Encontronazos en el estallido de la pandemia, la sobreexposición de Fernando Simón y otras claves que han pasado desapercibidas en el último libro de Pablo Iglesias

Pablo Iglesias, candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid.
Pablo Iglesias, candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid.

REUTERS/Juan Medina

Lo que entiende que fue "un éxito colectivo", para él fue también "una desgracia personal". Así de contundente se expresa el exvicepresidente del Gobierno y ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en su primer libro publicado después de abandonar la política institucional en 2021.

Se trata de Verdades a la cara (Navona, 2022) y, aunque lo firme el propio Iglesias, en realidad el texto es fruto de una decena de entrevistas que el hoy columnista y tertuliano mantuvo con el periodista Aitor Riveiro a finales del año pasado. En el relato, el propio Iglesias reivindica muchas de las decisiones que se vio obligado a tomar en los últimos años.

Frente a lo que cabría esperar, Iglesias no trata de ajustar cuentas con excompañeros como Íñigo Errejón (líder de Más País, que publicó su libro Con todo: De los años velocesal futuro en 2021). Incide más en la idea de que él ahora "es feliz". Vive tranquilo, tras denunciar pormenorizadamente el acoso que él y la ministra de Igualdad, Irene Montero, sufrieron en su chalet de Galapagar (Madrid).

A lo largo de 300 páginas, el exdirigente denuncia el marco que grandes medios de comunicación han construido sobre él, también después de dejar la política. "¿Cuál es el marco que hay instalado sobre Pablo Iglesias? Está retirado de la política, se ha divorciado, vive en Barcelona, es multimillonario, es el asesino de las residencias, recibió dinero de Irán y Venezuela".

Este gráfico explica uno de los motivos por el que las tensiones en el Gobierno de coalición crecerán

"Pues no, es mentira. No he visto a Maduro nunca. No vivo en Barcelona, no me he divorciado, ni soy el asesino de las residencias. Pero, ¡qué más da! Se trata de repetirlo, repetirlo y repetirlo, porque el bulo es un dispositivo de confirmación ideológica: si odias a alguien, recibirás con placer cualquier crimen que se le impute aunque sepas que es mentira", lamenta.

En su disertación, Iglesias se centra sobre todo en la llegada del primer Gobierno de coalición y en su gestión durante los peores momentos de la pandemia, hasta que llega la campaña para las elecciones madrileñas tras las que anunció su retirada.

El libro se detiene en los últimos años: en la llegada de Unidas Podemos al Gobierno, la pandemia y su salida de la política activa. Expone momentos críticos, como en el que vio a una persona encaramada a la valla de su finca grabándole con un móvil a él y a sus hijos, y momentos más dulces: la noche en la que se pudo relajar por primera vez tras anunciar su dimisión.

Los medios han destacado una de las anécdotas más llamativas: cómo Pablo Iglesias decidió deliberadamente no informar a Yolanda Díaz de que la catapultaría como próxima candidata del espacio electoral de Unidas Podemos el mismo día que el hasta entonces vicepresidente segundo anunciaría su dimisión y su candidatura a las madrileñas.

Pero el libro va más allá y recoge otras muchas historias. Estas son algunas.

Encontronazos en el Consejo de Ministros antes de la pandemia

De los 6 capítulos en los que se divide el libro, uno de ellos (el penúltimo) está enteramente dedicado a los efectos de la pandemia y la gestión incluso días antes de que se decretase el estado de alarma. Iglesias asegura que fue la parte de Unidas Podemos en el Gobierno la que se tomó más en serio la amenaza de la pandemia, antes que sus propios socios del PSOE.

El debate sobre los riesgos de la inteligencia artificial en manos de la policía llega al Congreso: "La distopía del Gran Hermano se ha convertido en realidad"

Iglesias relata cómo en un Consejo de Ministros propuso crear un equipo "situacional" que fuese capaz de discernir algunos de los escenarios probables que acabarían dándose. En el libro se asegura que fueron los morados los que expusieron la posibilidad de un cataclismo económico similar al crac del 29.

Sin embargo, Iglesias razona que sus propuestas no fueron tomadas en consideración (y tal vez, ni siquiera en serio). Una posible razón (según él, por supuesto): porque era él quien las planteaba.

Aliados insospechados en el estallido de la crisis

Quien sí compartió la opinión de Iglesias y los suyos sobre la amenaza económica que podría conllevar una pandemia global fue el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. "En esos días hubo feeling con Escrivá porque estábamos de acuerdo", apunta Iglesias.

No puede decir lo mismo de otras compañeras del Consejo de Ministros, como la vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, o la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de la que en otro capítulo del libro reconoce que es "encantadora".

"Menos mal, para ellas dos, que las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas. No sé qué pasaría si se llegara a saber lo que dijeron allí en ese momento. Luego tuvieron que tragarse, una por una, cada una de sus palabras. Estaban sinceramente convencidas de que no habría una gran crisis económica", incide.

"Estoy convencido de que habrá ley de vivienda en el plazo establecido, antes del 30 de septiembre"

Iglesias reconoce que muchas decisiones se tomaron tarde. "Tú sabes tan bien como yo que lo vamos a tener que hacer. Coño, si lo vamos a tener que hacer, mejor hacerlo ya. Cuanto antes lo hagamos, mejor", le dijo en una ocasión a Sánchez, defiende Iglesias, sobre la declaración del estado de alarma.

"Su respuesta fue que no debíamos tomar decisiones que la sociedad no entendiera en ese momento".

Con todo, Iglesias asegura que la única conversación tensa que mantuvo con Sánchez fue en agosto de 2020, después de que Isa Serra advirtiera en los medios de que el PSOE no podría contar con Unidas Podemos si pactaba los Presupuestos Generales del Estado con Ciudadanos.

El PSOE vive "en la política del día"

Fruto de esos encontronazos, Iglesias concluye que su socio de Gobierno vive instalado en la política "del día". A pesar de que el Ejecutivo ha presentado un plan llamado España 2050, Iglesias considera que esa es otra forma de vivir en "la política del día a día" porque "significaba plantear cosas que no se pueden concretar, cosas para las que faltan 30 años".

El exvicepresidente segundo del Gobierno reconoce que entonces y hoy goza de una postura mucho más cómoda, ya que él no sería quien tendría que tomar las decisiones más difíciles (como decretar el estado de alarma). Pero también da detalles de la reunión del Consejo de Ministros en la que se discutió aquel decreto que acabaría confinando a la población durante semanas.

Paro de las empleadas del hogar: el Gobierno inicia el trámite para conceder el cobro del desempleo a estas trabajadoras

"Fue uno de esos días para los que no había un manual". El debate se detuvo incluso en la consideración o no de los locales de peluquería como servicios esenciales. Lo plantearon "las ministras de una cierta edad; decían que para una señora de cierta edad quedarse sin peluquería puede afectar incluso a su dignidad".

Iglesias asume que "seguro" que tenían razón. "Desde luego yo no me lo había planteado".

Fernando Simón y otros uniformes 'quemados'

"Eres un personaje, una figura de un recorrido mediático increíble y causas una pasión pop muy interesante, pero creo que deberías parar la exposición". Con estas palabras, Iglesias se dirigió a Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.

Simón es uno de los nombres propios, junto con el de Salvador Illa, que protagonizaron la gestión de la pandemia cuando estalló. Llegó a ser portada del suplemento dominical del diario El País, en una entrevista que concedió ataviado con una chupa de cuero. El entonces ministro de Sanidad, Illa, consultó con Iglesias cómo veía esa imagen.

"Ministro, creo que no necesitáis esto porque, joder, Fernando no es un político".

Pronto será el fin de las mascarillas en interiores pero muchas empresas se muestran reacias al cambio y podrían obligar a seguir trabajando con ellas

Durante semanas, las ruedas de prensa diarias también las protagonizaron policías, guardias civiles e incluso el jefe del Estado Mayor de la Defensa. "La idea era sencilla", explica Iglesias. "¿Los uniformes son un elemento que se asocia al Estado y a la derecha? Pues vamos a sacar los uniformes".

Fue una idea, detalla, que adoptó el entonces responsable de Gabinete de Sánchez, Iván Redondo. "Yo pensaba: ¿no tendrá más sentido sacar batas blancas que uniformes?", defiende Iglesias. "Al principio yo creo que coló. Siempre se sabe si cuela por cómo reaccionan los periodistas, que son los mas sensibles a los marcos dominantes (...). Pero los periodistas tampoco son gilipollas". 

"Después de 10 ruedas de prensa haciendo preguntas a los profesionales de las Fuerzas Armadas, que no son profesionales de la política y no están acostumbrados a dar entrevistas, estos empezaron a revelar sus debilidades".

El legado de Podemos (y una disculpa al alcalde de Cazalla)

La mayoría de medios han puesto el acento en la forma en la que Iglesias le anunció a la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que renunciaba a su cargo en el Gobierno y concurriría como candidato de Unidas Podemos a las elecciones madrileñas del 4 de mayo de 2021.

Lo hizo en su despacho, pero después de anunciárselo a todo el mundo con un vídeo remitido a los medios de comunicación. Yolanda Díaz fue a comer con Iglesias en su despacho en el ministerio gritándole "¡qué cabrón eres!" antes de darse un abrazo.

Estas anécdotas aparecen en el libro, junto a otras más escabrosas.

Por ejemplo, los episodios de acoso que sufrieron en su vivienda la ministra Montero y él, el robo del móvil de una de sus colaboradoras (en lo que acabaría siendo una pieza separada del caso Tándem), feroces críticas a directivos de medios como Antonio García Ferreras o el lawfare que a su juicio ha sufrido el ministro de Interior.

Esto es lo que tienes que hacer a partir de ahora si te contagias de COVID-19: diferencias entre asintomáticos, casos leves y graves

También la noche en la que Íñigo Errejón cenó con el director de periódico Ignacio Escolar y el sociólogo Narciso Michavila, presidente de la consultora GAD3.

"En aquellos días se produjo una cena en casa del periodista Nacho Escolar con Errejón y Michavila. Allí, por lo visto, Michavila enseñó datos a Errejón que le aseguraban un buen resultado a su partido si se presentaba a las generales (...). La creación de Más País daba argumentos a los partidarios para dejar gobernar al PSOE en solitario y no arriesgar".

También recoge una singular disculpa a un alcalde de Cazalla de la Sierra (Sevilla), población conocida por ser una de las cunas de este anís tan característico. El alcalde sevillano limitó que Iglesias, en una de sus intervenciones en medios, hablase de la "voz cazalla" que él asocia con según qué personajes de la derecha española.

"El tipo me dijo que había ofendido la dignidad de su pueblo. Al final me mandó unas botellas de cazalla muy ricas y se lo agradecí. Desde entonces, cuando digo esto intento precisar que no hay ninguna ofensa hacia este pueblo y que hacen un licor muy interesante".

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.