La compra de Twitter por Elon Musk reaviva el debate de la libertad de expresión en plataformas mientras Europa avisa: "Aquí se cumplen nuestras reglas"

Elon Musk celebrando un hito

Twitter anunció el lunes que aceptaba la oferta de compra de Elon Musk, y la persona más rica del planeta intervino en el comunicado. Vino a decir que Twitter es la "plaza pública" en la que se debaten hoy los "grandes temas" de la humanidad, y que su misión será preservar "la libertad de expresión" en la plataforma.

Pero este discurso, que Musk pretende cargar de épica, no es en realidad nuevo. El propio magnate lo ha reivindicado desde hace meses, tanto en eventos como la charla TED que dio el pasado 14 de abril como en tuits, sobre los que ya se intuye qué cambios podrían aplicarse en la popular red social una vez los reguladores aprueben esta operación, con la que Twitter dejará de ser una cotizada.

La compra de Twitter por 41.000 millones de euros también ha generado incertidumbre en muchos de sus usuarios. Las llamadas a migrar a alternativas como el fediverso (un servicio de red social federado cuyo nodo más reconocido es Mastodon) o la inquietud de varios tuiteros sobre en qué se convertirá la plataforma a partir de ahora copan la conversación desde hace horas.

Elon Musk dijo que quiere comprar Twitter porque cree "en su potencial para ser la plataforma de la libertad de expresión en todo el mundo".

Esa incertidumbre la tienen incluso los propios trabajadores de la tecnológica, que en cuestión de semanas podrían protagonizar un éxodo masivo.

Como en todo debate, hay varias posturas. Algunas llaman a la prudencia. Otras están convencidas de que Musk y su concepción de la libertad de expresión conllevará que las políticas de moderación de la plataforma, que ya han sido cuestionadas en alguna ocasión, sean todavía más laxas, lo que podría convertir a Twitter en un espacio más siniestro.

No es libertad de expresión, lo que ha comprado Musk son tus datos

Pero más allá del debate, varios expertos inciden en la idea de que Musk no pretende gastarse 41.000 millones de euros en garantizar la libertad de expresión a los internautas. Se ha gastado 41.000 millones de euros en una lucrativa cantidad de datos que, según expertos, "no pueden compararse con nada".

Así lo refleja Julián Macías, un creador de contenidos especializado en combatir la desinformación y con conocimiento de cómo en las redes se generan, alimentan y distribuyen bulos mediante cuentas falsas o automatizadas. En una reciente intervención en el podcast La Base, Macías recuerda los orígenes de la conocida como PayPal Mafia.

En PayPal, Musk coincidió con Peter Thiel, hoy CEO de una de las compañías más grandes y controvertidas del ámbito del big data. El propio Musk ha llegado a definir a su excompañero de "sociópata".

Jack Dorsey respalda la compra de Twitter por Elon Musk, al que señala como la "única solución" en la que confía: "Este es el camino correcto, lo creo con todo mi corazón"

Macías detalla que tras la venta de PayPal a eBay, muchos de sus directivos invirtieron en startups que ya entonces cimentaban sus modelos de negocio en los datos personales, hoy el petróleo de nuestro tiempo. Vieron "el valor que tenían los datos personales de las personas". Por eso, la operación de Musk por Twitter podría ir más allá de ser una inversión económica o incluso cívica.

El debate se viene produciendo desde hace años. En 2020, a cuenta de una propuesta legal del entonces presidente Donald Trump, se volvió a abordar a España. Algunas de las conclusiones a las que entonces se llegó tienen que ver con las que recientemente propuso una profesora de Harvard, horrorizada ante la idea de que todos los datos de Twitter cayesen en manos de Musk:

Agencias reguladoras públicas de plataformas digitales.

¿El fin del 'astroturfing' en Twitter?

Una de las primeras cosas que el propio Musk ha hecho justo después de oficializarse su compra sobre Twitter es la de que quiere combatir a los ejércitos de bots que incentivan fraudes, estafas y molestan. Por esta razón, Business Insider España se ha puesto en contacto con un bot para conocer su opinión, aunque este no es un bot al uso.

Se trata de Bot ruso, pseudónimo bajo el que se encuentra el autor de Confesiones de un bot ruso(Debate), un libro en el que se desvelan algunas técnicas de astroturfing muy comunes en redes sociales. El astroturfing es un término del marketing con el que se conocen a aquellas campañas, sobre todo de propaganda electoral, que pretenden dar una impresión de espontaneidad.

Muchos de los mensajes falsos que circulan en redes sociales en clave política son en realidad diseñados en agencias especializadas en astroturfing. Si Musk cumple con sus promesas, este podría tener los días contados en la plataforma. O al menos las agencias tendrían que ingeniárselas mucho para poder sortear los futuros obstáculos a cuentas automatizadas en redes como esta.

Varias sombras y, al fondo, el símbolo de Twitter.

Bot ruso lo corrobora: "Al final no deja de ser algo parecido a una promesa electoral. Hay que esperar un tiempo para ver en qué línea irá el 'proyecto' que Musk tiene pensado para Twitter", detalla, en declaraciones a Business Insider España. "Ojalá se trabaje en ese sentido", dice, en referencia a la posibilidad de que una medida como esa ayude a frenar la desinformación.

El problema es que una idea recurrente a la hora de combatir este astroturfing es el de exigir el DNI o un documento oficial a la hora de registrarse o ser autenticado. Lo llegó a plantear el propio PP hace tan solo unos meses. Bot ruso cree que ese puede ser un riesgo. "Hay muchas personas que con ese requisito no estarían en Twitter. Yo soy una de ellas".

"Hay que entender que el anonimato permite a muchas personas expresarse y compartir información sin necesidad de ser 'malotes' o personajes agresivos". Bot ruso todavía no tiene una opinión formada sobre cómo podrá evolucionar Twitter. "Hará falta que esas promesas 'electorales' se materialicen. Ahora podemos tener opiniones y teorías. Quién sabe qué pasará en unos meses".

En cualquier caso, hay escepticismo en este tema. El hacker Marc Almeida recordaba con un gráfico tuit que "los malos" siempre encuentran fórmulas para sortear los nuevos obstáculos, en referencia a cualquier veto a bots. Siempre buscan la vía de "saltarse las normas".

Europa ya avisa: aquí se cumplen nuestras normas

Si Musk engalana sus declaraciones de épica, Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior, no iba a ser menos. Este martes, tanto en mensajes a través de precisamente Twitter como en declaraciones a medios como el Financial Times, ha tratado de lanzar un aviso al nuevo propietario de la popular red social.

"Le damos la bienvenida a todo el mundo. Somos abiertos. Pero en nuestras condiciones. Al menos me gustaría decirle: Elon, aquí hay reglas. Eres bienvenido pero estas son nuestras reglas. No son tus reglas las que se van a aplicar aquí".

En Twitter dijo: "Sean coches o redes sociales, cualquier compañía que opere en Europa tiene que cumplir con nuestras reglas, al margen de sus accionistas. El señor Musk lo sabe bien: ya está familiarizado con las reglas europeas en automoción, y se adaptará rápidamente a la Ley de Servicios Digitales".

Este mensaje llega apenas unos días después de que el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europea consensuaran sus posturas sobre el texto definitivo de la Ley de Servicios Digitales, la futura regulación que velará por los contenidos de las plataformas digitales y las grandes tecnológicas. Junto a la Ley de Mercados Digitales, es punta de lanza de Bruselas para la regulación del sector.

"Cualquiera que quiera beneficiarse de este mercado tendrá que cumplir con nuestras normas. La dirección [de Twitter] tendrá que asegurarse de que si opera en Europa tendrá que cumplir con las obligaciones europeas, incluyendo moderación, algoritmos abiertos, libertad de expresión, transparencia y obligaciones ante los discurso de odio, sextorsión y casos de acoso". 

Por el momento, Musk no ha respondido.

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