Las alcachofas —apodadas como la verdura perfecta, aunque técnicamente en realidad son flores— son una joya gastronómica de gran valor tanto culinario como nutricional. Son una hortaliza muy densa en nutrientes que puede ayudarte adelgazar y evitar la retención de líquidos, reducir el colesterol, combatir la anemia o regular los niveles de azúcar en sangre. 

Introducir alcachofas en tu dieta te ayuda a tener una mejor salud intestinal y renal, a quemar grasas y a reducir la inflamación, ya que son ricas en compuestos antioxidantes y también anticancerígenos.

Destaca especialmente su alucinante contenido en fibra dietética es increíble: 9 gramos por cada 100 gramos de alcachofa. También aportan vitamina C, niacina, vitamina B6, vitamina E, vitamina B2, ácido fólico y caroteno. Y son una estupenda fuente de minerales: nada más y nada menos que potasio, fósforo, calcio, magnesio, sodio, hierro, yodo, zinc y selenio. 

Hay diferentes maneras de cocinar alcachofas, pero el primer paso importante es saber cómo limpiarlas adecuadamente.

Cómo limpiar alcachofas

Estos son los pasos que debes seguir para limpiar alcachofas —y evitar que se oxiden—.

• Corta el tallo o pélalo completamente si quieres conservarlo, retirando toda la parte exterior.
• Quita con la mano todas las hojas exteriores de la alcachofa. Suelen ser al menos tres capas, que reconocerás por su color verde mucho más intenso y porque son más duras y fibrosas.
• Quita la punta de la alcachofa con un cuchillo bien afilado.
• Si vas a preparar los corazones de alcachofa cortados a la mitad, puedes retirar con ayuda de una cucharilla los "pelos" de su interior, aunque no es estrictamente necesario. También puedes trocearla o cocinarlas enteras tras el proceso de limpieza.

Cómo evitar que las alcachofas se oxiden

Ten preparado un bol o recipiente con agua, un puñado de sal y un poco de zumo de limón o rodajas de este cítrico. Mete las alcachofas inmediatamente en cuanto estén limpias.

También puedes frotarlas directamente con limón. El perejil fresco también te ayudará a que no se oxiden. 

Cómo cocinar alcachofas

Alcachofas cocidas

Desde BonViveur explican cómo preparar alcachofas cocidas de una manera muy sencilla.

Pon a calentar una olla con abundante agua y añade sal y perejil fresco. Cuando el agua rompa a hervir, añade las alcachofas y cocínalas durante unos 20 minutos aproximadamente.

Para comprobar el punto de cocción, solamente tienes que pincharlas: si están tiernas y el cubierto penetra fácilmente, quiere decir que ya están listas. Puedes servirlas en el momento con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, sal gorda y pimienta.

Alcachofas a la brasa

Utiliza las recomendaciones del restaurante Can Carola: añade sal y pimienta entre las hojas y un chorrito de aceite de oliva.

Cocina las alcachofas a la brasa sobre una parrilla durante unos 30 minutos, hasta que las hojas externas se abran y empiecen a chamuscarse. Es divertido y recomendable comerlas con las manos arrancando hoja a hoja y mordiendo la parte inferior, hasta llegar al corazón, la parte más jugosa y exquisita.

Alcachofas fritas

Consulta la web gastronómica De Rechupete para tener todas las claves para freír alcachofas. Básicamente, deberás cocerlas primero y freírlas en un cazo o sar´ten caliente, sacándolas del aceite en cuando empiecen a tostarse. Cuidado con la temperatura del aceite para que no se quemen. 

Retira el exceso de aceite depositándolas en papel absorbente y añade sal en escamas. Es ideal comerlas con huevo por encima o acompañar con una rica salsa de mostaza y miel.

Alcachofas confitadas

Aunque requiere disponer de más tiempo, es una de las formas más ricas y apreciadas de comer alcachofas.

En Directo al Paladar aportan las claves de esta receta con alcachofas. Debes cubrirlas con aceite de oliva virgen extra y programar la olla de cocción lenta en alta durante 2 horas, o bien hacerlas a temperatura baja durante ese tiempo en una olla normal. 

Tapa la olla durante la primera media hora, y después retírala para que se confiten lentamente y no se frían en ningún momento. A partir de que pase hora y media, comprueba el punto con un palillo o brocheta. Cuando estén tiernas, pásalas a otro recipiente.

Cuando el aceite no esté tan caliente, sino a temperatura ambiente, deposítalo de nuevo sobre las alcachofas y consérvalo hasta el momento de servirlas, que deberás escurrirlo. No tires el aceite de alcachofa: te sirve como rico aliño, aceite para preparar otros platos o para cocinar otras verduras.

Alcachofas en tempura

Para preparar alcachofas en tempura, debes crear un rebozado crujiente y ligero.

Primero, prepara una masa homogénea con agua fría y el huevo hasta que quede bien diluida y después, añade poco a poco la harina. Es importante que la masa de tempura y las alcachofas estén muy frías y el aceite, muy caliente, a unos 170º a 180º grados, según Gallina Blanca. Así, te garantizará un resultado crujiente.

Fríelas en abundante aceite de girasol durante no más de tres minutos, ya que se trata de una técnica de fritura rápida. El color no debe ser muy dorado. 

5 recetas con alcachofas para ponerte las botas

Si eres un auténtico amante de esta hortaliza mediterránea, aquí tienes un extra: anota estas exquisitas recetas originales con alcachofas.

• Alcachofas de Gipsy Chef: con esta receta podrás preparar alcachofas con un toque de jengibre, ajo, vinagre de Módena, perejil y tomatitos cherry.
• Alcachofas en salsa de almendras: si buscas un acompañamiento ideal para tus alcachofas, la salsa de almendras conseguirá que rebañes el plato con una buena ración de pan.
• Alcachofas en salsa verde: esta receta te permitirá disfrutar de la hortaliza con langostinos y una salsa de muerte al más puro estilo de la abuela.
• Chips de alcachofa con huevo y jamón serrano: si quieres cocinar un aperitivo con alcachofa que deje boquiabiertos a tus amigos, no te pierdas este vídeo.
• Alcachofas en salsa de pimentón: una receta vegetariana exquisita y tradicional.

Recuerda que las alcachofas son muy versátiles: puedes añadirlas a la pizza, a ensalada, a revueltos, a arroces, elaborar con ellas patés vegetales, incorporarlas a salsas. ¡Qué viva la alcachofa!