¿Hay riesgo de una italianización de la deuda española? Cómo afecta la subida de tipos y la prima de riesgo a la economía

El ex primer ministro italiano, Mario Draghi, y el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez

REUTERS/Costas Baltas

La caída de Mario Draghi como primer ministro de Italia ha sido la gota que colma el vaso para una Unión Europea a la que le llueven golpes por todas partes. Las turbulencias en el país transalpino en un momento crítico para las economías europeas podría poner en juego la estabilidad del euro.

"Sería una pesadilla para la Unión Europea si Italia cae en un escenario de inestabilidad", ha reconocido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Los fantasmas de la crisis de 2012 regresan, y el mayor temor vuelve a ser que la inestabilidad política y las turbulencias de la deuda provoquen un terremoto financiero como el de la última gran crisis del euro.

En los últimos días, la prima de riesgo italiana se ha vuelto a disparar hasta los 250 puntos, por encima de los niveles de 2008 (aunque todavía lejos de 2012), y ya presiona a la española, que ha escalado hasta los 125 puntos.

La pregunta ahora es, ¿podría Italia arrastrar a España en su deriva de la deuda? 

"Estamos en situación muy distinta a la de Italia. En los últimos años hemos tenido buenas colocaciones de deuda y demanda privada", explicaba Santiago Carbó, director de Estudios financieros de Funcas, en unas jornadas sobre política monetaria.

"Ahora mismo la atención de los mercados está en Italia y su deuda. Cuando no estás en el centro de la diana, eso te beneficia", señala José Ramón Díez Guijarro, director de Economía y Mercados Internacionales de CaixaBank Research. Hay que recordar que la deuda Italiana está ahora mismo en el 150%, frente al 117,7% de España.

Sin embargo, eso no significa que no haya riesgos. En las últimas semanas se ha encarecido el coste de la deuda alemana, lo que ha implicado un aumento de la prima de riesgo, también para España. 

En el caso de España, el temor tiene que ver con el elevado peso de la deuda en relación al PIB, el aumento de la prima de riesgo y la necesaria consecución de reformas que convenzan a los mercados. 

"Es cierto que, tarde o temprano, si España no quiere caer en el riesgo de italianizarseno podemos permitir que nuestra deuda aumente otros 10 puntos en relación al PIB sin que haya otras reformas que hagan creíble ese incremento", añade Carbó. 

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El desembolso de dinero público con que hacer frente al coste de la pandemia abrió un agujero en la tesorería española. El salvavidas lanzado por el Gobierno para sobrevivir a la crisis del COVID-19 surtió efecto: se evitó el hundimiento de hogares y empresas, pero tuvo un coste astronómico para las arcas públicas. 

Si la deuda española suponía el 95,5% del PIB en 2019, para marzo de 2021 (un año ya después de la pandemia) se había disparado al 125,3%. Afortunadamente, pagar los intereses de la deuda hasta ahora le salía muy barato al Estado, gracias a unos tipos nulos o negativos. 

Pero el peso de la deuda pública sobre el PIB no se ha ido reduciendo porque la deuda sea menor, sino porque el PIB ha crecido con la recuperación económica. De hecho, aunque la ratio de deuda sobre el PIB ha caído al 117,7% en el primer trimestre, en volumen estamos en máximos históricos, con 1,45 billones de euros.

Entre la recuperación de la actividad y que los tipos de interés eran baratos, parecía que la deuda se pagara sola: los intereses pagados por la deuda caían, a pesar de que ésta no dejaba de aumentar.

"Tenemos un coste de tipos de interés que hemos ido refinanciando con tipos de interés muy bajos y eso nos da margen para enfrentarnos bien a esta progresiva elevación de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo", explicaba la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño.

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Qué pasa con la deuda española tras la subida de tipos de interés

La decisión del Banco Central Europeo de subir los tipos de interés, y el anuncio inesperado de hacerlo el doble de lo previsto han dado un vuelco a la situación. 

La semana pasada, el BCE aprobó una primera subida de tipos histórica, del 0,5% en julio, con lo que pone fin a 11 años de tipos de interés por los suelos. A partir de ahora, los estados seguirán emitiendo deuda, pero los intereses que paguen cuando devuelvan lo prestado serán mayores.

Las futuras subidas de tipos de interés en Europa pueden causar problemas en el pago de la deuda a los países del sur, que tienen grandes porcentajes de deuda en relación al PIB. España tiene un nivel muy elevado de deuda pública, por lo que tener que financiarla a un coste más alto, en un momento de dificultades económicas, genera más problemas.

"La estrategia de financiación del tesoro ha sido la adecuada en el último tiempo, y eso permite que tengamos colchón para afrontar el escenario actual de subida de tipos", apunta Díez Guijarro.

Pero no es sólo por la subida de tipos. Además de este anuncio, el BCE ya ha empezado a dejar de comprar deuda pública. Desde el inicio de la pandemia, el BCE se había convertido en el principal comprador de deuda española, con 267.824 millones de euros en bonos. 

Esto es un auténtico problema para España, y la causa de que haya tanta alarma con la subida de la prima de riesgo. Cuando España ya no pueda vender su deuda al BCE, tendrá que financiarla a través de los mercados.

Y aunque a corto plazo, España es una de las economías menos afectadas por la guerra (y de las pocas que podría salvarse de una recesión este año); a largo plazo los inversores podrían desconfiar de la solvencia de España. Máxime cuando la propia Airef ha advertido de que no hay una estrategia de reducción de deuda, y que hay riesgo de que se estanque en el 100% del PIB para 2025 y no baje más.

Y si los inversores desconfían, la recompensa que exigen por invertir en la deuda será mayor. Esta es la razón por la que, con el anuncio de subida de tipos y del fin de las compras masivas de deuda por parte del BCE, las primas de riesgo han regresado a los titulares

La prima de riesgo es el sobrecoste que un emisor de deuda (en este caso, Italia o España) tiene que pagar frente a otro emisor que se considera como referencia por asumir que invertir en el mismo implica menor riesgo (en este caso, Alemania).

En otras palabras, es una recompensa (por eso se llama prima) que se le paga al inversor por apostar por un activo de mayor riesgo en relación a otro de menor riesgo. Por eso, en momentos de elevada incertidumbre, invertir en la deuda de países concebidos como más inestables tiene una prima mayor.

"La deuda española aumentó con la pandemia, pero era un contexto comprensible. Ahora, si no se toman medidas podríamos quedar como malos gestores, y esto se penaliza en los mercados. No obstante, yo creo que esto no llegará a ocurrir", aclara Carbó.

A mediados de junio, la prima de riesgo española se disparó por encima de los 140 puntos básicos, lejos del máximo de la crisis financiera, pero en los niveles más altos de los peores meses de la pandemia. Un panorama que se replicó en Italia, Portugal y Grecia.

En 2012, con la economía española al borde del rescate (alto riesgo de inversión), la prima de riesgo alcanzó un máximo histórico de 612 puntos básicos. Esos 612 puntos eran el coste que España tendría que pagar de más en intereses por los bonos del Estado en relación al bono alemán.

Por el momento, el BCE ha logrado calmar las aguas en los mercados. La semana pasada el organismo dio una de cal y otra de arena: junto al anuncio de la subida sorpresiva de tipos, también comunicó la creación de un instrumento que servirá precisamente para evitar que las primas de riesgo se disparen. Desde que hizo el anuncio, la prima española cayó en 35 puntos.

Se trata del Instrumento de Protección de Transmisiones, una nueva herramienta que nace con el objetivo de evitar una fragmentación de los mercados del euro. Este instrumento comprará deuda en el mercado secundario en caso de que sea necesario, lo que ayudaría a controlar subidas en las primas de riesgo de economías como España o Italia.

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