Cómo mantener a tus mascotas frescas y a salvo durante una ola de calor

Si tienes mascota, es importante que aprendas cómo proteger a tu querido perro o gato durante una ola de calor, un fenómeno común en verano y multiplicado por los efectos del cambio climático. Según la Agencia Estatal de Meteorología, en el verano de 2022 se batió el récord de días de calor extremo, con un total de 42 jornadas —la mitad de la estación— bajo situación de ola de calor. 

Además de ser el verano más cálido de los últimos 50 años en España, también fue el estío más caluroso de toda la historia de Europa. Y 2023 no pinta mucho mejor según los pronósticos: los modelos y expertos anticipan un verano más caluroso y húmedo de lo normal. 

Al igual que las personas deben prevenir las insolaciones, hidratarse bien, huir del calor en las horas centrales del día o tener cuidado con bebés y personas mayores ante el estrés térmico —el calor fue el responsable de 4.000 muertes el año pasado en España, según la OMS—, tus peludos compañeros de vida también pueden sufrir o tener problemas de salud durante una ola de calor. 

Según Purina, la zona de neutralidad térmica de un gato oscila entre los 30 °C y los 38 °C, y las altas temperaturas veraniegas pueden agobiarlo. Es importante saber cómo prevenir que se desencadene un golpe de calor que dispare su temperatura corporal (más de 42 °C). Para los perros, es peligroso salir o realizar cualquier actividad física a más de 32 grados. En perros grandes, a los 29.

Tu mascota no tiene el mismo mecanismo de transpiración que tú y carece de glándulas sudoríparas, pero puedes ayudar a refrescarlo, mejorar su bienestar y evitar sustos. Estas son las principales medidas que recomiendan los veterinarios para cuidar a las mascotas durante una ola de calor.

Espóiler: la hidratación y la sombra son la clave.

Reajusta el horario de sus paseos

Evita las horas centrales del día para sacar a un perro en plena ola de calor. Las prioridades cambian con el calor extremo: aunque en líneas generales la actividad física sea excelente para tu perro, no vale la pena correr el peligro de que sufra un golpe de calor.

Opta por pasearlo a primera hora de la mañana, cuando hay corriente y el asfalto está más fresquito, así como a última hora de la noche. Si tocas la calle y está muy caliente para tu mano, también lo está para tu peludo, que podría sufrir quemaduras en las almohadillas de las patas con el calor extremo.

Agua siempre fresca

La mascota debe tener a su disposición agua fresca y limpia las 24 horas del día, según señalan desde Animal´s Health. Comprueba de forma periódica que haya agua en su bebedero y renuévala, También procura que no esté al sol: ya que podría evaporarse o calentarse. 

Añade cubitos de hielo al tazón de agua de tu perro o tu gato, para que siempre dispongan de bebida fresquita y permanezcan hidratados. Algunos expertos consultados por Euronews recomiendan congelar la comida húmeda o meterla en la nevera para servirla fresca.

También debes vigilar su comida, y cambiarla con más frecuencia: los alimentos húmedos se deterioran y pudren más rápido con el calor. 

Esterillas o mantas refrescantes

En las tiendas de animales encontrarás esterillas o mantas refrescantes ideales para tu perro o tu gato en verano: estos elementos refrigerantes absorben el calor corporal de su organismo, a la vez que liberan frío. 

Pon su manta refrescante a la sombra y mantenla limpia. Puedes ubicarla en solitario o encima de su camita, para que pasen mejor las siestas y estén cómodos durante las agobiantes noches tropicales.

Escoge lugares sombreados

Cuando saques a tu perro, procura hacerlo por un lugar con sombra, preferiblemente arbolado y cercano a un lago o río. Lleva agua contigo o procura que haya fuentes cercanas para que pueda beber. 

También debes asegurarte de que descanse para evitar los golpes de calor, ya que hay razas más enérgicas y resistentes que no son capaces de autorregular su ejercicio. 

Llama al veterinario en caso de urgencia

Algunos de los signos de un golpe de calor en perros son la confusión y el aturdimiento, la salivación excesiva, la piel caliente al tacto, las convulsiones, la diarrea, el aumento del ritmo cardiaco o la falta de equilibrio. 

Entre los síntomas de los golpes de calor en gatos, las mucosas de las encías se les ponen azuladas, también se les acelera la respiración, tienen vómitos o temblores musculares y manchas rojizas en la piel. 

Lo recomendable es acudir a un veterinario cuanto antes. Si no puedes, debes intentar bajar la temperatura corporal de forma progresiva, nunca de golpe. Traslada a tu mascota a un sitio fresco y sombreado, enciende el aire acondicionado o ventilador, aplica frío en cabeza, cuello, ingles y axilas con gasas húmedas y proporciónale agua fresca.