¿Cómo de malo es dormir con la luz encendida?

Dormir con la luz encendida

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  • Si duermes con las luces encendidas, tu organismo puede resentirse: en especial, este hábito incide negativamente sobre la calidad y duración del sueño.
  • Cuando una habitación no está a oscuras, la segregación de melatonina puede inhibirse y el ciclo regular de sueño-vigilia, interrumpirse.

Si tienes miedo al monstruo de debajo de la cama y duermes con la luz encendida, malas noticias para tu salud. Lo mejor para un descanso adecuado es descansar en una habitación fresca, oscura, limpia y ordenada, sin ruidos ni distracciones de ningún tipo. Tal vez después de leer este artículo te lo pienses dos veces tras el último bostezo, y decidas apagues el interruptor. 

Diferentes estudios han explorado el lado oscuro de dormir con la luz encendida. La principal consecuencia es que te costará más quedarte dormido, pero también puede afectar a la calidad y a la duración del sueño, tal y como recoge LiveStrong.

Adiós, melatonina

Cuando hay luz, tu cerebro suprime la secreción de melatonina, la hormona del sueño que regula el reloj interno de tu cuerpo. La iluminación le indica a tu cuerpo que es hora de estar despierto, mientras que la oscuridad señala que es la hora de dormir, según el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) estadounidense.

En un estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism‌, las personas expuestas a la luz ambiental durante las ocho horas antes de acostarse segregaban menor cantidad de melatonina, cuya producción también se retrasaba en comparación con personas expuestas a luz tenue.  

Alteración de las fases de sueño

Las diferentes fases del sueño pueden verse alteradas si duermes con luz: un estudio en ‌Sleep Medicine‌ encontró que esta práctica aumenta la fase inicial del sueño, más corta y ligera, mientras que reduce la fase de sueño profundo o de ondas lentas.

Ya que las luces afectan a la actividad cerebral, incluso cuando estás dormido, también es más probable que te despiertes en mitad de la noche. Un informe publicado en Chronobiology International‌ advierte que incluso niveles bajos de luz con los ojos cerrados afectan al ritmo circadiano.

Dormirás menos tiempo (y este será de peor calidad)

En un mundo ruidoso, ajetreado —y cada vez más caliente—, dormir con luz es una idea nefasta: reducirá la cantidad de horas que duermes y también lastrará tu higiene del sueño. 

Así lo confirma una investigación en Sleep, que relaciona dormir en un lugar más expuesto a la luz nocturna exterior con una reducción del tiempo de sueño, debido a la supresión de la melatonina.

Al día siguiente, pagarás las consecuencias: puedes sufrir aturdimiento, fatiga, cansancio, disminución de la concentración y un estado de ánimo más deprimido. 

Subida del azúcar y la frecuencia cardiaca

En una investigación del Centro de Medicina Circadiana y del Sueño de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, se averiguó que dormir únicamente con una luz suave, como la que emite un televisor sin sonido, subió el nivel de azúcar en sangre y la frecuencia cardiaca de jóvenes sanos que participaron en un experimento de laboratorio. 

Esto tiene futuras consecuencias para el organismo: una frecuencia cardíaca elevada durante la noche es un factor de riesgo para futuras enfermedades cardíacas y muerte prematura, según recoge CNN. Con el paso del tiempo tiempo, la resistencia a la insulina puede conducir en última instancia a la diabetes tipo 2.

Ya lo sabes, baja las persianas, o afectarás a la respuesta del cuerpo a la insulina a la mañana siguiente y comprometerás tu salud cardíaca.

Tendrás más papeletas de padecer futuras enfermedades

En general, la falta de sueño está vinculada a un mayor riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad y depresión, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Como recomendaciones, puedes ir disminuyendo paulatinamente la luz —por ejemplo, usando una lamparita de lectura—, tener una linterna a mano para ir al baño o instalar luces que se activen por movimiento. 

Intenta acostarte y levantarte todos los días a la misma hora, dedicar solo al descanso la estancia en la que duermes, cenar ligero y tener una rutina relajante, realizando estiramientos, leyendo, dándote un baño caliente o escribiendo un diario antes de dormir.

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