El momento en el que tu pérdida de peso se estanca, según la ciencia: cómo evitarlo

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  • Cuando empiezas a perder peso llega un día en el que este se estanca y librarte de los kilos se hace más difícil a pesar de que sigas comiendo lo mismo y haciendo la misma rutina de ejercicio.
  • Un estudio ha determinado cuándo llega ese momento y la manera en que tu cuerpo te "traiciona" para impedirte seguir adelgazando.

Sea cual sea la estrategia seguida para adelgazar, librarte de los kilos se hace cada vez más complicado. Es lo que se conoce como meseta de pérdida de peso: el punto en el que el peso se estanca y cuesta más bajar la cifra que marca la báscula.

Normalmente se tiende a pensar que esto es debido al metabolismo. La pérdida de peso impacta en este, por lo que se acaba quemando menos calorías en reposo que al inicio del proceso, lo que hace incluso recuperar peso con mucha facilidad.  

Kevin Hall, investigador de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH) cuyo trabajo se centra en medir este proceso considera en cambio que el metabolismo disminuye tras adelgazar, "pero no tanto como para explicar el momento o la magnitud de la meseta de pérdida de peso".

Su última investigación publicado el lunes en la revista Obesity, apunta en cambio a un aumento del apetito en respuesta a un descenso de las calorías consumidas.

El apetito se activa para hacer que comas más

Su estudio determinó cuándo se detiene la pérdida de peso dependiendo del método usado para adelgazar: a través de medicamentos, una cirugía gástrica o reduciendo calorías y agregando ejercicio. Para ello desglosó la meseta en modelos matemáticos utilizando datos de ensayos clínicos para comprender por qué las personas dejan de perder peso cuando lo hacen.

Lo que descubrió es que parte de la razón por la que la cirugía de bypass gástrico y los nuevos medicamentos para bajar de peso como Wegovy y Zepbound son tan efectivos es porque duplican el tiempo que lleva alcanzar un nivel estable. Es decir, las personas pueden perder peso durante más tiempo que simplemente reduciendo las calorías.

El cuerpo regula el peso tratando de mantener un equilibrio entre las calorías que comes y las calorías que quemas. Cuando se gastan o reducen calorías y se empieza a quemar la energía almacenada, el apetito se activa para hacer que comas más. Los estudios de Hall han demostrado que cuanto más peso pierde una persona, más fuerte se vuelve el apetito hasta que contrarresta el arduo trabajo realizado para adelgazar.

El investigador hizo uso del estudio CALERIE, en el cual se asignó al azar a 238 adultos a seguir durante 2 años una dieta con restricción calórica del 25% o comer como lo harían normalmente. Los adultos del grupo que redujeron las calorías perdieron de media unos 7,5 kilos de media. El grupo que siguió su dieta normal ganó alrededor de 1 kilo. Aunque las personas que participaron en el estudio CALERIE mantuvieron sus esfuerzos durante dos años, su pérdida de peso se detuvo alrededor de los 12 meses, ya que su apetito aumentó para contrarrestarla.

83 calorías por cada kilo de peso perdido

El modelo de Hall predijo que para lograr la pérdida de peso reportada en ese estudio, las personas cuyas dietas comenzaban con 2.500 calorías por día tenían que reducir un poco más de 800 calorías diarias. Sus cuerpos respondieron instándolos a añadir a su ingesta calórica diaria aproximadamente 83 calorías por cada kilogramo de peso que perdieron.

La pérdida de peso promedio reportada en el estudio fue de 7,5 kilogramos, lo que significa que al llegar a su peso más bajo, los participantes sentían la necesidad de comer 622 calorías más al día que antes de comenzar a adelgazar.

Como explica Hall en CNN,  Al final del estudio, los participantes estaban trabajando tan duro como al principio para resistirse a la comida, pero solo lograron reducir alrededor de 200 calorías por día en lugar de las 800 que buscaban. Eso detuvo su pérdida de peso.

Medicamentos como Wegovy duplican el tiempo 

Otro de sus hallazgos fue descubrir que los medicamentos redujeron la cantidad de calorías que el cuerpo pedía comer a medida que los pacientes perdían peso, lo que de hecho debilitó su apetito. 

Para Wegovy, el nuevo fármaco contra la obesidad basado en semaglutida, las personas solo sentían la necesidad de recuperar alrededor de 49 calorías diarias por cada kilo de peso que perdían. Para Zepbound, la versión de Lilly a base de tirzepatida, fue de 48. Esto hizo que pudieran seguir perdiendo peso durante más tiempo, un año más en promedio en comparación con la restricción calórica. 

La cirugía para bajar de peso tuvo el efecto más potente, al reducir alrededor de 3.600 calorías de sus dietas cada día y solo recuperar 58 calorías diarias por cada kilo que habían perdido.

Sea cual sea el método seguido, las personas que llegan a un estancamiento después de reducir calorías probablemente puedan superarlo restringiendo aún más las calorías o añadiendo ejercicio a su rutina para aumentar la quema.

"El punto aquí es que hagas lo que hagas, tienes que seguir haciéndolo. Por lo tanto, debes estar feliz con esa intervención en el estilo de vida por el resto de tu vida. De lo contrario, no tendrás el beneficio adicional",  considera Hall.

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