Las empresas se arriesgan a que los despidos provoquen un efecto dominó: quienes han sobrevivido a los recortes podrían hartarse y dimitir

Rebecca Knight
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Los despidos son contagiosos.

AndreyPopov/ Getty Images

  • Una nueva investigación sugiere que los despidos pueden desatar un efecto contagio y provocar otros trabajadores decidan renunciar.
  • Ahora que empresas como Twitter y Disney están llevando a cabo despidos, las conclusiones tienen implicaciones críticas.

Los investigadores saben desde hace tiempo que las renuncias son bastante contagiosas.

Cuando un empleado se va, su marcha puede tener un efecto dominó o de contagio en otros del mismo equipo. De repente, es más probable que los trabajadores que se quedan opten por abandonar la empresa también. 

Es un fenómeno que podría ayudar a explicar la magnitud y la permanencia que está teniendo lo que los expertos han denominado Gran Renuncia, una tendencia especialmente acusada en Estados Unidos, donde un récord de trabajadores que han renunciado a sus puestos –y han encontrado otros–.

Ahora, un nuevo estudio sugiere que los despidos están relacionados con ese mismo comportamiento. Visier, una empresa de análisis de recursos humanos, ha descubierto que cuando una empresa despedía o cesaba a una parte de los empleados de un equipo, la probabilidad de que sus compañeros directos también renunciaran era un 7,7% mayor que si esos trabajadores se hubieran quedado. 

Visier publicó el estudio sobre el contagio de la rotación tras las dimisiones y más tarde ha detallado su hallazgo relacionado con los despidos en un post de LinkedIn.

Twitter podría haber despedido a 200 empleados más este fin de semana, sumándose a los 7.500 que el gigante de las redes sociales echó el año pasado. Otros gigantes tecnológicos, como Google y Microsoft, también han prescindido de trabajadores este año, al igual que Goldman Sachs y Disney. 

Los resultados del estudio tienen implicaciones para las empresas que han aplicado recortes de personal y despidos masivos recientemente. Echar a una parte del equipo puede significar que más personas que no quieres que se vayan renuncien por voluntad propia.

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"Un despido puede mandar un mensaje a los demás trabajadores" 

Así que, ¿deberían las empresas que han realizado despidos masivos recientemente (también Amazon, Salesforce, Compass) esperar un aluvión de dimisiones?

"Cuidado", advierte a Business Insider Andrea Derler, investigadora principal de Visier. "Una empresa que esté efectuando despidos, también tiene que tener en cuenta que podría haber salidas de un 7% y un 8% adicional a las que la dirección ha fijado". 

Utilizando la base de datos de Visier de 17 millones de registros anónimos de empleados de todo el mundo, los investigadores han descubierto que cuando varios trabajadores eran despedidos, los miembros de su equipo tenían más probabilidades de seguir su ejemplo y marcharse de la empresa. 

Esta mayor probabilidad comenzaba el primer día que un compañero era despedido y aumentaba bruscamente entre los días 45 y 105 después del cese del otro trabajador, con un pico en torno al día 75 después de producirse la primera salida. El grupo de investigación incluyó recortes de personal producidos entre febrero de 2019 y junio de 2022.

Hay, por supuesto, muchas razones por las que la gente decide dejar su trabajo: puede que les asignen un nuevo jefe que no les guste, o que les ofrezcan una oportunidad interesante en otro sitio, o que haya un cambio en las circunstancias de su familia que requiera un traslado.

Pero no es de extrañar que los empleados que han sobrevivido a una reestructuración de personal decidan marcharse por voluntad propia. Los despidos dejan inquietos a todo el mundo. Si por ejemplo, despiden a alguien de tu equipo, es normal que te preocupe ser el siguiente. Renunciar, en ese caso, puede ser un acto de autopreservación.

"Un despido puede mandar un mensaje a los demás trabajadores", explica a Business Insider Elena Obukhova, profesora asociada de estrategia y organización en la Universidad McGill. "Es un mensaje sobre la solvencia de tu empresa o de su futura dirección".

Es más, si el número de compañeros de un equipo disminuye, eso solo significa más carga de trabajo para los que se quedan. Esta razón puede inclinar a cualquiera a presentar la carta de dimisión

Los lazos sociales también pueden ser un factor relevante a tener en cuenta. Según los expertos, la culpabilidad por quedarse dentro de la empresa mientras compañeros con los que se tiene una relación cercana se marchan, puede suponer que los que continúan prefieran irse y buscar otras opciones. 

"La gente se ha preguntado si la pandemia ha restado importancia a los lazos sociales. Existe la idea de que, como estuvimos encerrados tanto tiempo y hemos pasado a un mundo más digital, ya no necesitamos las charlas de sobremesa o los cotilleos de oficina", explica Obukhova, socióloga económica cuyas investigaciones indagan en cómo la cultura y las relaciones sociales configuran los mercados.

"Pero incluso después del COVID-19, la gente sigue necesitando ese arraigo y ese apoyo social".

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Cómo pueden los directivos frenar las salidas provocadas por el efecto dominó

Gallup calcula que la rotación voluntaria de trabajadores les cuesta a las empresas estadounidenses un billón de dólares al año. Ya solo por esa razón, los directivos que estén pensando en despedir a alguien deberían reconsiderarlo.

Pero para las empresas que ya han recortado personal, los directivos deben ser conscientes de las consecuencias y tomar medidas para reducir la posibilidad de nuevas dimisiones, afirma Obukhova. "Hay que asegurarse de que los despidos no destruyan por completo el sentimiento de pertenencia y comunidad de la gente".

Al fin y al cabo, es posible que los jefes no conozcan del todo los vínculos personales o sociales de los miembros de su equipo, sobre todo si los empleados teletrabajan o tienen una configuración híbrida. 

Puede que los jefes estén presentes en las llamadas de Zoom, pero no ven, por ejemplo, si entre ellos se mandan mensajes con regularidad e incluso fuera del horario laboral.

Derler sugiere a los directivos que se acerquen y hablen con el resto de sus empleados. "Los altos cargos tienen la responsabilidad de conocer el estado de ánimo de sus trabajadores y no evitar tener estas conversaciones delicadas. Tienen que pensar en el salario, el crecimiento y el valor de mercado de los miembros de su equipo".

Puede ser tan simple como preguntar: "¿Cómo te sientes?".

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