'Ni que sí, ni que no...': Jerome Powell deja el futuro de las subidas de tipos en el aire en Jackson Hole

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.

REUTERS/Andrew Kelly/File Photo

  • La cumbre de Jackson Hole que reúne a los grandes banqueros centrales suele servir para dar pistas sobre por dónde irán los tiros de la política monetaria. Justo lo que ahora no ha pasado.
  • "El discurso de Powell es una gran decepción para cualquiera que esperara que aclarara las grandes cuestiones de política monetaria", critican los analistas.

Jackson Hole no es conocido porque de ahí salgan grandes anuncios o se tomen decisiones cruciales. La reunión de banqueros centrales que se celebra cada año en Wyoming sirve más bien para dar pistas sobre por dónde van a ir los tiros de la política monetaria en los próximos meses. Justo lo que ahora no ha pasado.

Hay quien dirá que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), sacó las garras en su discurso de Jackson Hole, dispuesto a volver a pisar el acelerador de los tipos de interés. Hay quien, como Callie Cox, analista de inversiones de EEUU de eToro considera que el tono de Powell ha sido "más suave" que el del año pasado. Lo curioso es que unos y otros tienen parte de razón.

En los últimos 16 meses, la Fed ha apretado las tuercas de la economía con una avalancha de subidas de tipos, desde casi cero hasta el 5,5%. Pero en junio hizo una pausa, ante los temores de recesión

El actual ciclo de subidas es el más rápido y agresivo desde principios de la década de 1980, y se suponía que este aumento histórico del coste de los préstamos frenaría la demanda, ralentizaría el gasto de los consumidores, perjudicaría los beneficios de las empresas y costaría puestos de trabajo. Pero no está ocurriendo.

Lejos de dar pistas sobre cuáles serán sus próximos movimientos, Powell reiteró lo mismo que lleva repitiendo desde hace meses: que la inflación continúa demasiado alta, y que podría volver a subir tipos, pero que al mismo tiempo hay riesgos.

"El discurso de Powell es una gran decepción para cualquiera que esperara que abriera nuevos caminos o aclarara las grandes cuestiones de política monetaria del día. No hizo ni lo uno ni lo otro", lamenta Eric Winograd, economista jefe de AllianceBernstein.

Lo que sí queda claro es que la Fed mantendrá la mano dura contra la inflación: 

"El trabajo de la Fed es reducir la inflación hasta nuestro objetivo del 2% y lo haremos. El año pasado endurecimos considerablemente nuestra política monetaria. Aunque la inflación ha bajado desde su máximo, sigue siendo demasiado alta. Estamos dispuestos a seguir subiendo los tipos si resulta oportuno, y tenemos la intención de mantener la política monetaria en un nivel restrictivo hasta que estemos seguros de que la inflación desciende de forma sostenible hacia nuestro objetivo", dijo Powell al inicio de su discurso.

Lo que no queda tan claro es si ese pulso vendrá por la vía de mayores subidas de tipos, o la de un periodo más largo de tipos en los niveles actuales. "Ambas opciones están sobre la mesa, como lo han estado durante semanas", aclara Winograd.

Para Winograd, Powell "optó por no decir nada que debiera mover el mercado y no proporcionar mayor claridad sobre el camino a seguir". 

La Fed justifica su posición en que depende de los datos. Aunque el plan A sigue siendo subir tipos, un deterioro visible de la economía llevaría a pisar el freno. 

Por lo pronto, no hay recesión a la vista, la inflación ha caído desde su máximo interanual del 9,1% en junio de 2022 hasta el 3,2% en julio, y los estadounidenses han estado gastando a pesar de los tipos de interés más altos: las cifras de gasto en consumo personal y de ventas al por menor han seguido subiendo. 

Personas en la calle con bolsas de la compra

Sin duda, la economía parece haberse librado de la Reserva Federal hasta ahora, pero los expertos afirman que el aumento del coste de la deuda acabará por hacer mella. Como dijo el legendario economista Milton Friedman, los cambios en los tipos de interés tienen "retardos largos y variables", es decir, se necesita tiempo para que los cambios lleguen a los hogares y las empresas.

"Evidencias adicionales de un crecimiento persistentemente por encima de la tendencia podrían poner en riesgo nuevos avances en materia de inflación y podrían justificar un mayor endurecimiento de la política monetaria", explicaba Powell.

La falta de claridad de la Fed, sin embargo, no es una señal del todo negativa. Al contrario: "la Reserva Federal está satisfecha en general con la situación". ¿Por qué? Porque tiene la flexibilidad para responder a la nueva información como considere oportuno.  La máxima flexibilidad va asociada a la mínima claridad, y eso, añade Winograd, es lo que la Reserva Federal quiere que tengamos ahora".

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