El centro de gravedad de Apple está en China, no en Cupertino

Hasan Chowdhury,
Huileng Tan
| Traducido por: 
El CEO de Apple, Tim Cook, en el Foro de Desarrollo de China en 2017.
El CEO de Apple, Tim Cook, en el Foro de Desarrollo de China en 2017.

Visual China Group vía Getty Images

  • Puede que Apple tenga su sede en Cupertino (California, Estados Unidos), pero su corazón está en China.
  • Sus dispositivos se siguen fabricando allí, y las ventas en China crecen cada vez más.
  • Apple ya ha hecho algunas concesiones al Partido Comunista Chino.
Análisis Faldón

Puede que la cúpula de Apple trabaje desde un campus de 75 hectáreas cubierto de árboles en la soleada Cupertino (California, Estados Unidos), pero, en realidad, el centro de gravedad de la empresa está en China.

Se trata de un problema urgente, dadas las crecientes tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China y el hecho de que Apple siga siendo la empresa tecnológica más valiosa del mundo.

Desde 2001, China se ha convertido en el lugar más importante para Apple a la hora de fabricar sus dispositivos, empezando por los iPods de la década de 2000 hasta los iPhones actuales.

Aproximadamente el 95% de los productos de Apple, incluidos iPhones, AirPods, Macs y iPads, se fabrican en China. Aunque Apple está trasladando parte de la fabricación a la India, los expertos creen que esos avances irán muy poco a poco.

Isaiah Research, una consultora de la cadena de suministro con sede en Taiwán, explica a Business Insider que el gigante tecnológico va a seguir produciendo hasta el 83% de los iPhones en China, y solo el 23% o menos en la India.

Por el momento, ningún país asiático puede igualar la capacidad de fabricación de China.

Una mujer fotografía a su amiga delante del escaparate de una futura Apple Store en Nueva Delhi (India).
Una mujer fotografía a su amiga delante del escaparate de una futura Apple Store en Nueva Delhi (India).

REUTERS/Anushree Fadnavis

Existen además otros factores de dependencia.

Foxconn, con sede en Taiwán, posiblemente el principal proveedor de Apple, es el mayor empleador privado de China. Apple tiene alrededor de un millón de empleados y mantiene otros 4 millones de puestos de trabajo a través de sus ecosistemas de fabricación y tecnología, según la página web china de la empresa. Y últimamente, Apple ha confiado el ensamblaje de sus próximas gafas de realidad mixta Vision Pro a un fabricante chino.

Todo esto es inmensamente incómodo para Apple. Su dependencia en materia de hardware respecto a China debilita sus mecanismos de defensa frente a, por ejemplo, los caprichos de Pekín en materia de censura de software, un campo de batalla geopolítico que no se tiene demasiado en cuenta.

A pesar de sus protestas iniciales, Apple está aplicando nuevas normas en China que obligan a las nuevas apps a obtener un permiso del Gobierno antes de poder aparecer en la App Store china. En otras palabras, el Gobierno chino tiene poder directo para rechazar apps de Apple, aunque todavía no está claro si alguna app se ha visto afectada. (La Play Store de Google no está disponible en China.) Un poder equivalente para el Gobierno de Estados Unidos —no digamos de España— parece impensable.

"El verdadero impacto de este proceso de aprobación es que subraya las crecientes tensiones entre China y Occidente", escribía en X Gene Munster, socio director de Deepwater Asset Management y veterano analista de Apple.

Jay Newman, ex gestor de un hedge fund en Elliott Management, ha señalado recientemente que "incluso los pequeños cambios entrañan el riesgo de represalias por parte de los mandamases chinos, que podrían tomar represalias poniendo a los consumidores chinos en contra de los productos de Apple".

Y eso es algo que ya está ocurriendo.

Aunque el nuevo iPhone 15 de Apple ha estado arrasando en China, el Mate 60 Pro —un nuevo smartphone 5G lanzado en agosto por el gigante tecnológico chino Huawei— ha sido defendido como un símbolo de la creciente independencia de China de Occidente. Y varios medios de comunicación han publicado que China ha prohibido los iPhones a los funcionarios del Gobierno, lo que ha provocado una caída de la cotización de sus acciones.

A Tim Cook, consejero delegado de Apple, le gusta presentar las décadas de relación de la empresa con China como un motivo de celebración.

En el Foro de Desarrollo de China, celebrado en Pekín en marzo, dijo: "Ha sido una relación simbiótica".

No está claro que China lo vea así.

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