Elon Musk ha iniciado una guerra con los trabajadores de Tesla que difícilmente ganará

Elon Musk está en guerra con un grupo de trabajadores suecos.

Tesla, la empresa de coches eléctricos del multimillonario, se enfrenta a una oleada de huelgas en todo el país.

La huelga comenzó a finales de octubre, cuando el sindicato IF Metall anunció un paro en Suecia. Desde entonces, otros sindicatos, incluidos grupos sindicales de países vecinos como Dinamarca, Noruega y Finlandia, se han unido en solidaridad.

Algunos trabajadores de Tesla aseguran que nunca trabajarían en una fábrica sindicalizada, a pesar de que los trabajadores de Ford y GM van a recibir un importante aumento salarial

Los trabajadores suecos quieren obligar a Tesla a firmar un convenio colectivo, algo habitual en el país.

"La cobertura de los convenios colectivos es altísima en Suecia", afirma Lars Calmfors, catedrático de Economía Internacional de la Universidad de Estocolmo. "Si se observa el conjunto de la economía, en torno al 85% de todos los empleados están cubiertos por un convenio colectivo".

En Suecia no existe un salario mínimo legal, sino que el país confía en los convenios colectivos para mantener una remuneración justa. Las relaciones entre sindicatos y empresas en el país también son relativamente armoniosas.

"En todos los países nórdicos existe una sólida tradición de cooperación entre sindicatos y empresarios. Pero esta cultura de cooperación es especialmente fuerte en Suecia, con un nivel muy bajo de conflictos laborales", afirma Calmfors.

Las empresas estadounidenses deben cumplir las normas suecas

La situación en la que se encuentra Tesla no carece de precedentes.

"Las empresas internacionales suelen tener sus propios sistemas de compensación y pensiones que entran en conflicto con los sistemas que tenemos en Suecia", explica Calmfors.

La empresa estadounidense Toys R Us se enfrentó a una huelga similar cuando se negó a conceder a los trabajadores un convenio colectivo en la década de 1990. Después de tres meses de huelga, la empresa de juguetes llegó a un acuerdo con el sindicato sueco de empleados de tiendas minoristas y básicamente cedió.

Las huelgas de solidaridad coordinadas ya están causando quebraderos de cabeza a las operaciones de Tesla en el país.

El servicio postal sueco detuvo con éxito las entregas de nuevas matrículas para los vehículos eléctricos, mientras que los estibadores daneses se negaron a descargar los vehículos Tesla.

Musk incluso arremetió públicamente contra los trabajadores, calificando las huelgas de "locura".

Tesla tiene mucho que perder

La huelga sueca de Tesla es relativamente pequeña. La empresa de vehículos eléctricos no tiene fábrica en el país y solo emplea a unas 120 personas en sus instalaciones de servicio en Suecia.

El mercado no es especialmente importante para Tesla, pero ceder a las huelgas suecas puede costarle más a la empresa en términos de daño a su reputación.

"Tesla no tiene un convenio colectivo en ningún sitio, al menos no uno voluntario", afirma Calmfors. "Si firmaran un convenio colectivo en Suecia, demostrarían a los trabajadores de otros países que esta línea roja no es absoluta".

"No son las consecuencias en Suecia de un convenio colectivo lo que temen, sino que pueda suponer un incentivo para los sindicatos de otros países".

Pero Tesla se enfrenta a un oponente formidable en la nación nórdica, asegura Calmfors.

"Los sindicatos temen lo que esto pueda suponer a largo plazo", explica. "Si se acepta que las grandes empresas suecas puedan prescindir del convenio colectivo, creo que temen que esta sólida norma social se debilite con el tiempo".

Los trabajadores en huelga están parcialmente financiados por los sindicatos, lo que supone un incentivo adicional para la huelga, apunta.

"Es algo importante tanto para Tesla como para los sindicatos suecos", afirma. "Pero creo que el resultado más probable es que Tesla pierda".

BI se puso en contacto con Tesla, pero no ha querido hacer comentarios.