¿Por qué te cuesta tanto mantener la concentración y trabajar con productividad en la oficina?

Trabajadora desesperada en la oficina

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  • Empresas y directivos están llamando a la vuelta a las oficinas, pero estas a veces son espacios donde surgen decenas de distracciones diarias que dificultan terminar el trabajo.
  • La mente, junto a otros factores, juega un papel importante en la búsqueda de productividad, explican personas expertas, que comparten varios consejos para recuperar la concentración y dar salida a las tareas pendientes en la oficina.

Si eres una de las personas acostumbradas al teletrabajo, es posible que hayas notado un gran cambio en los días que vas a la oficina. De repente, el tiempo discurre a otro ritmo, la productividad se reduce, no consigues sacar adelante tus tareas pendientes y acaba la jornada sin que hayas terminado lo que te habías propuesto, que queda para otro día. 

Puede que lo hayas observado en ti, en colegas de profesión o en la plantilla que lideras. No parece tener sentido que, si se funcionaba más o menos bien a tiempo completo en la oficina antes de la pandemia del COVID-19, ahora sea diferente. ¿Qué ha pasado?

Hay varios estudios con empresas y trabajadores que muestran que el teletrabajo ha aumentado la productividad, a partir de factores como más horas trabajadas, ausencia de desplazamientos y menos pausas.

Estas últimas pueden ser una constante cuando se acude a la oficina, donde surgen decenas de distracciones diarias (una cada 8 minutos) que provocan la acumulación de tareas pendientes: algunas pueden aflorar también en el trabajo remoto (como el uso de dispositivos, las redes sociales o el correo electrónico), pero otras son más propias del presencial (el ruido en la oficina, las conversaciones de o con compañeros, las reuniones...).

En el grado de esa productividad puede influir también el diseño de las oficinas (en función del número de escritorios, disposición de estos y tamaño de las áreas, por ejemplo) y el sitio que elijas en ellas: los expertos desaconsejan sentarse de espaldas a los demás, perder control visual y alejarse de las ventanas, y aconsejan buscar un lugar donde la persona se sienta segura y con intimidad.

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Además, la mente también juega un papel importante, como explican varias personas expertas a The Wall Street Journal (WSJ)

Por un lado, se trata de ejercitar y fortalecer de nuevo la memoria muscular, ya que un cerebro acostumbrado al teletrabajo ha perdido parte de sus habilidades de atención selectiva y de bloqueo de las distracciones, apunta Thomas Carmichael, profesor y presidente del departamento de neurología de la Escuela de Medicina David Geffen de la UCLA (Los Ángeles, California, EEUU).

Una de las soluciones es, precisamente, obligarse a trabajar con más frecuencia desde la oficina: "El cerebro es realmente bueno para comprender las contingencias, por lo que si simplemente decimos 'Haré esto cuando esté en casa', no lo aprenderemos tan bien", advierte.

Una vez allí, hay que intentar dejar de lado las comparaciones y olvidarse de los beneficios del teletrabajo: lo que en psicología se denomina pensamiento contrafáctico (plantearse qué pasaría si las circunstancias fuesen diferentes: los '¿Y si...?') dificulta la adaptación de los trabajadores, analiza Laura M. Giurge, profesora asistente en la London School of Economics (Reino Unido) que imparte un curso sobre la ciencia del tiempo en el trabajo.

"Ahora, cuando vamos a la oficina, tenemos los contrafactuales de nuestras oficinas en casa. Sabemos cuánto mejor serían las cosas, cuánto más trabajo podríamos hacer", señala Giurge a WSJ.

He añadido el truco de la "hora del terror" a mis mañanas y mi capacidad de concentración se ha disparado, al igual que mi productividad

Finalmente, queda la parte de afrontar el ruido habitual en muchas oficinas, alternado con periodos de silencio que pueden causar un efecto similar.

"Tenemos que habituarnos a todas esas distracciones nuevamente para poder hacer un buen trabajo", observa Vanessa Bohns, profesora de comportamiento organizacional en la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU), quien menciona una investigación según la cual lleva 20 minutos acostumbrarse al ruido de fondo y volver al nivel de concentración anterior, pero cinco minutos de silencio entre medias provocan que el cerebro tenga que empezar otra vez.

Eso sí, la atención no debería fijarse solo en la productividad cuando se trata del trabajo presencial (o en general): porque este aporta otros beneficios y porque la exigencia de productividad sin poner límites puede llevar a problemas de salud mental y al burnout (quemarse en el trabajo).

"No podemos ver la oficina solo como un lugar para realizar trabajo con concentración", respalda Colette Stallbaumer, gerente general de Microsoft Future of Work, ante The Wall Street Journal, que cita una encuesta del año pasado por la que, para el 84% de las personas empleadas, la principal motivación para trabajar en persona era la posibilidad de conectar con sus compañeros y amigos de la empresa.

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