El coronavirus que se esconde en las aguas residuales: investigadores detectan “linajes crípticos” que comparten muchas mutaciones con ómicron
- Un grupo de investigadores ha detectado la "presencia anómala" en aguas residuales de Nueva York de lo que han denominado "linajes crípticos" del SARS-CoV-2, el coronavirus que provoca el COVID-19.
- "Estos linajes contienen mutaciones que rara vez se han observado en muestras clínicas y comparten muchas mutaciones con la variante de preocupación ómicron", explican.
- La investigación continúa, ya que no han podido identificar el origen de estos linajes, para lo que barajan distintas hipótesis, relacionadas tanto con personas como con animales.
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El seguimiento de la evolución del coronavirus y la vigilancia ante la posible aparición de nuevas variantes ha llevado a un grupo de investigadores a adentrarse en las aguas residuales de la ciudad estadounidense de Nueva York.
Allí han detectado la "presencia anómala" de lo que han denominado "linajes crípticos" del SARS-CoV-2 —el coronavirus que provoca el COVID-19—, cuyo origen no han terminado de dilucidar tras un año de investigación.
Desde enero de 2021, los científicos han secuenciado el ARN del SARS-CoV-2 aislado del afluente bruto de las 14 EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) de la ciudad de Nueva York unas 2 veces al mes y con 2 instrumentos diferentes.
Con independencia del instrumento utilizado, "se observaron sistemáticamente las mismas constelaciones de mutaciones en las respectivas cuencas de alcantarillado" (el coronavirus se excreta en las heces y puede detectarse mediante test de COVID-19 en las aguas residuales), infrecuentes en pacientes humanos, recoge la investigación.
"Aquí informamos de la detección de frecuencias crecientes de nuevos linajes crípticos de SARS-CoV-2 no reconocidos en la base de datos EpiCoV de GISAID", afirman los 22 autores que firman el artículo, publicado este jueves 3 en Nature Communications.
"Estos linajes contienen mutaciones que rara vez se han observado en muestras clínicas, como Q493K, Q498Y, E484A y T572N, y comparten muchas mutaciones con la variante de preocupación ómicron", añaden.
Los científicos también dicen demostrar que "estos linajes crípticos han adquirido una resistencia significativa a algunos anticuerpos monoclonales neutralizantes derivados de pacientes" y apuntan a que "podrían ser relevantes para la salud pública y requerir un estudio más profundo".
Los propios autores informan de que siguen investigando, ya que admiten algunas "limitaciones" en su trabajo, pues la fuente de los linajes no ha sido identificada y en algún caso se han topado con resultados ambiguos.
En las teorías sobre su origen se barajan distintas opciones, desde que provienen de personas cuyas infecciones han escapado a la detección o cuyo virus no ha sido secuenciado hasta animales como ratas o ratones.
"Ofrecemos varias hipótesis para la presencia anómala de estos linajes, incluyendo la posibilidad de que estos linajes se deriven de infecciones humanas de COVID-19 no muestreadas o que indiquen la presencia de un reservorio animal no humano", indican.
En todo caso, el estudio parece destacar el potencial de analizar las aguas residuales para "vigilar la presencia de nuevas variantes" y ayudar a observar cómo evoluciona el coronavirus.
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