El queso fresco engorda: ¿mito o realidad?

Queso fresco

E4024/Wikipedia

¿El queso fresco engorda? Aunque no conviene consumirlo en cantidades excesivas, se trata de uno de los quesos más sanos y con menos calorías que puedes consumir. De hecho, se trata de un lácteo saludable que puede tener cabida en una dieta equilibrada. Una buena noticia si eres uno de tantos millones de amantes del queso, un alimento considerado adictivo debido a la caseína.

La web Que quesosexplica cuáles son las características básicas del queso fresco con respecto a otros. Su elaboración es muy elemental: se prepara acidificando y cuajando la leche para separar el suero de esta, por lo que es un producto muy rico en agua. Para filtrar el suero se emplean diversas técnicas como telas, sacos o moldes.

 

Los quesos frescos tienden a tener un sabor más suave, ligeramente amargo y similar a la leche fresca. Hay que consumirlos rápido, normalmente en días, debido a su elevado contenido de humedad, así como conservarlos en frío. En la elaboración se recomienda pasteurizar la leche y la nata para eliminar las posibles bacterias y gérmenes.

En el abanico de los quesos frescos, que ya preparaban griegos y romanos —saboreándolos con miel, harina, tomillo o pimienta— caben muchos de los quesos actuales, como la mozzarella, la ricota, el queso cottage o requesón, el mascarpone o el queso de Burgos, originario de Castilla y León.

¿Cuánto queso fresco puedes consumir al día?

El queso fresco se trata de una de las alternativas más saludables.
El queso fresco se trata de una de las alternativas más saludables.

 

Devanath/Pixabay 

Las pautas de consumo de queso varían según su grado de maduración, ya que cuánto más maduro es el queso, más grasas y calorías contiene

En el caso de los quesos más curados, la cantidad recomendada es una ración máxima diaria de entre 40 y 50 gramos diarios, lo cual equivale a dos cuñas o lonchas. En el caso de los quesos frescos, puedes comer más cantidad: es aconsejable unos 75 gramos diarios, aunque puedes tomar un máximo de 100.

13 trucos para conservar cada tipo de queso adecuadamente sin que se estropee

Un estudio de la revista Advances in Nutrition publicado en 2019 sobre el consumo de queso y productos lácteos destaca que los lácteos enteros "no ejercen efectos negativos sobre la sensibilidad a la insulina, el perfil de lípidos en sangre y la presión arterial, pese a su contenido en grasa saturada y sodio".

Sin embargo, sí apunta a la importancia de revisar la cantidad de sal diaria, especialmente en personas con hipertensión arterial, insuficiencia renal crónica o síndrome nefrótico. 

Por otro lado, y consumidos de forma moderada, los lácteos fermentados son beneficiosos para reducir el riesgo mortalidad por enfermedad cardiovascular. 

El queso fresco también es el más popular: según datos recogidos por Statista, fue el más consumido en España en 2021 dentro de los distintos tipos existentes de este derivado lácteo. 

Cada persona consumió a lo largo del año una media aproximada de 2,3 kilogramos de esta variedad, seguida en el podio por el queso semicurado y el queso fundido.

Del calcio a la proteína: estos son los beneficios del queso fresco para tu salud

Según la Federación Española de la Nutrición, los quesos frescos como el de Burgos son aquellos con menor aporte energético y menor cantidad de grasas, algo que constituye una de sus mayores ventajas. 

En un documento del organismo se recoge que la grasa del queso fresco es muy poca en comparación con otros (11 gramos por cada 100 gramos de porción comestible) siendo principalmente ácidos grasos monoinsaturados y saturados, seguidos de los poliinsaturados. 

Además, el queso fresco tiene muy pocos hidratos de carbono (4 g/100 g de porción comestible) y un elevado contenido en proteínas, de 15 gramos por cada 100 de producto.

Además de proteico, el queso es una buena fuente de micronutrientes: te proporciona calcio, fósforo, zinc, selenio y vitamina B12. Entre otras ventajas, la FEN recoge que ración de 60 gramos de queso de Burgos cubre el 50% de las ingestas recomendadas de fósforo.

Se recomienda tomar el queso fresco sin sal para aquellas personas que sean hipertensas, y recuerda que siempre debe estar refrigerado a una temperatura de 4º C.

Si comes demasiada cantidad de queso con excesiva frecuencia, puede haber consecuencias negativas para tu organismo. En este caso, sí que ganarás peso, y además, subirá tu colesterol malo y podrás experimentar problemas estomacales e intestinales como gases, estreñimiento y diarrea. También podrías retener más líquido. 

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