Fundaron una empresa de 16.000 millones de euros en Rusia, y entonces estalló una guerra: así ha cortado Miro sus vínculos con su patria

| Traducido por: 
Business Insider España
Vista aérea de la ciudad rusa de Perm, donde la startup Miro tuvo oficinas hasta marzo.
Vista aérea de la ciudad rusa de Perm, donde la startup Miro tuvo oficinas hasta marzo.

Getty

Miro fue una de esas startups que surgieron en el lugar y el momento adecuados. Fundada en 2011, la empresa de software creó una pizarra blanca digital que despegó con el cambio al trabajo a distancia en un mundo pospandémico. Los inversores aprovecharon la oportunidad para sacar provecho de este facilitador del trabajo desde casa que tiene sedes en San Francisco y Ámsterdam. 

La startup, por su parte, recaudó una ronda de financiación de serie B de 50 millones de dólares en abril de 2020 y una ronda de serie C de 400 millones de dólares en enero de inversores de Silicon Valley como Iconiq, Accel y Salesforce Ventures.

Miro es un ejemplo de fuerza de trabajo distribuida a nivel mundial, con unos 1.500 empleados repartidos en oficinas en Austin, Berlín, Londres, París, Tokio y, hasta el mes pasado, Perm (Rusia), donde sus fundadores crecieron y pusieron en marcha la empresa. 

Pero a medida que las tensiones geopolíticas se ciernen sobre las organizaciones vinculadas a Rusia, la empresa se está distanciando cuidadosamente de su país de origen. En marzo, Miro cerró su oficina de Perm y suspendió las ventas en Rusia y Bielorrusia, donde vendía a través de terceros, según informó la empresa en un blog. 

Miro también se comprometió a suspender las licencias de cualquier cliente que figurara en las listas de sanciones internacionales. Son medidas destinadas a influir en el comportamiento de un país extranjero imponiendo restricciones a su economía.

Los movimientos de Miro se produjeron en un momento en el que las empresas tecnológicas con vínculos con Rusia y Ucrania vieron cómo sus negocios se veían repentinamente afectados en los primeros días de lo que podría ser un largo conflicto. En Europa, las startups están retirando discretamente a los miembros de sus consejos de administración cuyos fondos de capital riesgo están vinculados a oligarcas rusos. 

El nuevo enfrentamiento entre Rusia y Occidente no será una batalla entre espías, pero pondrá en peligro el actual equilibrio de poder y aumentará la amenaza de una guerra nuclear.

Un inversor ruso (que no está relacionado con Miro) contó a Business Insider a principios de esta semana que se sentía como un paria. Le preocupaba que ciertas empresas fueran castigadas por estar relacionadas con él.

Para Miro, mantener sus operaciones en Rusia ya no parecía prudente.

Durante la pandemia, la startup de trabajo a distancia vio cómo su valoración se disparaba hasta los 16.000 millones de euros, convirtiéndose temporalmente en la octava startup más valiosa de EEUU. Que tuviera vínculos con Rusia era un leve inconveniente, según han contado cuatro exempleados que han pedido anonimato por razones profesionales. Pero tras el estallido de la guerra en Ucrania, Miro, que tiene un vínculo histórico con un fondo respaldado en su día por un oligarca ruso sancionado, se vio obligada a replantearse cualquier conexión.

Esta es la historia de cómo una de las empresas más importantes de Rusia cortó sus vínculos con el país.

Raíces rusas

Las raíces rusas de Miro son profundas. Sus fundadores, Andrey Khusid y Oleg Shardin, crecieron en Perm, una gran ciudad industrial situada a los pies de los Montes Urales, el último núcleo de población antes de Siberia

Los dos fundaron su primera empresa, una agencia creativa centrada en el desarrollo web y el diseño de aplicaciones, mientras estudiaban en una universidad de Perm. La agencia, Vitamin Group, tenía una buena cantidad de clientes a distancia, y a los fundadores les molestaba no poder mostrarles fácilmente en qué estaban trabajando y recibir sus comentarios en tiempo real sin necesidad de compartir sala, cuenta Khusid, ahora CEO de Miro. 

Por ello, crearon un software que básicamente utilizaba un lienzo digital para permitir a los usuarios esbozar ideas, adjuntar imágenes y archivos y compartirlas al instante. Al poco tiempo, los dos se dieron cuenta de que aquella pizarra trucada podía ser un negocio propio. Necesitaban dinero para hacer crecer el equipo y consiguieron una pequeña suma de capital de los fundadores de una exitosa empresa de juegos en Perm en 2011.

Volodímir Zelenski no tiene filtros, ni adornos, ni miedo: está escribiendo el futuro del liderazgo de las crisis

Su nueva empresa, que inicialmente se llamaba RealTimeBoard, lanzó un producto gratuito al público un año después y contrató a usuarios de los sectores editorial, educativo y de software. En 2013, un equipo de nueve personas aumentaba los usuarios en un 50% mes a mes, según se desprende de una presentación filtrada de la empresa. VentureBeat informó de que el 80% del negocio de esta empresa provenía de fuera de Rusia.

Con todo, incluso mientras Miro llegaba a nuevos continentes, siguió recaudando sus primeros fondos de los inversores de su país de nacimiento. Se trata de algo que suele ocurrir con las empresas de nueva creación que nacen en ciudades con una clara vocación internacional.

Roman Abramovich, en una fotografía de archivo

REUTERS/Andrew Winning

En 2018, Miro levantó  una ronda semilla de 1,3 millones de dólares del inversor ruso-israelí Igor Ryabenkiy y de Bas Godska, un empresario holandés que había pasado por Rusia. La firma de Ryabenkiy, Altair Capital, invierte la riqueza de cientos de personas, y hace no mucho contó incluso con la del oligarca ruso Roman Abramovich, que fue inversor en la firma, según una entrevista que Ryabenkiy concedió a Forbes Rusia en 2016. Abramovich aportó un tercio del fondo inicial de 30 millones de dólares de Altair en 2014, dijo Ryabenkiy.

Eso le dio a Abramovich, que fue sancionado por el gobierno británico por sus vínculos con el presidente ruso Vladímir Putin, vínculos financieros con Miro en un momento dado. Sin embargo, la participación de Altair Capital en la propiedad de la empresa se redujo a un pequeño porcentaje a medida que la startup fue recaudando mayores rondas de financiación y diluyendo a sus primeros inversores. 

Ryabenkiy ha contado a Business Insider que Abramovich no ha contribuido a los fondos más recientes y no tenía ninguna conexión directa con Miro.

Un representante de Miro no ha querido hacer comentarios.

Desplazamiento del centro de gravedad

En los últimos cinco años, Miro se ha expandido a las ciudades donde están sus clientes, con oficinas en San Francisco, Los Ángeles, Ámsterdam, Sídney y Múnich. Khusid y muchos de sus principales lugartenientes se instalaron en un espacio de coworking en Ámsterdam, mientras que Perm seguía siendo uno de los principales centros para los desarrolladores y el servicio de atención al cliente de Miro, según se desprende de una publicación en un blog y de antiguas entrevistas a empleados. 

"Siempre he tenido claro que Miro es una empresa global", dijo Khusid en una entrevista el año pasado. Y de hecho, el pasado mes de junio solo una cuarta parte de los entonces 700 empleados de Miro trabajaban en Perm.

Una captura de pantalla del sitio web de Miro muestra que ha eliminado Perm de su página de oficinas.
Una captura de pantalla del sitio web de Miro muestra que ha eliminado Perm de su página de oficinas.

Miro

Pero antiguos empleados explican que Miro todavía tenía que sacudirse algunas de las implicaciones de ser de origen ruso. Mucho antes del conflicto actual, empleados de otras empresas preguntaban a menudo a los comerciales de Miro sobre la ubicación física de los centros de datos de la empresa. 

Los empleados de Miro lanzaban una respuesta enlatada explicando que todos los datos estaban alojados en Europa y EEUU.

"Teníamos una réplica concreta cada vez que alguien mencionaba a Rusia", cuenta un antiguo vendedor.

Borrón y cuenta nueva

Miro parece diferente de la startup que entró en la pandemia hace dos años.

El cambio hacia el trabajo a distancia catapultó las ventas, y los usuarios pasaron de 5 millones en abril de 2020 a 30 millones en enero de este año, cuando la empresa anunció una nueva financiación con una valoración de 17.500 millones de dólares.

Durante la pandemia, Miro contrató a más de 1.000 empleados en 11 oficinas para satisfacer el ritmo de la demanda. Este crecimiento ha reducido aún más la proporción de empleados con sede en Rusia y ha convertido a Ámsterdam en su mayor centro de empleados.

Una "recesión aplastante": los principales inversores de Wall Street anticipan que la guerra en Ucrania provocará un caos económico generalizado

Ahora, las raíces de Miro parecen un recuerdo lejano. De hecho, Perm ni siquiera se menciona en la web de la empresa. En una publicación en su blog tras la invasión rusa de Ucrania, Miro dijo que había cerrado su oficina en Rusia y añadió: "Como resultado, ya no tenemos empleados en el país". 

Esos empleados podían elegir entre trasladarse a una oficina de Miro en otro país o aceptar una indemnización por despido. 

Un antiguo empleado, que aún mantenía una relación estrecha con sus antiguos compañeros de trabajo, dijo a Business Insider que Miro estaba tratando de conseguir permisos de trabajo para los empleados que aceptaron su oferta de traslado.

Miro también tiene empleados en Ucrania cuyos planes de incorporarse a una oficina en otro país se vinieron abajo cuando comenzó la guerra. La empresa dijo en su blog que les estaba enviando ayuda financiera mientras "se centran en su seguridad y supervivencia".

Información adicional de Alex Nicoll.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.