¿Una inversión o una lotería? 5 claves para diferenciar un acierto de una locura al invertir, según un experto

Lisa Kailai Han
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2021 fue el año del frenesí inversor especulativo no es ninguna novedad. Se dispararon las valoraciones de los activos que tradicionalmente se consideran más volátiles: criptodivisas, NFT, sociedades de adquisición con fines especiales (SPACS) y acciones meme.

Actualmente, el panorama es muy diferente, ya que el mercado se adentra en una posible recesión y los inversores tratan de determinar la trayectoria del mismo. En los últimos meses han estallado y se han desvanecido múltiples burbujas, y el furor inversor especulativo se ha apagado de manera considerable.

En una economía marcada por el aumento de la incertidumbre, tanto los inversores como los analistas han decidido que los activos tradicionales están de moda y los especulativos no.

"Hay que evitar muchas cosas, por muy atractivas que parezcan, por muy potentes que parezcan a corto plazo, por muy fácil que parezca el dinero que se podría ganar allí. Sólo hay que ser disciplinado", afirmó a principios de este verano a Business Insider Matthew Benkendorf, que supervisa 31.000 millones de dólares en activos como director de inversiones de la Quality Growth Boutique de Vontobel.

Esta misma opinión fue compartida la semana pasada por el presentador de "Mad Money" de la CNBC, Jim Cramer. "Es el momento de coger beneficios en los valores más especulativos de tu cartera y mover ese dinero hacia algo más resistente", aconsejó Cramer. "Una recesión leve sigue siendo una recesión. Hay que estar en la calidad, no en lo fantasioso".

Pero determinar si una acción es especulativa o resistente es mucho más fácil de decir que de hacer. En una nota del 17 de agosto, el vicepresidente de investigación de Morningstar, John Rekenthaler, presentó a los inversores 5 señales claras a las que prestar atención para diferenciar entre una inversión y una apuesta disfrazada.

"La especulación puede ser lucrativa... Por lo tanto, no aconsejo estrictamente comprar activos que lleven estas señales de advertencia", explicó. "Sin embargo, hay que hacerlo con los ojos bien abiertos. Estas operaciones son apuestas, no inversiones".

1. Que no haya historial previo

Según Rekenthaler, la primera señal de alarma que hay que tener en cuenta en una posible inversión es si no tiene un historial previo.

"Si los resultados iniciales de un nuevo valor son buenos, los inversores empiezan a creer rápidamente que por fin se ha inventado una trampa mejor. Rara vez ha sido así. Más bien, la inversión aún no se ha enfrentado a un entorno que ponga de manifiesto sus desventajas", explicó. "Cuando lo hace, sus propietarios, decepcionados, suelen vender rápidamente".

Rekenthaler señaló que los inversores de hoy en día son, en su mayoría, más cautelosos y más difíciles de engañar que sus predecesores, pero eso no significa que no puedan ser tentados por activos altamente especulativos como las criptomonedas y las SPAC.

Las SPAC, también conocidas como empresas de cheques en blanco, ofrecen a las compañías privadas una alternativa más rápida y barata a la salida a bolsa que una oferta pública inicial tradicional, pero por su naturaleza también están mucho menos reguladas y son más especulativas. Los resultados pueden ser desastrosos para los inversores que intentan beneficiarse de inversiones no probadas. 

Tras un boom explosivo que comenzó en 2020 y alcanzó su punto máximo el pasado verano, las valoraciones de las SPAC se han desplomado desde entonces. De las 4 fusiones de SPAC más exitosas del rey Chamath Palihapitiya, todas cotizan por debajo de su precio inicial de 10 dólares, y han bajado de media casi un 76% desde sus respectivos máximos de 2021.

 

2. Empresas con falta de liquidez

Rekenthaler también advirtió contra las empresas con falta de liquidez, que, según él, utilizan la promesa de un futuro potencial de crecimiento para atraer a los inversores.

"La expectativa consiste o bien en futuros beneficios corporativos, en el caso de las empresas emergentes que son largas en visión y cortas en ingresos, o bien en la creencia de que el inversor podrá eventualmente vender el valor a un precio más alto aunque nunca pueda llegar a distribuir efectivo", señaló, citando las criptodivisas como un claro ejemplo de ello.

Tras el colapso de la burbuja de las criptomonedas a finales del año pasado, incluso el bitcoin y el éter, se han hundido un 67% y un 66%, respectivamente, desde su máximo de 2021.

Aunque Rekenthaler reconoció que ciertamente hay excepciones a la regla -como los pocos afortunados que invirtieron en Apple o Amazon antes de su auge- también enfatizó que "por cada ganador aclamado hay docenas de perdedores olvidados".

3. Rechaza "fórmulas secretas"

Rekenthaler también señaló las trampas de cualquier inversión que afirme tener una fórmula secreta, o una estrategia específica que sea "demasiado difícil de comprender para los simples mortales". "O bien no son sinceros, o su estrategia es realmente indescifrable, tanto para ellos como para los de fuera", explicó. 

Los mayores fraudes financieros de todos los tiempos

Tal vez el ejemplo más conocido de una inversión secreta fue la empresa de gestión de patrimonios de Bernie Madoff. Bernard L. Madoff Investment Securities prometía a los inversores rendimientos elevados y constantes a través de una estrategia opaca que consistía en la compra de acciones de primera categoría y sus respectivos contratos. 

Los inversores se volcaron en la empresa, y cuando se reveló que era el mayor esquema Ponzi de la historia, la compañía de Madoff gestionaba 64.800 millones de dólares en activos de clientes, según sus últimas declaraciones de fondos.

4. No olvidar la historia

Este experto recuerda que no se debe ignorar la historia, ni a los gestores de dinero que puedan pretender tener el "monopolio de la perspicacia" y la firme creencia de lo que se puede esperar del mercado.

"Aunque los acontecimientos anteriores ofrecen una guía útil para lo que puede venir, no son en absoluto necesarios para el futuro", explicó. "Sin embargo, al igual que ocurre con las acciones de la lotería, apostar contra el pasado desafía las probabilidades".

Desde la predicción del Premio Nobel de Economía Paul Krugman en 1998 de que Internet no tendría más impacto en la economía que el fax, hasta la afirmación de Jim Cramer en 2008 de que Bear Sterns estaba bien pocos días antes de la quiebra de la empresa, la historia de las finanzas está plagada de afirmaciones descabelladas. 

Pero Rekenthaler afirma que quienes olvidan la historia están condenados a repetirla, mientras los inversores siguen debatiendo si el mercado inmobiliario actual se enfrenta a otro posible colapso.

Gerd Kommer

5. Rechaza la "exclusividad"

La última advertencia de Rekenthaler para los inversores es que se alejen de las inversiones que prometen una afiliación especial o una exclusividad.

"Cuando los gestores de carteras ofrecen a los accionistas de a pie la oportunidad de invertir con la élite en lugar de con las masas apiñadas de siempre, la mejor respuesta es guardarse la cartera", aseguró.

Según Rekenthaler, esto se debe a que los inversores minoristas no suelen aportar suficiente capital a las empresas de inversión como para merecer una atención especial. "La única razón para hacer una oferta de este tipo, por tanto, es para presionarlos", explicó.

Como ejemplo, Rekenthaler cita las SPAC, que, según apunta, "supuestamente ofrecen a los inversores minoristas la posibilidad de comprar ofertas públicas iniciales en la planta baja, pero hacen tratos diferentes y mejores para sus accionistas más grandes".

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