistidos con psilocibina en Jamaica, explica que muchos de sus clientes dicen que sus servicios, que pueden costar entre 6.500 y 23.000 dólares, les ayudan a ser mejores líderes y a rendir mejor profesionalmente. Está trabajando en el lanzamiento de retiros para líderes empresariales, pero es una perspectiva que conlleva algunas consideraciones especiales. Si una empresa llama y dice que quiere enviar a cinco ejecutivos, puede resultar incómodo y difícil si no se gestiona correctamente.

"Todos somos sensibles respecto a los códigos de conducta empresarial, y por muy unido y compacto que sea ese equipo, si vienes a un retiro psicodélico, no hay dónde esconderse", explica

Le pregunto sobre qué se debe hacer si recibes una invitación de tu jefe para algo similar.  Explica que hay que investigar la seguridad, la eficacia y la legalidad de la propuesta, pensar en lo que quiere conseguir tu jefe y si hay soluciones alternativas, y tener en cuenta tus límites personales. Si no es para ti, dice, "simplemente di que no".

Algunas de estas dinámicas no son nuevas. Las presiones sociales en el trabajo siempre han existido: basta pensar en el concepto de la hora feliz en algunos países anglosajones o las fiestas de Navidad que se producen cada año, muy asociadas al consumo de otra droga como el alcohol. Lo mismo sucede con la idea de mejorar el rendimiento, ya sea mediante el consumo de café (lo cual es legal), del Rubifen (que se prescribe bajo receta médica, pero no para mejorar el rendimiento laboral) o de la cocaína (ilegal).

El tipo de sustancias psicodélicas en boga en el entorno laboral también tiene un sesgo socioeconómico. La marihuana se ha despenalizado en muchas más partes de Estados Unidos que la psilocibina, pero todavía es más probable que pierdas tu empleo por fumar un porro en el trabajo que por comerte una tableta de chocolate con hongos mágicos. Sin embargo, te pueden despedir por consumir psicodélicos: en 2021, el CEO de una startup fue despedido por decir que había tomado una microdosis de LSD en el trabajo. En cualquier caso, las tres sustancias siguen siendo ilegales a nivel estatl. Con el fentanilo oculto a veces en la mezcla, muchas drogas pueden ser aún más peligrosas. También existen dudas sobre los efectos del consumo prolongado de psicodélicos en el corazón.

"Mi principal preocupación es que la gente entienda el riesgo, sea cual sea: el riesgo de un mal trago, el riesgo a nivel psiquiátrico o el riesgo legal", explica Johnson.

Independientemente de los riesgos y beneficios, en nuestro mundo empresarial obsesionado por la optimización, algunos aspectos de estas drogas como herramienta para mejorar el trabajo parecen haber llegado para quedarse. Por no mencionar que se puede ganar dinero en la industria psicodélica, y que muchos trabajos aburridos o molestos podrían hacerse más tolerables por cualquier medio posible.

Muchos ejecutivos y trabajadores tienen un poco de Elon Musk en ellos. Una microdosis por aquí y un viaje por allá no les vendría mal para mejorar su rendimiento. Townsend, que dirige los retiros de Jamaica, cuenta que, en todo caso, cree que Musk podría querer hacerle una visita, dado lo mucho que parece estar trabajando y su uso de la ketamina para la depresión.

"Te diría que me dejes a Elon durante una semana", dice, "y te daré a un hombre diferente".

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