Así es el modelo laboral de Amazon y 17 de sus subcontratas que acaba de ser sancionado por Cataluña con cerca de 6 millones de euros

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Reuters

Amazon es la plataforma de comercio electrónico por antonomasia. Es un gigante global que penetra en mercados de medio mundo. Sin embargo, vive momentos complicados. Este 2022 continúa en números rojos con pérdidas de 5.872 millones de dólares, aunque ha ingresado ya 123.234 millones en lo que va de año.

Por eso, la propuesta de sanción que la Inspección de Trabajo de la Generalitat de Cataluña ha propuesto este jueves contra la multinacional y 17 de sus subcontratas no representa un duro contragolpe para las cuentas de la firma que dirige Andy Jassy desde hace meses. Pero sí evidencia un modelo laboral que denuncian sindicatos desde hace años.

CCOO ya convocó una huelga en 2018 y pidió a Inspección que actuase ante lo que consideraba un "abuso" de la contratación temporal mediante agencias de colocación, antes conocida como empresas de trabajo temporal (ETT). Sin ir más lejos, el sindicato ya lamentó en 2019 que la apertura de un centro logístico de la multinacional en Toledo lo hiciese con un 100% de temporales.

La sanción que este jueves ha dado a conocer Inspección de Trabajo de Cataluña expone a la multinacional y sobre todo a varias de las empresas que trabajan para la misma. La propuesta de multa, que han dado ya a conocer varios medios, pide 5,8 millones a la tecnológica y a sus subcontratas no por contratar mediante agencias, sino por cesión ilegal.

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El organismo constataba que estas subcontratas —de las cuales 6 son compañías de trabajo temporal— han cedido hasta 559 empleados a Amazon. El problema llega en sus condiciones: estas cesiones de trabajadores implicaba que ese personal desempeñaba sus funciones con condiciones laborales inferiores a las que les corresponden.

Los 5,8 millones de euros propuestos de sanción se reparten de la siguiente manera: 3,2 millones a Amazon y 2,6 millones a las subcontratas, entre las que aparecen firmas como Ara Vinc, Tipsa o Randstad. De esta manera se pone fin a una investigación que el organismo comenzó en Barcelona en febrero de este año.

Inspección de Trabajo ha constatado que esos 559 empleados cedidos trabajaban en condiciones precarias tanto por la retribución que percibían como por la inestabilidad —temporalidad— de sus contratos. 

Como recuerdaelDiario.es, no es la primera vez que la Generalitat catalana impone multas millonarias al gigante del comercio electrónico: ya entre 2019 y 2021 se contaron 22 sanciones que sumaban 1,1 millones de euros.

De hecho, Inspección de Trabajo, un organismo creado en consorcio entre el Estado y la Generalitat, ya sancionó en 2020 a la multinacional con 817.000 euros y con 360.000 a varias de sus subcontratas, Ara Vinc, Instapack, Nopar y One Motion,como recogieron entonces los medios. Según Inspección, los afectados estaban en situación de "precariedad laboral".

Detectó entonces "unos salarios muy inferiores a los que deberían recibir, con jornadas laborales abusivas, con contratos temporales y sin representación sindical", lo que al organismo le valió para concluir que no se trataba "de una subcontrata de especialización, sino de una práctica que acaba produciendo una evidente precarización de las condiciones de trabajo de estas personas".

Además de CCOO, UGT también pidió el año pasado al Ministerio de Trabajo que investigase a Amazon, además de a Glovo y a Uber Eats, por cesión ilegal. Hace apenas cuatro meses varios empleados expusieron un caso de presunta represión sindical por el despido de varios de sus compañeros que habían constituido una sección en una subcontrata de la compañía en Asturias.

Este año, por primera vez, un centro de Amazon en Estados Unidos vio cómo su plantilla se organizaba en un sindicato. El gigante ha llegado a pedir a los empleados que no firmen documentos que provengan de los sindicatos.

Todo esto, en un contexto de oleada de sindicalismo que sacude a las tecnológicas. En esta gráfica puedes ver la evolución histórica —descendente— de la afiliación a centrales sindicales en diversos países. En 2020 se vio en EEUU un ligero repunte que podría vaticinar un cambio de tendencia. Otra ola aparece en el horizonte, por el otro lado: la de despidos masivos por videollamada en el sector.

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