Por qué el agua puede ser mortal para los recién nacidos

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  • Mientras que hay adultos que necesitan que se les recuerde constantemente que deben beber más agua y mantenerse hidratados, en el caso de los recién nacidos la historia es muy diferente.
  • Sus cuerpos no están lo suficientemente desarrollados como para consumir aunque sea unas pocas gotas de agua, lo que en casos extremos podría tener consecuencias fatales.
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Hay un momento en la vida de todo ser humano en el que beber agua es algo que puede ser mortal. Incluso unas pocas gotas son suficientes para causar algún daño.

Un adulto de mediana edad y completamente sano está compuesto por un 55% a 60% de agua. Sin embargo, un bebé está compuesto por un 75% de agua. Y esa diferencia es la razón por la que los bebés no deberían beber agua antes de cumplir los 6 meses. Ni del grifo, ni de una fuente, ni de un manantial… El agua está fuera de su alcance.

Los riñones de todo el mundo tienen un límite a la hora de procesar una determinada cantidad de agua al mismo tiempo. Si se sobrepasa ese límite, el exceso de agua vuelve al torrente sanguíneo, donde se diluye la sal o el sodio en la sangre.

Una vez que tu sangre baja de los 120 miliequivalentes por litro, corres el riesgo de sufrir lo que se llama hiponatremia. Se produce cuando las células intentan devolver los niveles de sodio a la normalidad absorbiendo el agua sobrante y se hinchan como un globo durante todo el proceso, causando complicaciones como desorientación, vómitos y espasmos musculares.

La hiponatremia es común en los corredores de maratón que beben demasiada agua demasiado rápido durante una carrera sin aportar también el suficiente sodio como para que pueda equilibrarse su sangre. Y, si continúas bebiendo, ese exceso de agua acabará llegando a las células del cerebro. Llegados a este punto, se produce un peligroso caso de intoxicación por agua, que afecta a unos 200.000 estadounidenses al año.

Por qué los bebes tienen más huesos que los adultos

Se produce cuando las células del cerebro se hinchan, lo que aumenta la presión dentro del cráneo. Esto puede provocar convulsiones, daños cerebrales y, en los casos más graves, la muerte. Pero no te preocupes, morir por intoxicación de agua es extremadamente difícil para una persona adulta. Un adulto tendría que beber de 10 a 18 litros cada pocas horas para llegar a este punto.

Pero, para los recién nacidos, la historia es diferente. Sus riñones tienen la mitad del tamaño de los de un adulto. Por lo tanto, no pueden retener mucha agua y basta con unos pocos litros para que empiecen a surgir los problemas. Además, sus riñones no están lo suficientemente desarrollados como para filtrar el agua. Por lo tanto, el agua que entra en su cuerpo acaba en el sistema circulatorio, donde se diluye en la sangre y aumenta su contenido de agua entre un 7% y un 8%.

Pero no es solo beber agua de manera directa lo que supone una amenaza. De hecho, la mayoría de los casos de intoxicación por agua en bebés ni siquiera implican un vaso de agua. Un error que se suele dar con bastante asiduidad es cuando la gente, por accidente, diluye demasiado la leche de fórmula para bebés o cuando los padres sumergen a sus bebés de arriba a abajo en una piscina y, durante el proceso, el bebé traga demasiada agua.

Si tu bebé muestra signos de intoxicación por agua, es importante que lo lleves de inmediato al hospital, donde un médico probablemente le suministrará algún tipo de líquido, como una solución salina intravenosa, para normalizar sus niveles de sodio.

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