Así trabajan quienes ayudan a los 'influencers' entre bambalinas: conocimiento exhaustivo del medio, pasión y cientos de horas

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El creador Matt Yutoshi muestra cómo edita en uno de los vídeos de su canal.
El creador Matt Yutoshi muestra cómo edita en uno de los vídeos de su canal.

YouTube / Yutoshi

  • A medida que han crecido plataformas como YouTube, lo ha hecho también el número de grandes creadores que necesitan ayuda para generar su contenido.
  • Editores de vídeos, asesores y expertos en marketing les prestan unos servicios que, reconocen, no siempre están tan bien pagados como deberían.

Los milagros no existen, ni siquiera en el mundo de los creadores de contenido, plagado de historias de superación de supuestos perdedores que, de la noche a la mañana, acumulan cientos de miles de fans. 

La mayoría no son verdad o, en el mejor de los casos, no son toda la verdad: detrás de cada aumento de seguidores, por pequeño que sea, hay montones de horas de trabajo y, sobre todo, una calculada estrategia. 

Esta, en el caso de los creadores de contenido con más seguidores, corre a cargo muchas veces de una legión de editores, asesores, expertos y consejeros. Todos ellos conforman un equipo que marca a las caras visibles de los canales los pasos a seguir para impactar en más gente y, por consiguiente, atraer la atención de más y mejores anunciantes. 

Son muchas veces su secreto mejor guardado, la clave de buena parte de su éxito. Todo ello, considerando naturalmente que no hacen milagros. Sin embargo, con una buena materia prima, son capaces de convertir canales aparentemente poco interesantes en algo capaz de atraer la mirada de cualquiera que se pase por ahí.

En casos muy extraños y extremos, pueden incluso disparar el número de seguidores de un canal.

En España, en los últimos años hablar de una explosión en el mundo del entretenimiento digital es hablar de Ibai Llanos. Streamer, youtuber, influencer y creador de contenido en general seguido por millones de espectadores en todo el mundo, Llanos empezó como comentarista de eSports en competiciones de videojuegos como League os Legends.

Ahí, casi desde el principio, estuvo con él Mateo Gimmelli, que no había cumplido la mayoría de edad cuando contactó con Llanos a través de Twitter en 2017 y empezó a editar algún video suelto para él. 

De ahí saltó, de la mano del propio Llanos, a la agencia de youtubers Vizz, donde fue haciéndose un nombre en el oficio al tiempo que trataba de fijarse en cómo editaban sus vídeos los gigantes de YouTube en países como EEUU. 

La verdadera historia de Twitter

A finales de 2019, Gimmelli tuvo que tomar una decisión. O seguir en Vizz y seguir trabajando con creadores como Rober PG, que acumulaba ya millones de seguidores, o volver a dar el salto con Llanos, que apenas tenía por aquel entonces 300.000 suscriptores, al equipo de eSports G2.

Con los números encima de la mesa, cualquiera en su lugar hubiera optado por quedarse donde estaba. Pero Gimmelli veía algo en Llanos: tenía carisma, sabía comunicar, caía bien a la gente. Desde luego, había buena materia con la que trabajar. Se fue con él.

El resto es historia conocida: Llanos acumula más de 9,5 millones de suscriptores solo en su canal de YouTube.

"La primera vez que fui consciente de la dimensión que estaba cogiendo Ibai fue durante el confinamiento, cuando se empezó a acercar a futbolistas y gente mainstream y empezó a salir en las noticias. Eso me pareció una locura", recuerda Gimmelli por teléfono a Business Insider España.

Editores de vídeo: precariedad para el 99%

"Hoy, mi día a día depende mucho de la temporada. Ahora estamos bastante tranquilos porque somos un equipo de editores y lo sacamos bien, pero depende mucho de la época. Lo más difícil es la inmediatez, tener que estar siempre disponible", comenta Gimmelli. 

Con todo, explica el editor, procura que sus jornadas laborales no se vayan por encima de las 8 horas, algo que depende también del volumen de trabajo. Son cosa aparte, claro, viajes como el que hace medio año hizo Llanos a París.

Su día a día consiste, básicamente, en ir a la par que Llanos: "Ibai tiene mucha confianza en nosotros y sabe que tenemos su misma visión. Nos ha dado las llaves de su canal de YouTube y nosotros decidimos los contenidos mientras le seguimos el ritmo en Twitch. Queremos que él se centre en hacer lo que sabe".

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Gimmelli solo tiene buenas palabras para el protagonista de sus ediciones: "El trato con él siempre ha sido muy cercano. Siempre cuento que, en persona, es muy parecido al personaje online. Es muy humilde, muy trabajador, con los pies en el suelo. He tenido amigos que han hablado con él y que me han dicho que a los 5 minutos ya parece que lo conocen de toda la vida".

Aunque no quiere dar cifras exactas de cuánto cobra, Gimmelli asegura que, como parte del equipo de Ibai, se puede permitir vivir exclusivamente de su trabajo como editor. Esto es así gracias, entre otras, a la especial atención que pone Llanos en que todo el que trabaja con él lo pueda hacer en las mejores condiciones.

Es algo que, por desgracia, no es nada habitual en el sector: "De todos los editores de vídeo que hay, habrá 20 en España que cobren más de 2.000 euros. El resto lo hacen muchas veces de manera precaria", empieza contando Gimmelli.

"Sé de youtubers con un millón de seguidores que pagan 10 euros por vídeo o pagan en cripto. Al ser un sector muy poco regulado, dar con alguien como Ibai hoy por hoy depende muchísimo de la suerte".

Coincide con este punto de vista Matt Yutoshi, un creador de contenido que prefiere no dar su apellido real y que empezó en 2018 en el mundo de YouTube como editor de vídeos de creadores de éxito como Merakio, con más de un millón de seguidores. 

Hoy, con casi 100.000 seguidores, dedica casi todo su tiempo a su propio canal, donde muestra a sus seguidores precisamente los secretos de la edición audiovisual.

"El problema en este mundo de la edición es que no hay un precios fijados y que muchos creadores no respetan las tarifas de los editores. Terminas trabajando mucho por poco dinero. Yo me quedo con las experiencias buenas que tuve porque, cuando la comunicación es fluida, el creador puede aprender el editor y al revés", explica Yutoshi.

Este fija en unos 50 dólares (48 euros) lo que puede ser una tarifa razonable por vídeo editado para alguien que esté empezando en este mundo siempre y cuando sea un trabajo relativamente sencillo que no requiera muchos efectos.

No obstante, tiene clara una cosa: la última palabra debe tenerla siempre el editor, que es el que sabe de verdad cuánto tiempo le va a llevar cada trabajo.

"Yo llegué a ganar 600 dólares al mes, que dan para vivir en Argentina, aunque con algo de ansiedad. También fui aumentando a partir de ahí, no cobras lo mismo al principio que cuando ya tienes experiencia. Con Merakio aprendí a contar historias. Hoy, lo que me lleva más tiempo es investigar y pensar el vídeo, que es la parte más bonita de esto", explica Yutoshi.

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La falta de profesionalización es también un problema para ámbitos como el marketing

"En nuestro trabajo influye el cliente, el talento en concreto o la agencia de representación. A veces no seleccionamos talentos que serían fantásticos para una campaña porque sabemos que son muy poco profesionales o que su agencia no es de fiar", explica al respecto Natalia Cortázar, CEO de The Good Egg, una agencia de marketing de influencia que trabaja para las marcas.

"Hay muy poco control en la industria todavía y hay mucha gente que se cree que por tener seguidores ya es influencer o que, por ser amigo de uno, ya se es manager. Y no, requiere mucha formación y profesionalidad".

Consejeros, asesores y editores: expertos en YouTube

Yutoshi es un absoluto convencido de las bondades de YouTube, un irredento creyente de su dogma: "Hace poco probé Twitch y no le encontré demasiada gracia". "Creo además que mi contenido encaja mucho mejor en YouTube", reconoce el creador, que en su día recibió la llamada de empresas como Youplanet y Sephora en busca de consejo para sus canales.

Es un factor común entre quienes se dedican de manera más o menos profesional a dar consejos sobre la plataforma: mucho antes que expertos fueron fans y aún hoy consumen sin parar horas y horas de contenido de sus creadores de referencia en busca de inspiración y nuevas ideas.

Ignasi Boltó, cuyo canal, Spanish Libertarian, tiene cerca de 70.000 seguidores, ha asesorado a canales que han llegado a un nicho fiel de seguidores como el del economista Daniel Lacalle y el del músico Lucas Brar.

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Su trabajo de asesoría a creadores se resume en 2 premisas: puesta a punto y velocidad de crucero. Durante una primera fase se fija en todo, desde el banner hasta la miniatura del vídeo, pasando por supuesto por cómo es la edición, cuál es el contenido, la música y los títulos que se están eligiendo. 

Una vez identificados los elementos a mejorar, ofrece su diagnóstico. Finalmente, aplicados los cambios, empieza la velocidad de crucero: mantener el rumbo y coger ritmo.

Aunque sus tarifas varían mucho dependiendo del tamaño del proyecto y de cómo de profunda sea la renovación del canal, una tarifa estándar puede suponer unos 300 euros para un mes entero, calcula.

"Intento hacer trajes a medida, es un trabajo artesanal porque no hay fórmulas mágicas, aunque al final todo va de agradarle al algoritmo. YouTube es todo un mundo. Mi consejo siempre es que la gente se curre el contenido. Vídeos de reacciones a cosas hay a patadas, la gracia está en romper los esquemas de la comunicación tradicional. Es una plataforma que aún estamos entendiendo".

Ante todo, Boltó es un apasionado de YouTube, plataforma a la que puede dedicar cada día entre 2 y 3 horas solo viendo vídeos de sus referentes.

Estos incluyen a gigantes como MrBeast, pero también a otros como Wilderness cooking, un canal llevado por un hombre de Azerbaiyán que acumula más de 4 millones de seguidores y que se dedica en exclusiva a cocinar todo tipo de platos desde una cabaña perdida en mitad de un bosque.

"Más allá de los más conocidos, hay creadores que de verdad son para alucinar", destaca Boltó, que se acuerda también del músico Rick Beato y del polemista Russell Brand, entre otros.

Pero Boltó no es el único que mira hacia fuera en busca de referentes. Gimmelli reconoce que el mismo Llanos también se fija en lo que se hace fuera a la hora de tratar de imaginar hacia dónde quiere que evolucione su contenido.

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"Ibai es la persona indicada para traer los formatos que están triunfando en EEUU, Francia y Reino Unido: títulos llamativos, retención de audiencia muy alta... En general, me interesa que usemos el lenguaje de internet para contar buenas historias".

Para ello, se necesitarán más creadores, más manos que los sostengan y, sobre todo, mejores condiciones para todos ellos.

Gimmelli es optimista: "Gracias a que los creadores y los editores se toman cada vez más en serio su trabajo, hay cada vez más profesionalización. Quien quiere mejorar su contenido tiene que mejorar las condiciones de la gente".

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