7 estrategias para afrontar las cenas de Navidad sin miedo, según una nutricionista con más de 286.000 seguidores en Instagram

Diciembre es una época de celebraciones, de cenas de empresa, con amigos y familiares donde el papel cultural de la comida y de pasar mucho tiempo en torno a una mesa juega un papel crucial. 

Para muchas personas es el fin del ciclo que conforma la cultura de la dieta, es un punto y final para "empezar sí o sí en enero" porque "este va a ser tu año" y otras frases que se repiten cada diciembre... 

Pero lo cierto es que esta época no tiene porque ser el final de nada, si no un mes más en el abordar tu alimentación con mimo y escuchándote, quizás un poco más, pero sin que suponga un caos o una preocupación excesiva en tu día a día. 

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Para ello Business Insider España ha charlado con Gabriela Uriarte, dietista-nutricionista al frente de la consulta de Gu Nutrición, para abordar la alimentación de estos días desde un punto de vista realista, sostenible en el tiempo y enfocado en la salud física y mental. 

Planifica, disfruta y que estas cenas o comidas no ocupen más espacio en tu mente del que deberían. Estas son las mejores estrategias para afrontar las cenas de Navidad sin miedos:

1. Planifica las cenas y comidas de esta época del año

¿Cómo quiero sentirme el 7 de enero? Cuando estas épocas festivas acaben... ¿cómo me gustaría sentirme conmigo mismo? Es una de las preguntas que deberías hacerte y que pueden ayudarte a guiar tu alimentación durante estos días. 

Una respuesta genial podría ser: "Quiero haber disfrutado con mi entorno y de las comidas especiales de esta época, manteniendo estable mis rutinas diarias y sintiendo que he encontrado un balance para no perderme nada". ¡Genial!

Para ello, Gabriela recomienda planificar. Ordena, prioriza y sé consciente de lo que viene estos días, 3 comidas y 2 cenas especiales, ¿cómo las abordo? ¿Todas del mismo modo? ¿Dónde tengo mayor capacidad de elección? Pon las opciones al frente.

2. Cuida lo que haces el resto del día o de los días festivos

Esta época del año es especial para muchos y, si es tu caso, debería seguir siéndolo. Simplemente relativiza lo que estás viviendo si sientes que no eres capaz de nivelar tu balanza como te gustaría. 

Quizás estás dando mucho peso a estas celebraciones porque como se suele decir "si ya total...", pero puedes seguir con tus rutinas cotidianas aunque en el imaginario colectivo en Navidad no sea tan común ir al gimnasio, por ejemplo. 

¡Nada más lejos de la realidad! Gabriela explica que lo que realmente va a marcar la diferencia es la rutina previa. "Nos debería preocupar más lo que hacemos el 6 de enero al 24 de diciembre, que es realmente lo que va a tener un impacto en nuestra salud y en nuestro día a día".

3. No, no debes compensar nada 

Como en cualquier proceso en el que quieras cuidar de tu alimentación o tus hábitos, ningún extremo va a garantizarte una adherencia a largo plazo, porque no será una manera natural de actuar para ti, así que no te exijas de más.

Ninguna comida tiene el poder de hacerte engordar ni adelgazar al momento, sino que sus efectos se ven extendidos en el tiempo por el peso de tus rutinas. Así que esa cena que tanta importancia tiene para ti es casi insignificante si tus hábitos son buenos el resto del año/semanas/días.

Eso sí, si vas a tener una cena copiosa lo mejor es no dejarse llevar por el "ya de perdidos al río", desayuna con normalidad alimentos nutritivos o añade más verduras a tu comida si no vas a disfrutarlas en la cena, aconseja Gabriela.

4. Sé responsable con el alcohol en Navidades

Hay un discurso que suele tener un gran impacto en las navidades en relación a la comida y la alimentación y es el alcohol. 

En Navidad su consumo aumenta considerablemente. Gabriela explica que el ideal de salud sería no tomarlo, ni en navidad ni nunca, pero que la realidad es algo distinta. Por ello, asumiendo que es una fecha en la que se suele consumir, lo mejor es hacerlo de manera consciente. 

"Debemos hacer elecciones alimentarias de manera consciente. Puedes elegir un vino que tiene menos graduación en vez de una copa y puedes beber agua entre medias y reposar, no dejarte llevar por la inercia".

5. Adopta una rutina flexible contigo y con los demás

Gabriela lo tiene claro, en la flexibilidad está la clave del éxito. Afrontarás estas cenas y comidas de una manera mucho más positiva si eres flexible y compasivo contigo mismo. 

Pero también trata a los demás como te gustaría que lo hicieran contigo. Elimina cualquier ápice de juicio con cualquier familiar o amigo respecto a la comida, si come mucho, poco o está de determinada manera. 

Está genial comer ese cordero con patatas y de postre un polvorón si es la elección que tú has tomado y la que más te apetece, hazlo sin miedo, tú sabes cómo te cuidas el resto del año y lo que trabajas en ti para comer lo que te apetezca. 

6. Intenta introducir opciones saludables donde todos podáis elegir

Una estrategia genial que propone Gabriela para garantizar esa flexibilidad de la que se hablaba en el punto anterior es que se aporten nuevas ideas para llevar a la mesa. 

No consiste en cambiar el menú completo ni intentar que tus abuelos de repente quiten la tabla de turrones y bombones de la mesa, pero puedes proponer poner al lado una bandeja de fruta fresca, más verduras y otros platos aptos para todos los comensales, como las personas vegetarianas. 

"Aquí lo importante no es cambiar o excluir, sino incluir y aportar más variedad para que todos puedan disfrutar", explica Gabriela.

7. ¡Disfruta, es Navidad!

Lo más importante es disfrutar, la comida engloba mucho más que la nutrición o los efectos o cambios físicos que puede tener sobre nuestro cuerpo.

La comida engloba reuniones, risas, reencuentros, placer y sobre todo mucho disfrute, así que no eclipses todos estos matices dándole solo peso a algo tan banal como ganar peso o no. 

Recuerda que 5 comidas/cenas no van a cambiar todo lo que has construido en un año, pero si que pueden darte unos recuerdos y anécdotas maravillosas. 

Así que céntrate en lo realmente importante sin olvidarte de ir en sintonía con tus sentimientos y objetivos. ¡Disfruta más, te lo mereces!