Ozempic: así podría transformar la economía tal y como la conocemos

| Traducido por: 
Una caja de Ozempic.

Getty

  • La nueva oleada de medicamentos para adelgazar, entre los que destaca el Ozempic, podría tener efectos secundarios para toda clase de empresas.
  • Entre otras cosas, podrían aumentar la productividad de las personas a lo largo de su vida, lo que repercutiría en la economía. En ese sentido, los expertos sugieren que los productos "mejores para ti" podrían ser los que saliesen ganando en el futuro.

Ozempic está arrasando en todo el mundo gracias a su capacidad para ayudar a perder peso. Sin embargo, el fenómeno del que forma parte podría suponer un gran cambio para la economía a largo plazo.

Ozempic es el nombre comercial de la semaglutida, un medicamento para la diabetes que también tiene efectos adelgazantes. Los pacientes se lo inyectan semanalmente y así reducen su apetito. La semaglutida también se vende para adelgazar bajo la marca Wegovy.

Aunque es demasiado pronto para saber exactamente cómo repercutirán este tipo de fármacos —GLP-1— en la economía a largo plazo, ya han tenido efectos significativos en el consumo de los pacientes y las compañías están atentas ante los posibles avances.

La cadena de supermercados Walmart, por ejemplo, que en Estados Unidos vende Ozempic y otros medicamentos GLP-1, ha descubierto que, de un año para otro, los clientes que compran esos medicamentos gastan menos dinero en alimentación, pero más en estilo de vida y fitness.

Nik Modi, director gerente de RBC Capital Markets y especialista en bienes de consumo, asegura a Business Insider que esto es señal de que la gente no gasta menos. Simplemente compran productos diferentes.

"Los consumidores buscan productos mejores para ellos", indica Modi, que añade que los productos más sanos van a ser los grandes ganadores a medida que los consumidores cambien sus hábitos en esta nueva economía.

a close up of a person measuring their waist size

Los efectos podrían ir mucho más allá de la alimentación y la sanidad. Como escribía recientemente Josh Barro en Very Serious, su newsletter de economía y empresas, los trabajadores podrían acabar siendo más productivos, porque vivirán más tiempo, más sanos y más felices.

"Una menor tasa de enfermedades significará menos días de baja y una mayor productividad laboral", anticipaba Barro. "Y habrá enormes ganancias en felicidad personal: muchos más de los cien millones de estadounidenses que llevan toda la vida luchando por controlar su peso lo conseguirán por fin y de una forma que no implica un gran esfuerzo mental ni sacrificio percibido".

Esto podría aumentar la autoestima de la gente, postulaba Barro, y podría permitirles redirigir la energía y los recursos que dedican a hacer dieta a otras actividades, así como a modificar su consumo. Además, la productividad de los empleados podría aumentar si estos perciben los beneficios a largo plazo de la pérdida de peso y permanecen más tiempo en el mercado laboral.

Las pérdidas de peso radicales podrían alterar las compras de la gente y afectar a los resultados de las compañías

Algunas empresas ya han observado cambios en el comportamiento de los consumidores debido a los fármacos GLP-1, cuyos ensayos clínicos han demostrado que pueden ayudar a los pacientes a perder una media del 15% de su peso corporal en 68 semanas

Una encuesta realizada en agosto por Morgan Stanley a 300 personas que tomaban GLP-1 para adelgazar reveló que el 77% de los encuestados afirmaba visitar "con menos frecuencia" establecimientos de comida rápida, mientras que el 61% y el 59% decían lo mismo de los restaurantes de comida informal y las cafeterías, respectivamente.

Por otra parte, los GLP-1 podrían ayudar indirectamente a otros negocios, como las aerolíneas. Un analista de Jefferies utilizó datos de United Airlines y calculó que la compañía podría ahorrar 104,4 millones de litros de combustible al año, lo que en la actualidad supone un coste de 80 millones de dólares (unos 75 millones de euros) si el pasajero medio pesase cinco kilos menos.

Por ejemplo, Walmart, que vende fármacos GLP-1 como Ozempic, ha descubierto que los clientes que compran esos medicamentos gastan menos en comida año tras año, pero más en estilo de vida y fitness.
Por ejemplo, Walmart, que vende fármacos GLP-1 como Ozempic, ha descubierto que los clientes que compran esos medicamentos gastan menos en comida año tras año, pero más en estilo de vida y fitness.

Scott Olson/Getty

Además, algunos pacientes también han notado una reducción del deseo de consumir alcohol, tabaco e incluso opiáceos, lo que sugiere que estos fármacos también podrían utilizarse para tratar la adicción. Aunque los GLP-1 no estén aprobados como tratamiento contra la adicción, estos efectos secundarios observados podrían impulsar la economía y la mano de obra, según Barro.

"Los exfumadores trabajan más que los que siguen fumando, porque están menos agobiados por la enfermedad y la incapacidad", apuntaba este periodista estadounidense. "Presumiblemente, están aprovechando sus ingresos y gastando más de lo que habrían gastado en productos y servicios no relacionados con el tabaco".

Además de la pérdida de peso, algunos pacientes también han notado un menor deseo de consumir alcohol.
Además de la pérdida de peso, algunos pacientes también han notado un menor deseo de consumir alcohol.

Cortesía de Houlihan Lawrence

Aun así, estos medicamentos son caros. En EEUU, un paciente puede gastarse hasta 1.000 dólares al mes en el medicamento para la diabetes Ozempic y aún más en el caso del tratamiento para perder peso Wegovy

Para los estadounidenses que no tengan diabetes, la cobertura del seguro sigue siendo reducida y las empresas todavía no saben si ofrecérselos a sus empleados como parte de sus pólizas, ya que se trata de un fármaco que es probable que tengan que tomar de por vida.

Si se tienen en cuenta los avances médicos que plantean estos tratamientos, parece probable que la gente viva más tiempo y con mejor salud. 

Eso también podría suponer más dinero para los bolsillos de la gente, gracias a la reducción de los costes sanitarios, las primas de los seguros, las compras en el supermercado y la disminución de las visitas a restaurantes, además de la posibilidad de ganar más a lo largo de la vida si se permanece más tiempo en el mercado laboral.

 

James van Geelen, de Citrinitas Capital, comparaba hace poco la epidemia de obesidad que asola Estados Unidos con la crisis de COVID en el podcast Odd Lots de Bloomberg, en el que habló de cómo se podría facilitar el acceso a los medicamentos para adelgazar.

"¿Por qué no va a pagar el Gobierno por esto?", decía van Geelen, argumentando que las vacunas para el COVID se pusieron a disposición de los ciudadanos de forma gratuita. Aunque la obesidad no provoque un bloqueo como el COVID, su tratamiento podría salvar vidas y reportar enormes beneficios para la población y la economía.

"Yo diría que son crisis de salud pública que pueden ser comparables", señalaba van Geelen. "Si [las compañías farmacéuticas son] eficaces a la hora de demostrar que los efectos secundarios son moderados y que el beneficio general se mantiene y es bueno, ¿por qué no lo cubriría el Gobierno? Si cubren las vacunas COVID, probablemente también deberían cubrir esto".

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.