La alianza entre los patinetes Bird y la empresa detrás de Metro de Sevilla abre la puerta a colaboraciones público-privadas en el sector de la micromovilidad en España

Patinetes de Bird frente al Coliseo de Roma, en Italila.
Patinetes de Bird frente al Coliseo de Roma, en Italila.
  • El principal accionista del Metro de Sevilla y la californiana Bird concurren en alianza al concurso del Ayuntamiento que elegirá qué empresas de patinetes operan en la ciudad.
  • La unión supone la primera colaboración público-privada entre una compañía de patinetes eléctricos y una operadora de transporte público, algo que las primeras están buscando para afianzar su presencia en España.
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El accionista mayoritario del Metro de Sevilla, la empresa de infraestructuras Globalvia, ha constituido una Unión Temporal de Empresas (UTE) con la compañía de patinetes compartidos Bird para intentar ganar el concurso público lanzado por el Ayuntamiento para otorgar autorizaciones a operadores de estos vehículos.

"Somos el primer operador a nivel nacional que hace una joint venture entre una empresa privada de patinete eléctrico y una empresa operadora de transporte público pública", explica el director general en Iberia de Bird, Toni Riera, en una entrevista con Business Insider España en la que también ha contado que van a expandirse a 10 ciudades españolas a principios de 2021.

"Concurrimos juntos porque obviamente ganamos una ventaja competitiva, por el hecho de mostrar la unión entre el transporte público y el transporte privado", recalca, e insistiendo en que no solo es una unión meramente legal.

El objetivo de la alianza es, de resultar ganadores, que el patinete se pueda integrar en los espacios del metro, a la vez que se creen tarifas conjuntas o una aplicación en la que se puedan ver los viajes compartidos, aunque Riera señala que eso "todavía no está decidido". "Si ganamos va a haber una unión entre el metro y el patinete bastante fuerte", sí que anticipa.

En última instancia, la unión busca conseguir que el usuario del transporte público acceda a los patinetes de Bird para la "última milla", es decir, ese trayecto que separa el transporte público y el destino del viajero.

"El transporte público es y tiene que ser más aún la espina dorsal de la movilidad", opina el director de Innovación y Sistemas de Globalvia, Fernando Vallejo, añadiendo que "las nuevas formas de movilidad, como los patinetes eléctricos compartidos, son un complemento perfecto al transporte público en Sevilla".

La decisión del Ayuntamiento de Sevilla debería conocerse próximamente, y designará a tres empresas de patinetes para que desplieguen sus vehículos a modo de proyecto piloto. Cada una pondrá en las calles 1.000 patinetes durante 18 meses. Globalvia es accionista mayoritaria de la sociedad gestora del Metro de Sevilla, entre otros sistemas de transporte.

Por su parte, la californiana Bird es la mayor operadora de patinetes a nivel mundial junto con Lime. Por ahora Bird está en 5 ciudades españolas pero pretende consolidar su expansión en 2021, así como alcanzar su rentabilidad a nivel mundial. Y quizá salga a bolsa. 

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Hace unos meses, Bird desplegó sus patinetes en Sevilla sin solicitar una autorización, cuando estos no contaban con una regulación específica, por lo que fue criticada por el Ayuntamiento, recoge Europa Press.

Las empresas de patinetes buscan integrarse mejor con las ciudades de la mano de las autoridades locales

El caso de Bird y Globavia es probablemente la primera colaboración público-privada de, previsiblemente, muchas otras en el sector de la micromovilidad en España, ya que las empresas de patinetes están intentando integrarse mejor con las ciudades de la mano de las autoridades locales.

Estas compañías generaron gran rechazo cuando desembarcaron en España: los peatones encontraban sus vehículos tirados en las aceras, obstaculizaban a menudo el paso, y la llegada de decenas de empresas a la vez fue vista por muchos como una invasión ilegítima. En Madrid, por ejemplo, el Ayuntamiento autorizó a una decena de operadoras a desplegar unos 10.000 patinetes, mientras que en otras ciudades las bicicletas eléctricas sin base fija acabaron en las copas de árboles o cauces de ríos.

La startup española Reby protagonizó titulares en 2019 porque el Ayuntamiento de Barcelona retiró cientos de sus patinetes de las calles al no estar regulados en la ciudad.

Pero ahora y tras la salida de la mayoría de ellas del país, las que quedan están abogando por una mayor regulación y por una mayor colaboración con los ayuntamientos que ya no solo les ayude a ganar volumen de usuarios, como buscaban antes, sino que les facilite su estancia a largo plazo.

En ese sentido, el director general de Lime en España, Portugal y Latinoamérica, Álvaro Salvat, proponía recientemente en una entrevista con Business Insider España la entrada de empresas como la suya como solución para los ayuntamientos españoles que no tienen su propio sistema público.

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Igualmente, el directivo también ha pedido un marco regulatorio para los patinetes que fije unas bases a nivel nacional y recoja, por ejemplo, dónde aparcar, por dónde se puede circular, velocidad máxima o cómo hacer un concurso público que determine qué empresas pueden operar y con cuántos vehículos en cada población.

Salvat ha explicado este martes en un evento de Adigital, que él mismo ha sido multado por circular en patinete por la calzada de Zaragoza, algo que hizo para evitar conducir por la acera, zona prohibida para estos vehículos en Madrid; evidenciando así la confusión a la que lleva al usuario que cada ciudad aplique unas normas diferentes.

Además, esta semana el Ministerio de Transportes ha recordado que se está planteando la creación de sandboxes o bancos de pruebas para testear proyectos de innovación en el sector, en las que cabrían las empresas de patinetes, motos, bicicletas y coches eléctricos compartidos.

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