La aportación de China a la economía mundial es la más baja desde Mao Zedong, y este giro histórico podría "reordenar el mundo"

Filip De Mott
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Mao Zedong, primer presidente de la República Popular China.
Mao Zedong, primer presidente de la República Popular China.

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  • La aportación de China al PIB mundial va camino de reducirse 1,4 puntos porcentuales en dos años, según informa el experto inversor Ruchir Sharma.
  • Se trata del mayor descenso desde las décadas de 1960 y 1970, cuando Mao Zedong gestionaba una economía que por aquel entonces se consideraba débil. "En un giro histórico, el ascenso de China como superpotencia se está revirtiendo", asegura Sharma.

El enorme crecimiento que ha experimentado la economía china durante las últimas décadas parece haber llegado a su fin.

Al menos así lo expresa Ruchir Sharma, presidente de la firma de inversión Rockefeller International, en un artículo de opinión que publica el Financial Times

"En un giro histórico, el ascenso de China como superpotencia económica se está revirtiendo. La mayor historia mundial del último medio siglo puede haber llegado a su fin", afirma Sharma, que alude a la menor aportación de la economía del país asiático en el producto interior bruto mundial (PIB), en el cual sigue ocupando el segundo puesto.

En términos nominales en dólares (que, según Sharma, es la medida más precisa de la fortaleza relativa de una economía), la aportación de China en el PIB mundial empezó a caer en 2022, ya que durante la mayor parte del año se mantuvieron en vigor estrictas medidas para hacer frente a la pandemia de COVID-19.

A pesar de las expectativas de un repunte espectacular, la aportación de China seguirá cayendo en el 2023 hasta situarse en el 17%. Esto supone una caída de 1,4 puntos porcentuales en dos años, algo que no sucedía desde las décadas de los 60 y los 70, cuando Mao Zedong presidía una economía que por aquel entonces se consideraba débil, apunta el experto inversor.

Una infografía de Europa vs. China.

Por aquel entonces, el desastroso "Gran Salto Adelante" de Mao seguía causando estragos en la economía del gigante asiático. No fue hasta que los nuevos dirigentes adoptaron las reformas de mercado a finales de la década de 1970 cuando la economía china empezó a dar un giro.

En 1990, la aportación de China a la economía mundial era inferior al 2%, pero en 2021 se había disparado hasta el 18,4%. Nunca se había visto un aumento tan rápido, señala el presidente de Rockefeller International.

Sin embargo, con la actual caída que ha registrado, China no va a aportar nada al crecimiento que ha registrado el PIB mundial en los últimos dos años, en los que se calcula que ha aumentado en un total de 104 billones de euros.

"El declive de China podría reordenar el mundo", sugiere Sharma. "Desde la década de 1990, la aportación del país al PIB mundial creció principalmente a expensas de Europa y Japón, que han visto cómo sus aportaciones se mantenían más o menos estables en los dos últimos años. El hueco dejado por China ha sido ocupado principalmente por Estados Unidos y por otras naciones emergentes".  

India, Indonesia, México, Brasil y Polonia representarán la mitad de las ganancias de esos mercados emergentes, añade el experto, que califica este hecho como una "sorprendente señal de los posibles cambios de poder que se avecinan".    

 

Por su parte, Pekín ha mantenido un objetivo de crecimiento anual del 5% y espera cumplirlo este año. La previsión está respaldada por el Fondo Monetario Internacional, que prevé un crecimiento del 5,4% para 2023.

En cambio, Sharma desestima el uso del crecimiento real del PIB como métrica, argumentando que esta deja margen a las autoridades chinas para ajustar las cifras a sus perspectivas y ocultar la posibilidad de un descenso. En términos nominales en dólares, el PIB del país caerá este año por primera vez desde 1994, asegura.

Entre los factores clave de esa caída se encuentran la creciente intervención del Gobierno en las empresas chinas, las actuales turbulencias de la deuda, la ralentización de la productividad, el menor número de trabajadores y la pérdida de inversores extranjeros.

Aun así, el presidente chino, Xi Jinping, se ha mantenido optimista y ha insinuado recientemente un cambio en sus políticas, al reunirse con el presidente estadounidense, Joe Biden. "Haga lo que haga Xi, es probable que la aportación de su país en la economía mundial disminuya en un futuro próximo", concluye Sharma. "Vivimos en un mundo post-China".

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