La economía de Estados Unidos está repuntando, pero los problemas en otros países podrían lastrar los beneficios de gigantes como Apple y Tesla

Huileng Tan,
George Glover
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Elon Musk, consejero delegado de Tesla, en la gigafábrica del fabricante de vehículos eléctricos en Shanghái.
Elon Musk, consejero delegado de Tesla, en la gigafábrica del fabricante de vehículos eléctricos en Shanghái.

Aly Song/Reuters

  • La economía estadounidense está en auge, con un crecimiento del 4,9% en el tercer trimestre, por encima de las previsiones.
  • Pero los problemas en otros países podrían ser una mala noticia para las grandes empresas estadounidenses, como Apple y Tesla.
  • Según los analistas, la ralentización de la economía china y la guerra entre Israel y Hamás representan factores desfavorables.

La fortaleza de la economía estadounidense ha desafiado todas las expectativas este año, sorteando alertas de recesión, los mayores tipos de interés en décadas e incluso una crisis bancaria. Según las primeras estimaciones, el PIB creció un 4,9% el trimestre pasado, superando las previsiones.

Sin embargo, nada de esto significa que las empresas más conocidas y grandes de Estados Unidos puedan permitirse el lujo de relajarse.

Esto se debe a que ahora se enfrentan a una preocupante mezcla de riesgos globales —desde una recesión económica cada vez más profunda en China hasta una guerra encarnizada en Oriente Medio y la continuación del conflicto en Ucrania— que está suponiendo vientos en contra para sus operaciones internacionales.

En China, los responsables políticos se han esforzado por frenar la caída del crecimiento tras casi tres años de restricciones por el COVID-19, y la segunda economía del mundo también se enfrenta a problemas de deuda y a una crisis inmobiliaria.

El desafío chino

Son malas noticias para empresas estadounidenses de gran capitalización como Apple y Tesla, que cuentan con el país asiático como uno de sus principales mercados. Los principales fabricantes de chips, Nvidia e Intel, obtienen cada uno más de una cuarta parte de sus ingresos de China, mientras que Nike obtiene el 17%, según Goldman Sachs.

Apple obtiene casi una quinta parte de sus ingresos de China, y ya hay indicios de que el estancamiento de la economía del país está afectando a los resultados del gigante tecnológico. Las ventas del recién lanzado iPhone 15 han caído un 6% en su mes de lanzamiento, en comparación con su predecesor, según el estudio de mercado GfK.

"Obviamente, es estupendo ver que la economía de Estados Unidos se muestra fuerte, pero si China está muy débil, también habrá un enorme efecto en cadena en otras áreas", explica a Business Insider Michael Field, estratega de mercado de Morningstar Research. "Apple, por ejemplo, no es la única. Muchas empresas van a sentir ese impacto y va a empeorar una situación ya de por sí negativa".

Mientras tanto, los agresivos recortes de precios de Tesla no han logrado avivar la demanda de sus coches en China, y el fabricante de vehículos eléctricos ha perdido cuota de mercado frente a rivales locales como BYD, según Bank of America

Las deslucidas ventas de las dos empresas estadounidenses no son tan sorprendentes.

El gasto de los consumidores chinos aún no ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia, lo que ha frenado las ventas de otras grandes empresas estadounidenses como DuPont y Procter & Gamble.

Xi Jinping

Política monetaria maoísta

Tampoco ayuda que Pekín se haya mostrado reacia a impulsar la economía china con medidas de estímulo a gran escala, como hizo durante la crisis financiera mundial de 2008-2009, lo que está preocupando a los inversores, que se están deshaciendo de los activos chinos.

"Hay múltiples motivos de preocupación en torno a China y el crecimiento. Parecen muy maoístas en cuanto a la política monetaria, poco dispuestos a flexibilizar los tipos de interés y dando a entender que dejarán que la economía siga como está", afirma Field.

Las señales de una recuperación económica sostenida en China han sido esquivas, y la actividad manufacturera se contrajo inesperadamente en octubre con respecto al mes anterior.

"En China, el debilitamiento del impulso económico, la profundización de la recesión del sector inmobiliario y las crecientes tensiones sobre la financiación de los gobiernos locales pesan mucho sobre la confianza del mercado. En conjunto, los riesgos para el crecimiento mundial siguen estando sesgados a la baja", indicó el Fondo Monetario Internacional en su informe sobre la estabilidad financiera mundial publicado el mes pasado.

"Crisis en cascada"

Según BlackRock, la ralentización de China no es el único riesgo que pesa sobre las empresas estadounidenses: el aumento de las tensiones geopolíticas supone ahora un elevado riesgo para los mercados mundiales.

"Existe un número históricamente elevado de situaciones inestables y volátiles en el mundo, en las que están en juego cuestiones de guerra y paz", escribieron en un reciente informe los estrategas de la mayor gestora de activos del mundo, dirigidos por Tom Donilon. "Una serie de crisis en cascada está aportando una importante incertidumbre, volatilidad y fragilidad a la geopolítica y los mercados. La guerra en Oriente Medio, la invasión rusa de Ucrania y las tensiones entre Estados Unidos y China han acelerado la fragmentación geopolítica".

El estallido de la guerra entre Israel y Hamás es la última pesadilla geopolítica para Wall Street, ya que los inversores temen que otros países de Oriente Medio, incluido Irán, se vean envueltos en el conflicto.

Tim Cook ha realizado al menos dos viajes a China este año.

"Hemos observado pausas en el gasto de un gran número de campañas publicitarias orientadas principalmente a la marca inmediatamente después del inicio de la guerra en Oriente Medio, y esto ha sido un viento en contra para los ingresos del trimestre hasta la fecha", señaló Snap en su informe de resultados del tercer trimestre la semana pasada.

Por su parte, la directora financiera de Meta Platforms, Susan Li, dijo en una conferencia con analistas que la empresa ha modificado sus previsiones de ingresos para el cuarto trimestre, aludiendo a la ralentización del gasto publicitario y a la inestabilidad geopolítica en Oriente Próximo.

"Hemos observado una ralentización de los anuncios a principios del cuarto trimestre, en correlación con el inicio del conflicto, que se refleja en nuestras previsiones de ingresos para el cuarto trimestre", declaró Li, refiriéndose a la guerra.

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