Beber café no solo es saludable, además está de moda. Esta bebida repleta de antioxidantes te da el punch que necesitas cada mañana para afrontar la jornada. Pero también es el capricho con el que te premias tras una comida. Por ello has empezado a invertir en buen café y te has pillado un par de cafeteras distintas.

Pero esto de las modas tiene su límite. Si te ha llegado alguna tendencia viral que te invite a poner leche en lugar de agua en la cafetera, déjalo pasar.

A primera vista podría parecer el clásico truco para ahorrar tiempo, como eso de dejar la cafetera ya cargada al día siguiente, si eres de los que rasca minutos al día para estar más en la cama y luego va acelerado.

Sin embargo, como advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), aunque pueda parecer práctico, este experimento conlleva algunos riesgos tanto para tu cafetera como para tu cuerpo.

Por qué no debes poner leche en una cafetera?

La advertencia de la organización de consumidores se dirige a la cafetera italiana, una de las más populares en los hogares. 

Su diseño permite preparar café al infusionar con agua a presión a más de 100º de temperatura entre 15 y 25 segundos. Como explica la OCU, el agua de la parte inferior se calienta y hierve. El aire acumulado también se calienta y se expande. 

"La presión acumulada empuja el agua hacia arriba, pasando por el filtro. Al absorber el agua hirviendo, el café también se expande poco a poco, lo que acumula aún más presión en la zona media". Cuando el café está totalmente saturado, el agua hirviendo sigue a través del filtro de metal y pasa hacia la parte superior".

¿Qué ocurre si, en lugar de agua, pones leche en la parte inferior? El resultado está lejos de ser el café con leche que esperas obtener.

La leche por su contenido no responde como el agua ante las altas temperaturas. Al formarse burbujas, esta se desbordará al hervir y pueden atascar el conducto de salida. "Con la leche, además, podría obturarse la válvula de seguridad y no funcionar correctamente para liberar ese exceso", señalan. Aunque funcione bien, la grasa se puede requemar dejando un gusto amargo que afectará al sabor y textura del café.

Además, será bastante más complicado limpiar los restos cuando termines de usarla. A menos que te asegures de tomar el tiempo necesario para limpiar la cafetera correctamente, puede ser difícil deshacerse de la leche quemada. 

Y como es de esperar que seas como el resto de los mortales y no limpie muy a menudo su cafetera, ¿qué crees que pasará con la siguiente tanda de café que prepares? Será asqueroso por no decir muy poco higiénico.