Todo lo que se sabe sobre X.com, la marca que Elon Musk quiere resucitar para competir contra Twitter en el mercado de las redes sociales

Elon Musk, CEO de Tesla.
Elon Musk, CEO de Tesla.

Patrick Pleul/Pool via REUTERS

Elon Musk alcanzó en abril un acuerdo para comprar Twitter por 44.000 millones de dólares. Semanas después, denunció no conocer toda la realidad sobre el número de cuentas falsas y bots que pueblan la plataforma. El magnate acabó retirándose de la compra en julio, y la plataforma respondió con una demanda. El juicio arrancará en octubre.

En todo este lapso, el cruce de acusaciones ha sido continuo. Musk contrademandó a la tecnológica. La fallida operación tendrá consecuencias nefastas para ambas partes, según han argumentado ya diversos expertos. El multimillonario ha vendido 6.300 millones de dólares en acciones de Tesla en caso de que le vaya mal. Todo esto se ha convertido en el culebrón del año.

A pesar de todo, el magnate sigue soñando con ser el propietario de una red social. De hecho, mantiene su oferta en pie si se cumplen unas condiciones. Todavía mantiene los argumentos que esgrimió a principios de año para defender su oferta con la que quería comprar Twitter. Según él, la libertad de expresión está en juego, y él quiere preservarla en un foro como la red social.

De hecho, ya en marzo, antes de que se oficializara la propuesta de compra de la compañía tecnológica, Musk ya deslizó la idea de crear su propia red social. Ahora, en un tuit con el que respondió a uno de sus seguidores, la persona más rica del planeta deslizó cuál podría ser la marca de esta plataforma en caso de que acabe naciendo.

"¿Has pensado en crear tu propia red social? Si el acuerdo de Twitter no llega a término", le lanza un usuario precisamente en un tuit. La escueta respuesta de la persona más rica del planeta es un dominio web: "X.com".

X.com es una vieja conocida del ecosistema tecnológico estadounidense. Fue el nombre que recibió una empresa que el propio Musk fundó en 1999, un servicio de banca en línea que puso en marcha tras vender la primera empresa que fundó con su hermano.

Esta compañía de Musk acabaría fundándose con la creada por quienes a la postre serían sus socios, como Peter Thiel, creando lo que se conoció entonces como PayPal. PayPal fue comprada por eBay por 1.500 millones de dólares después de que su pasarela de pago fuese el método más usado en la plataforma de compraventa.

Musk recompró a PayPal el dominio X.com en 2017, tras casi dos décadas sin uso, porque como el propio magnate reconocería entonces en Twitter, el mismo tenía un "gran valor sentimental" para él. "Sin planes por ahora", adujo entonces.

Los planes podrían haber llegado 5 años después, en 2022. Durante todo este tiempo, cuando un usuario entra en X.com ve lo mismo: una pantalla en blanco con una pequeña 'x' en una de sus esquinas. Algunos usuarios elucubraron hace unos meses con la posibilidad de que el dominio fuese para su hijo, que nació en 2020 y fue llamado X Æ A-12.

Sea como fuere, PayPal es una compañía de la que han nacido varias firmas tecnológicas que hoy cotizan en bolsa. Sin ir más lejos, SpaceX fue una de ellas. Musk fue CEO por un breve tiempo antes de que le sustituyera su socio Peter Thiel al frente de la compañía de pagos. Cuando la misma fue vendida, Musk ganó 165 millones con los que puso en marcha su firma aeroespacial.

A pesar de su discurso en pos de la libertad de expresión, algunos expertos han recordado a Business Insider España que el interés real de Musk podría ser hacerse con datos de sus usuarios. De la PayPal Mafia de la que forma parte Musk, muchos de sus integrantes han apostado por este mercado.

El propio Musk, que forma parte de este grupo de emprendedores así bautizado, llegó a tildar de "sociópata" a su exsocio Thiel, hoy al frente de otra cotizada muy controvertida por sus labores de vigilancia y recopilación de datos, Palantir. Julián Macías, creador de contenido especializado en combatir la desinformación, lo explicaba así a este medio:

Tras la venta de PayPal, muchos de sus directivos invirtieron en startups que ya cimentaban sus modelos de negocio en el de los datos personales. Vieron "el valor que tenían los datos personales de las personas". De ahí que la creación de una red social o el interés de hacerse con Twitter por parte de Musk pueda ir más allá de una supuesta inversión cívica o ética.

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