La pandemia del coronavirus está siendo impulsada por gente de 20, 30 y 40 años que no saben que están infectados, según alerta la OMS

La playa de Barcelona durante la pandemia del coronavirus
  • Según ha declarado la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos de entre 20 y 40 años podrían estar impulsando una segunda ola de coronavirus.
  • A ojos de la institución, este sector poblacional estaría contagiando a sus círculos sin darse cuenta de que ellos mismos son portadores del virus.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) está preocupada porque adultos de entre 20 y 40 años puedan estar impulsando una segunda ola de coronavirus. Según la institución, muchas de estas personas podrían estar contagiando a sus círculos sin saber que están infectadas, lo que supone un peligro sobre todo para los grupos más vulnerables.

Con la proporción de jóvenes aumentando a nivel mundial, "la epidemia está cambiando", asegura el director regional de la OMS para el Pacífico Occidental, Takeshi Kasai. A sus ojos, este sector de la población estaría fomentando rebrotes, ya que, al verse asintomáticos o con efectos leves, tenderían a tomar menos precauciones e infectar a otros grupos, entre ellos ancianos y enfermos en zonas densamente pobladas.

El aumento de estos nuevos casos ha llevado a algunos países a poner en marcha toda su maquinaria sanitaria para evitar una segunda ola de peso. A la vez, y ante la atenta mirada y expectativas de todo el mundo, multitud de farmacéuticas y universidades se encuentran enfrascadas en la carrera hacia una vacuna que muchos ven como la salvación a la economía y los devastadores efectos de un virus que se ha cobrado ya más de 770.000 fallecidos y casi 22 millones de infecciones, según el recuento de la Universidad John Hopkins.

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"Los países que ponen sus propios intereses por delante de los demás para tratar de asegurar el suministro de una posible vacuna están empeorando los efectos de la pandemia [para todo el mundo]", declaró este marte el líder de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en clara alusión al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien lleva meses agotando cada nuevo medicamento o tratamiento que demuestra efectos positivos contra el COVID-19. La consecuencia es evidente: más suministros para Estados Unidos y menos recursos para el resto del mundo.

Mientras esta guerra político-sanitaria sigue su curso, el aumento de infecciones en países que parecían tener el virus bajo control, sobre todo en Asia, ha disparado las alarmas de que la pandemia podría no estar tan controlada como se pensaba en un primer momento.

"Lo que estamos observando no es simplemente un resurgimiento. Creemos que es una señal de que hemos entrado en una nueva fase de la pandemia en [la región de] Asia-Pacífico", asume Kasai. "Actuar estratégica y globalmente sirve en realidad al interés nacional de cada país: nadie estará seguro hasta que todos estén seguros", aportó Ghebreyesus en su comparecencia.

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Aun a pesar de todo, el temor a una posible mutación total y cambiante del virus continúa siendo sólo eso: un temor. Preguntada sobre el asunto, la OMS sigue considerando que, a pesar de haber encontrado alguna leve mutación, el virus continúa siendo "relativamente estable", por lo que no habrá que cambiar ni hábitos sociales ni condiciones para las farmacéuticas.

Socorro Escalante, oficial técnica y asesora de política medicinal de la OMS, aseguró a Reuters que el organismo estaba coordinando con Rusia, que este mes se convirtió en el primer país en licenciar una vacuna COVID-19, para compartir los resultados de la investigación e intentar distribuir cuantas dosis sean necesarias, aunque será un proceso largo y tedioso.

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